La habitabilidad es normal. Delante no hay problema de anchura, tiene espacio longitudinal suficiente para una persona alta y mucha altura. Detrás es estrecho; por la anchura disponible y la configuración de los asientos, es indicado para cuatro personas, no para cinco. El espacio longitudinal atrás es normal y hay una buena altura desde el asiento hasta el techo.
Me ha gustado mucho el puesto de conducción. El asiento tiene una forma que recoge bien el cuerpo y —en versión Sport— también una tapicería que no resbala nada. Los pedales están bien colocados, tiene un apoyo amplio para el pie izquierdo y el del acelerador es de los articulados en el suelo, en los que se puede apoyar toda la planta del pie (como en los BMW o los Mercedes).
El maletero tiene un volumen normal para una berlina de este tamaño, pero su forma no es muy regular. Tiene mucho fondo (109 cm, sin contar un pequeño escalón cerca del asiento), pero la diferencia entre la parte más estrecha y la más ancha son 60 cm.
La calidad que se puede percibir a primera vista me parece corriente. Casi todo el salpicadero está hecho con plásticos duros, aunque con una textura que los hace mates. No he visto fallos de ajuste, pero tampoco lo he podido examinar muy a fondo.
Me ha llamado la atención que en la parte superior del maletero (que no está tapizada) hay unos tubos metálicos finos que podrían enganchar al meter cosas con partes sobresalientes, como una bicicleta o un cochecito de niño.
Con el motor de 2,4 litros de cilindrada el equipamiento de serie se llama «Executive» y lleva de serie varios elementos que no puede tener el 2,0 litros, como navegador con pantalla táctil, faros de xenón, lavafaros o faros antiniebla.
Con el motor de 2,0 l, hay dos versiones, Comfort y Sport. En estas dos últimas faltan elementos disponibles en otras berlinas de este tipo, como automatismo para la conexión de luces, para el oscurecimiento del retrovisor interior, luces de xenón u ordenador. Tampoco tiene cosas presentes en coches de menor precio, como alguna protección para la batería o muelles para sujetar el capó.
Honda ofrece varios grupos de opciones llamados «Pack» que no vienen montados de fábrica, sino que se instalan en el concesionario. Con estos «Packs» se le puede poner a cualquier Accord cosas como alerones, spoilers, o volante de piel, y también faros antiniebla o sistema de ayuda en aparcamiento. Según la versión, se puede escoger entre una decoración interior que imita a aluminio, a madera o a fibra de carbono.