He tenido oportunidad de conducir dos versiones del Jaguar X-Type Wagon, una con el motor Diesel de 2,0 litros, 131 CV de potencia, con suspensión normal y la otra con el motor de gasolina de 3,0 litros, 230 CV de potencia y suspensión «Sport». El motor Diesel sólo está disponible con tracción delantera y los motores de gasolina con tracción total.
Lo primero que sorprende al arrancar el Jaguar X-Type 2.0D Wagon es lo poco que suena el motor en frío desde el interior del coche. Desde fuera no lo he escuchado, por lo que no puedo opinar. Salvo si se pasa de 3.000 rpm (la potencia máxima la da a 3.800), desde el interior del coche apenas se oye el sonido del motor. Sin embargo, desde fuera, si es posible que se oiga bastante, porque cuando he conducido por una carretera de montaña, sin apurar el motor, con una pared por el lado, el sonido que rebotaba en la pared y entraba por la ventanilla lateral (cerrada) era mucho más elevado que el que se oye en carretera abierta.
La respuesta del motor, independientemente de la sonoridad, es buena. De momento aparece con una caja de cambios de cinco marchas. A medio plazo no está previsto utilizar la de seis velocidades que utiliza el Ford Mondeo con un motor casi idéntico (más información sobre este motor en el Jaguar X-Type)
La versión que he probado es equivalente en España a la Executive, con tapicería de piel pero sin sistema de control de estabilidad, que en Jaguar denominan DSC (Dynamic Stability Control). Sí llevaba sistema de control de tracción desconectable.
Mi sensación, al comparar con el Ford Mondeo 2.0 TDCi 130cv Wagon 6 vel. que conduje recientemente, y que se basa en la misma plataforma, es que el Jaguar es más subvirador, que el conductor no siente con tanta fidelidad la trayectoria como en el Ford y que tampoco consigue una respuesta tan precisa a las indicaciones del volante y del acelerador.
Sin embargo, en la prueba del X-Type berlina con este mismo motor (que yo no he conducido) Enrique Calle considera que el tacto es muy parecido al del Mondeo. Sería extraño que el X-Type Wagon tuviera unas reacciones apreciablemente diferentes a las de la berlina. Es posible que mi sensación se deba a otros factores, como la presión de los neumáticos o a un asfalto menos adherente.
Sobre el motor de 3 litros y 230 CV de potencia puedo opinar poco. No he tenido oportunidad de apurarlo en ningún momento. A bajas y medias revoluciones resulta muy agradable de conducir y suave de funcionamiento. La suspensión Sport que llevaba esta versión es sólo un poco más dura que la normal y resulta recomendable. No hay mucha diferencia de dureza, no se pierde comodidad y sí se gana en precisión al conducir.
Al igual que en el caso del Diesel, me ha parecido más subvirador que el Mondeo en la entrada de las curvas, pero en este caso hay otros factores que pueden desvirtuar el resultado. El coche que he probado llevaba neumáticos de contacto (M+S, para barro y nieve) que sobre asfalto seco no tienen el mismo agarre que los neumáticos habituales.