La toma de contacto con el Stilo ha sido corta, de manera que ninguna de las impresiones que me ha dejado son concluyentes. He conducido principalmente el 1.6 de gasolina y el JTD 115, ambos con carrocería de cinco puertas. También he llevado brevemente el 1.8 y el 2.4 con carrocería de tres puertas.
El puesto de conducción tiene dos cosas que pueden ser un inconveniente para algunos conductores: una, mayor distancia de lo normal entre volante y pedales; muchos conductores se sentirán cómodos, pero los de menos talla no, porque para llegar bien al final del recorrido del embrague el volante queda muy cerca. Esto es más patente en el cinco puertas, en el que el asiento está más por encima de los pedales que en el de tres.
La otra es que el ajuste de altura en el asiento delantero sólo varía la banqueta; el respaldo permanece fijo. En la posición más baja de la banqueta, el respaldo queda demasiado alto, de manera que la curvatura que hay en su parte inferior hace como si fuera un apoyo lumbar excesivo. El asiento es envolvente por lo demás, aunque llama la atención que el Abarth no tenga uno de aspecto más «deportivo».
La visibilidad de día es buena, con el inconveniente que ya va siendo normal en coches modernos de un marco del parabrisas muy grande que puede estorbar en curvas cerradas a izquierda. Los mandos principales quedan cerca de las manos.
El motor de 1,6 litros me ha parecido mejor que el que tenía anteriormente el Bravo y Brava; también me ha dado la impresión que ser mejor en respuesta que el 1.6 16v de Volkswagen (prueba del León con este motor). No es muy ruidoso a bajo régimen y parece funcionar bien en cualquier régimen. Los desarrollos de transmisión son muy largos, lo que perjudica la capacidad de recuperación del coche pero, si se usa el cambio, parece capaz de acelerar bien.
El motor JTD en el Stilo iba igual de bien que en el Alfa 147 (prueba del 147): suave, con fuerza, silencioso y sin dar un fuerte empujón a ningún régimen. Si parece correr menos que el 147 y que otros Diesel de potencia semejante es también a causa de los desarrollos, que también son un poco largos.
Los dos gasolina más potentes los he conducido muy poco. Creo que la diferencia de potencia entre el 1,6 y el 1,8 es ostensible, pero lo es más entre el 1,8 y el 2,4. Los mandos en el volante del cambio Selespeed que tiene el Stilo son mucho más fáciles de accionar que los del Alfa 156 e igual de cómodos que los del Alfa 147. En lo poco que los he conducido, tanto el 1,8 como el 2,4 me han dejado una buena impresión; el Stilo de cinco cilindros y 170 CV me parece mucho más rápido que el Bravo de 154 CV, y también más fácil de llevar rápido por la elasticidad del motor.
Las reacciones del coche cambian según el tipo de carrocería. El cinco puertas es más cómodo de suspensión, pero se inclina más en las curvas y parece algo más subvirador. Creo que el cinco puertas tiene una pequeña imprecisión al empezar a girar; es posible que sea un defecto de una unidad en concreto, porque lo noté más en el JTD que en el 1.6. El tres puertas es un coche fácil de conducir pero no torpe; he conducido los dos con llantas de 17 pulgadas. Es más ágil el 2.4 Abarth que el 1.8.