La ayuda para la dirección asistida proviene de un motor eléctrico, no —como es habitual— del giro del motor de combustión. Este sistema permite, mediante un interruptor situado en el salpicadero, elegir si más asistencia (para circular por ciudad y aparcar) o menos. Aún en el caso de menor asistencia, la dirección del Punto resulta suave, por lo que no es imprescindible presionar el botón «CITY» situado en el salpicadero.
Sin embargo, para aparcar es muy agradable realizar cuanto menos esfuerzo mejor. Este sistema ayuda de forma suplementaria hasta que el coche circula a 70 km/h (a partir de esa velocidad se iguala la asistencia y da igual cuál sea la opción elegida).
Creo que este sistema sería más útil si actuara automáticamente para la maniobra de aparcamiento y que, a partir de unos 15 km/h, la dirección tuviera un tacto normal. Para mí, tanta asistencia hace la dirección imprecisa (no todos los probadores de km77.com tienen la misma opinión) incluso a velocidades urbanas como 40 km/h.
La estabilidad del coche es buena. Es una suspensión blandita que se adapta perfectamente a las características de coche. Como es ligero (menos de 900 kg en vacío) no resulta exigente con los frenos. Las cifras que hemos obtenido con nuestro Correvit indican unas distancias de frenado largas, acordes a esa suspensión y a amortiguación blanda y a unos neumáticos de 165 mm de anchura (con dirección sin asistencia eléctrica, la anchura de los neumáticos se reduce a 155 mm).
Nuestra unidad de pruebas estaba dotada de ABS, que es un elemento opcional en este coche, al precio de 75.000 pesetas; no puede tener control de estabilidad, ni como opción. La rueda de repuesto es de menor tamaño que las otras cuatro. En caso de pinchazo hay que circular a velocidad moderada.