El Fiat 500e rueda con una suavidad y una finura muy superiores a las del Fiat 500 de combustión. Se percibe que es un coche más refinado y sofisticado.
También es notablemente más estable y preciso. El 500e sigue siendo igual de bueno que el 500 de combustión en el ámbito urbano y mejor cuando se sale a autopista. Es un poco más silencioso y se percibe mejor plantado. Además, sus reacciones ante maniobras bruscas son más progresivas (vídeo de la maniobra de esquiva).
La suspensión amortigua con correcta eficacia las irregularidades. Es confortable en carretera y controla muy bien el balanceo de la carrocería. Además, como el centro de gravedad está situado bajo y la masa está repartida de manera homogénea entre los ejes, el 500e tiene reacciones neutras y es ágil en los cambios de apoyo. La dirección es el elemento menos conseguido del conjunto. Está muy asistida (no es nada informativa) y muy desmultiplicada (tres vueltas de volante entre topes).
Comparado con el Leapmotor T03, el Fiat se percibe como un producto de calidad superior, con un rodar más fino y silencioso. Comparado con sus rivales de la «pandilla retro», el MINI Cooper eléctrico y el Renault 5 E-TECH, el Fiat está en clara desventaja por sensaciones de conducción. Se nota que es un coche más pequeño, con una suspensión menos refinada. Es el más ruidoso y el menos estable. Tanto el MINI como el Renault están en una categoría superior. La ventaja del Fiat es su menor longitud, anchura y radio de giro, factores que pueden ser importantes para quienes, por ejemplo, tengan una plaza de aparcamiento minúscula o un acceso a ella complicado.
El motor eléctrico del 500e apenas hace ruido, solo emite un ligero y lejano zumbido. Sin embargo, el habitáculo del 500e Berlina no es silencioso porque se filtran con claridad los ruidos provocados por el contacto del aire con la carrocería (especialmente a la altura de los espejos retrovisores) y el de rodadura. La situación es peor en el 500e Cabrio, porque está peor aislado. En ciudad se oye más todo lo que sucede alrededor del coche (los gritos de la gente, el ruido del autobús, etc.) y en carretera hay veces que tienes la sensación de no haber cerrado bien una ventanilla.
Prestaciones
Para moverse por ciudad, sobran los 95 CV de la versión básica. No obstante, la aceleración extra que proporciona el motor de 118 CV siempre es bienvenida, especialmente si se sale con asiduidad de la urbe. Adelantaremos con mayor facilidad y llegaremos con más desahogo a 120 km/h. Según nuestras mediciones, el Fiat 500e Berlina de 118 CV tarda 6,7 segundos en acelerar de 80 a 120 km/h.
El consumo de energía es siempre bajo, especialmente al circular por ciudad y vías de circunvalación a una velocidad moderada, que es lo habitual en vehículos eléctricos de este tamaño. La autonomía en condiciones de circulación normales y haciendo uso de todos los elementos de confort necesarios (climatizador, por ejemplo), es de unos 250 kilómetros en el caso del Fiat 500e de 118 CV. En el apartado Consumo y Recarga damos datos mucho más detallados sobre estos asuntos.
Hay tres modos de conducción: Normal, Range y Sherpa. Lo que más diferencia al primero de los otros dos es el nivel de retención del motor eléctrico, porque en el Normal apenas hay retención (al levantar el pie del pedal del acelerador el coche sigue avanzando por su inercia), pero en los otros se puede conducir el coche en la mayoría de situaciones sin tener que usar el pedal del freno (sistema conocido como «one-pedal»). El modo Sherpa está ideado para obtener la mayor autonomía posible. Lo consigue limitando la velocidad máxima a 80 km/h, cambiando la respuesta del acelerador y desactivando el climatizador, la calefacción de los asientos y el desempañado de los retrovisores (aunque el conductor puede reactivar todos los elementos si lo desea).
Cuando el nivel de carga de la batería llega al 4 %, desaparece el dato de autonomía del ordenador de viaje y se activa automáticamente un cuarto modo de funcionamiento, el modo Tortuga. Dicho modo limita la potencia del motor y desactiva los componentes eléctricos no esenciales (y además el conductor no los puede volver a activar). Adicionalmente, en el cuadro de instrumentos aparece un testigo de alerta que avisa del bajo nivel de carga y el navegador (en caso de tenerlo) muestra un listado con los puntos de recarga más cercanos.
Los asistentes a la conducción disponibles para el 500e son numerosos, si bien la mayoría son los habituales en vehículos de este tipo: un sistema de frenada de emergencia en ciudad con reconocimiento de peatones, un sistema de mantenimiento de carril, un detector de vehículos en el ángulo muerto y un programador de velocidad activo con capacidad para detener el vehículo y reanudar la marcha. Todos ellos tienen un desempeño satisfactorio en términos generales, si bien en algunas situaciones actúan de manera brusca (el sistema de mantenimiento de carril y el programador de velocidad activo, especialmente).