Ford Focus C-Max 2.0 TDCi 6 vel (2004) | Sistema multimedia
Para quien la estabilidad sea una prioridad en un monovolumen de este tipo, las alternativas más recomendables son el Touran con suspensión deportiva opcional y este C-Max. El control de estabilidad es de serie en el Touran y cuesta 528,46 € en el C-Max; la unidad que hemos probado no lo tenía y llevaba unos neumáticos Goodyear Eagle NCT 5.
La principal diferencia práctica entre el Touran y el C-Max es que éste es más ágil y tiene una suspensión suave. El C-Max entra en las curvas como no lo hace ningún otro monovolumen y responde si es preciso cerrar la trayectoria desacelerando. El tacto de la dirección electrohidráulica es muy bueno y, aunque no me parece que los neumáticos den un agarre en seco especialmente grande, el C-Max parece tener un límite de adherencia muy alto.
En carretera rápida también va muy bien, porque tiene una buena estabilidad en recta y porque los baches en curva apenas lo desvían de la trayectoria, la suspensión los absorbe adecuadamente.
Esa suavidad de la suspensión también lo distingue del Touran con la suspensión opcional. El C-Max, que me parece más ágil y más estable, también tienen movimientos de carrocería más amplios que ese Touran, en cabeceo y en balanceo.
Precisamente por esa suavidad de la suspensión es un coche cómodo, que no sacude a los pasajeros cuando hay baches. Si consideramos conjuntamente estabilidad y comodidad, me parece claro que el mejor monovolumen que hay actualmente es el C-Max.
Si añadimos la variable de la seguridad, ya me caben dudas. Precisamente por ser un coche ágil, sus reacciones en condiciones extremas son más bruscas que las de un Touran o un Scénic (por citar los más recientes). El riesgo de sobreviraje es remoto en el Touran con control de estabilidad, es muy improbable en el Scénic sin él y es algo más probable en el C-Max, siempre que se den esas condiciones extremas, que pueden ser una fuerte desaceleración en un fuerte apoyo, o un brusco balanceo de la carrocería en un cambio de apoyo. No he conducido el C-Max con control de estabilidad, pero presumo que esa probabilidad quedará prácticamente anulada si lo lleva.
Resulta ilustrativo comparar al C-Max con el Mazda3, ya que son dos coches hechos sobre la misma plataforma y con las mismas suspensiones. Por muy bien que vaya un monovolumen —como en este caso— un turismo «equivalente» es más ágil, tiene menos movimientos de carrocería y reacciona mejor en condiciones extremas, como desaceleraciones en curvas donde el coche está muy apoyado.
Esa diferencia se ve si se compara con un turismo tan estable como el Mazda3 (y, presumiblemente, el futuro Focus). Lo que ocurre es que el C-Max va tan bién, que resulta superior a algunos turismos.
Los frenos son adecuados para un uso normal y no tienen una resistencia grande en uso muy intenso. La estabilidad en frenada es buena.