Tras conducir el KA+ durante varios días, la impresión que nos ha dejado es buena porque tiene muchas virtudes dinámicas si se compara con las alternativas de precio similar. El motor, sin embargo, en función de lo que cada usuario espere del coche, puede ser un motivo para decantarse por un modelo distinto.
Este tiene cuatro cilindros y es atmosférico. Su característica más evidente es que, para aprovechar la potencia disponible (85 CV en el caso de la versión más potente, que es la que hemos probado), es necesario apurar mucho las marchas porque a bajo y medio régimen de giro da una respuesta pobre. Hemos medido 11,5 segundos para acelerar entre 80 y 120 km/h que, según nuestra tabla comparativa, son unas prestaciones acordes con su potencia. Sin embargo, en una conducción normal no se tiene esa sensación. Por otra parte, son igualmente destacables de este motor tanto el refinamiento con el que funciona como el sonido agradable que emite; estas son cualidades que no se encuentran en los motores tricilíndricos como el de gasolina de 90 CV que puede llevar el Dacia Sandero.
El consumo es normal. En ciudad yo he obtenido una media de 7,5 l/100 km y en autopistas de circunvalación, en las que lo habitual (si no hay mucho tráfico) es circular a velocidad constante de unos 90 km/h, consume poco, sobre los 4,0 o 4,5 l/100 km. En nuestro recorrido de consumo, de unos 143 km por una autovía que atraviesa un puerto de montaña y a 120 km/h de velocidad media, gastó 6,5 l/100 km, que es un valor intermedio al que hemos registrado con algunas de sus alternativas: un Citroën C3 de 82 CV gastó 7,1; un Renault Clio de 90 CV (con el mencionado motor del Sandero), 6,9; un Opel KARL de 75 CV, 6,6; un Mitsubishi Space Star de 80 CV, 6,2; un Mazda2 de 90 CV, 6,1; y un Suzuki Swift 1.2 SHVS de 90 CV, 5,7 l/100 km.
La suspensión filtra bien los baches del asfalto y, al menos en condiciones normales, no permite que la carrocería se balancee en exceso en las curvas. Es un coche excelente para la ciudad: sale bien desde parado, el puesto de conducción va algo elevado por lo que la visibilidad hacia afuera es muy buena, gira suficientemente bien y la dirección es directa e informativa. Además, el cambio de marchas y los pedales tienen un tacto preciso que, al menos a mí, me ha servido como reclamo para utilizarlos todo lo necesario y así sacar el mayor partido del motor.
En vías rápidas y carreteras con curvas el KA+ circula dando una sensación de aplomo y seguridad superior a la de un Dacia Sandero o un Opel KARL (aunque es evidente que no «va» tan bien un Ford Fiesta o un Volkswagen Polo). Me ha sorprendido el poco nivel de ruido que llega al habitáculo en estas circunstancias; creo que en eso sí es similar al Fiesta. Salvando el incoveniente de tener que reducir una o dos relaciones para mantener el ritmo de marcha cada vez que hay que subir una pendiente, creo que es un buen coche para aquellos que tengan un presupuesto ajustado y necesiten realizar viajes largos de vez en cuando.
En el vídeo que acompaña al texto mostramos los resultados que obtuvimos con el KA+ al realizar nuestros ejercicios habituales en circuito. En la maniobra de esquiva el resultado no fue satisfactorio. La velocidad máxima de entrada fue 73 km/h, pero más importante que ese dato es el hecho de que las reacciones fueron bruscas y, en ocasiones, algo difíciles de controlar. La suspensión permitió un balanceo excesivo de la carrocería y también que esta tuviera pequeños rebotes en el transcurso del apoyo principal. Además, el eje trasero de ruedas deslizó lateralmente más de lo deseable. Cuando hicimos esta maniobra con el Fiesta (versión 1.5 TDCi ST-Line de 95 CV), conseguimos entrar a 79 km/h y el coche tuvo unas reacciones intachables (vídeo).
En cambio, en el eslalon el coche reaccionó de forma similar a lo que se experimenta en la conducción habitual, esto es, con agilidad y de forma algo más suave y progresiva que en el caso anterior. La tendencia al sobreviraje sigue siendo evidente pero en este ejercicio permite que los cambios de apoyo sucesivos se realicen con rapidez.
Los neumáticos, unos Continental ContiEcoContact 5 en medidas 195/55 R15 85V, daban en el KA+ un agarre mediocre. Quizás fuera por ellos y por su cierto desgaste, que necesitara 59,6 metros para detenerse desde 120 km/h, que es más distancia de la que necesitaron cualquiera de sus alternativas. Todos los datos de prestaciones que adjuntamos se han recogido un mes después del período de pruebas previsto (tuvimos que pedirle a Ford que nos cediera de nuevo el coche por unas horas debido a que el aparato que utilizamos para medir las prestaciones no almacenó los datos en la primera ocasión). Cuento esto porque recuerdo que, en la primera jornada (cuando se perdieron los datos), conseguimos, tras varios intentos, que el coche frenara en unos 56,0 m. En esa ocasión los neumáticos estaban en buen estado. En cualquier caso, no son valores buenos.
Apenas he conducido de noche por carreteras sin alumbrado, pero la iluminación que dan los faros parece correcta. Todas las versiones del KA+ tienen de serie un asistente de arranque en pendientes que me ha gustado porque su funcionamiento pasa inadvertido cuando el coche empieza a moverse (hay otros modelos en los que hay que acelerar más de lo deseable para que se desacoplen los frenos).