Como en la versión cupé (G37 Coupé), el interior del Infiniti G37 Berlina da sensación de calidad, con buenos materiales y buen ajuste. El salpicadero y la consola central de ambas versiones son idénticos.
El G37 es un coche más bien estrecho en comparación con otros modelos de su tamaño exterior, como un Volkswagen Passat o un Škoda Superb. Para mí no resulta incómodo por este motivo, pero quizá los conductores más voluminosos puedan echar en falta más espacio lateral. Tampoco es un coche especialmente alto y en las plazas posteriores las personas de gran talla pueden rozar con la cabeza en el techo.
Los asientos delanteros de las versiones «S Premium» son deportivos, con un excelente sujeción para el cuerpo. El conductor puede modificar el agarre lateral y el de las las piernas con cojines inflables. La banqueta se puede colocar en una posición relativamente baja. La amplia regulación eléctrica de los asientos y del volante en altura y profundidad, instrumentación incluida, permite un buen acomodo.
La falta de anchura de las plazas posteriores limita el espacio a dos personas para viajar con comodidad. Los respaldos de los asientos son reclinables, pero no abatibles. En el hueco del apoyabrazos hay una bolsa portaesquís opcional.
La escasez de lugares donde depositar objetos es idéntica en las versiones de dos y cuatro puertas. En las versiones con cambio automático, tanto en la berlina como en el cupé, la palanca queda muy retrasada para cambiar manualmente con comodidad.