El Infiniti Q50 es una berlina de 4,81 metros de longitud y carrocería de cuatro puertas. Entre 2014 y hasta junio de 2018, estaba disponible en dos versiones, una con motor Diesel (prueba) y, otra, con un sistema híbrido de impulsión (no enchufable). Actualmente ya sólo está disponible la segunda, cuya potencia total es de 364 caballos.
Infiniti cesará la comercialización de toda su gama en Europa en marzo de 2020. Lo anunció en marzo de 2019 y durante el año que resta dice que «seguirá dando soporte» a todos los clientes. Después de esa fecha dice que «desde INFINITI MOTOR COMPANY LTD. se asegura el servicio de posventa (garantía, servicio al cliente y recambios) a partir de marzo de 2020». No ha dado más detalles pero sí ha dicho que los dará próximamente, por lo que procuraremos actualizar la información al respecto.
El Q50 está en venta desde 40 800 euros con acabado Sport y tracción trasera y por 52 133 con el Sport Tech y tracción total. La caja de cambios es automática de 7 relaciones. Precio, equipamiento y fichas técnicas. El precio de partida es inferior al de cualquier vehículo híbrido de más de 250 caballos (listado).
Otro aspecto a tener en cuenta es que su sistema híbrido parece enfocado a alcanzar prestaciones muy elevadadas, antes que un consumo bajo (lo cual no quiere decir que gaste mucho en términos absolutos, como veremos más adelante).
Así por ejemplo, en el mejor de los casos (con tracción trasera), puede acelerar desde parado hasta 100 km/h en 5,1 segundos y su velocidad máxima es 250 km/h. Estos datos, en especial la aceleración, son mucho más favorables que los de un Lexus IS 300h, un Lexus ES 300h, un BMW 330e iPerformance (que es un híbrido enchufable) o los de un Mercedes-Benz Clase E 350 e Berlina (también es un híbrido enchufable). Ficha comparativa. El Volvo S90 T8 Twin Engine sí iguala la aceleración del Infiniti, aunque su precio de partida es mucho más elevado (ficha comparativa).
Con el consumo oficial ocurre lo contrario que con las prestaciones puras. El Infiniti Q50, cuyo gasto medio está entre 6,2 y 6,8 l/100 km (con tracción trasera y total, respectivamente) consume más que todos los híbridos de su precio, pero parecido a algunos híbridos no enchufables de potencia equivalente.
Es un vehículo cómodo en lo que atañe a silencio y suavidad de marcha. Sobre firmes en buen estado, su rodar parece el propio de una buena berlina. Si hay irregularides se nota que la suspensión es firme, aunque no traslada movimientos muy secos a los ocupantes. No tengo certeza de cuán eficaz o rápido es el Q50 en curva (no lo he conducido lo suficiente para saberlo), pero sí me parece que gracias a esa suspensión tiene un cierto tacto deportivo.
Cuando se pisa el acelerador a fondo, uno se reafima en esa impresión de ir a los mandos de una berlina deportiva. Por ejemplo, un Lexus IS o ES son mucho más lentos. La aceleración es progresiva a bajo régimen y llega a ser intensa cuando el motor de combustión funciona muy revolucionado. Es decir, no se tiene un gran empuje a casi cualquier régimen como en un coche con motor turboalimentado. Las prestaciones son buenas a pesar de que la masa es muy elevada: 1 842 kg el de tracción trasera y 1 936 el de tracción total.
El recorrido de pruebas, que ha transcurrido por autovías y carreteras de segundo orden (casi siempre conduciendo a ritmos legales y de forma suave) el consumo ha estado por debajo de 8,0 l/100 km. El gasto puede ser elevado cuando se conduce aprovechando frecuentemente la potencia disponible. No tengo datos para afirmarlo con total certeza, pero es muy posible que el consumo de un Lexus híbrido sea menos sensible al tipo de utilización.
El interior no tiene diferencias significativas respecto al Q50 que probamos en 2014. Caben destacar varios aspectos. Uno, que no es especialmente amplio habida cuenta de la gran longitud de la carrocería (mediciones del interior). Dos, que el puesto de conducción es bueno. Tres, que la doble pantalla del salpicadero puede ser un poco complicada de manejar en marcha (en este enlace hay mucha más información de esos y otros aspectos del interior).
El Infiniti Q50 2018 tiene ligeros cambios de aspecto en el exterior (paragolpes, parrilla, faros y pilotos) y en el interior (el panel de instrumentos está recubierto de un material que imita piel y, de serie, hay molduras de aluminio) respecto al modelo precedente. También tiene un dirección de desmultiplicación variable (Direct Adaptive Steering) mejorada que, según Infiniti, tiene mejor tacto que la del Q50 de la anterior generación (es posible que así sea, pero no lo sabemos con certeza). Esta cambia de dureza y de desmultiplicación en función de la velocidad o de la fuerza lateral que soporta el coche.
Entre otros elementos de equipamiento, puede tener un sistema de cámaras de visión periférica con detección de objetos en movimiento, programador de velocidad activo, frenado automático de emergencia, advertencia de objetos en el ángulo muerto de los espejos retrovisores exteriores, asistente de cambio involuntario de carril o faros adaptativos de ledes.
El sistema híbrido está compuesto por un motor de gasolina de seis cilindros con 3,5 litros que da 306 caballos y uno eléctrico de 68; la potencia conjunta son 364. La batería es de iones de litio, pesa 49 kg y su capacidad es 1,4 kWh. El motor eléctrico puede mover por sí solo el coche a baja velocidad, siempre y cuando el conductor solicite poca aceleración. También sirve para apoyar al de gasolina.
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