El motor de 150 CV mueve con suficiente soltura la carrocería del Croma, al menos si no va muy cargado. A pesar de su potencia, no da la impresión de ser un coche rápido. La sexta velocidad es ligeramente larga y en algunas rampas suaves puede ser necesario reducir a quinta para mantener el ritmo; no es ligero y la superficie frontal es grande. El interior está muy bien aislado de las vibraciones y del sonido que emiten este tipo de motores. A velocidades elevadas el único ruido perceptible en el interior es el viento en su contacto con los retrovisores.
La suspensión es blanda y cómoda. Me parece buena opción como coche para autopista o carreteras rápidas, más que por lentas y retorcias, porque no es un coche ágil.
La caja de cambios resulta suave y las marchas se engranan con suavidad y precisión normal. El régimen de giro del motor no supera 5.000 rpm, por lo que es imprescindible cambiar de marcha cuando se llega a ese régimen.
La dirección, electrohidráulica, tiene aparentemente un tacto agradable y un recorrido corto entre topes: 2,7 vueltas. Necesitaría probar mejor la dirección en carreteras más adecuadas para emitir un juicio más exhaustivo.