Las razones para elegir el Stilo 1.6 de cinco puertas, en lugar de otras alternativas, pueden ser principalmente dos: una, que es más funcional y espacioso que cualquier otro coche de este tamaño; dos, que tiene elementos de equipamiento inusuales en coches de esta categoría. La razón principal para rechazarlo es un puesto de conducción malo, sobre todo por causa del asiento.
En cualidades dinámicas está más o menos dentro de lo normal. En prestaciones está de la mitad para abajo, aunque la diferencia con otros coches de este tamaño y cilindrada, como el Ford Focus 1.6, el Peugeot 307 o el Seat León son casi despreciables (salvo en recuperación). El consumo es algo más alto de lo normal, pero también ocurre que esa diferencia de consumo en términos de costo por kilómetro no es muy relevante.
Su grado de seguridad activa es normal, y tiene la ventaja de que el control de estabilidad es una opción barata. La suspensión, seca a veces, no resulta excesivamente blanda; salvo en baches pequeños, no es un coche incómodo. El ruido tampoco es grande, pero a un ritmo de viaje rápido el motor puede llegar a ser molesto.
La calidad aparente del Stilo es superior a la media y casi al nivel de los mejores. Tiene materiales de recubrimiento de muy buen aspecto y mandos de buen tacto. A lo largo de la prueba (que ha sido larga) no hemos notado ni grandes fallos de ajuste, ni ruidos anormales.
Hay dos versiones con este motor (Active y Dynamic), que se distinguen por el equipamiento. La más barata tiene un precio bajo y no por ello está mal equipada; la diferencia entre ambas es más bien de detalles de confort.
Para quien lo prioritario sea el precio, es más recomendable el Renault Mégane con motor 1.4; hay también versiones del Focus, el León, el Mazda 323 o el Rover 45 que son menos costosas que el Stilo más barato. Por seguridad activa y confort, es mejor un Focus, aunque con el inconveniente de que su control de estabilidad es muy costoso. Por relación entre prestaciones y consumo es mejor el Astra 1.6.
En espacio interior no hay ninguno que lo iguale, sobre todo si tenemos en cuenta la facilidad de uso que da su asiento trasero móvil; los que se quedan más cerca son el Honda Civic y, en menor medida, el Peugeot 307.