El DFSK 580 tiene siete plazas con la distribución habitual de tres filas de asientos. Las de la tercera fila son perfectamente aprovechables por adultos con una agilidad normal porque el acceso es relativamente sencillo y hay espacio suficiente para ellos (tabla comparativa de mediciones del interior). No es habitual que esto sea así, normalmente estas plazas sirven para que las ocupen niños.
Para acceder a esta fila hay que tirar de una palanca que hay en el asiento derecho de la segunda fila (imagen). Al hacerlo, su respaldo se abate y el asiento completo se adelanta. La puerta deja un hueco muy amplio para pasar y, una vez desplazado el asiento, esa zona queda suficientemente despejada para que yo, que mido casi dos metros, no haya tenido que hacer contorsionismo para sentarme detrás (en el piso queda libre un pasillo de 22 cm de anchura, seis más que en un Mitsubishi Outlander; y el espacio vertical es de 105 cm, ocho más que en un Škoda Kodiaq).
Una vez acomodado, la cabeza me toca en el techo si llevo la espalda completamente pegada al respaldo; estimo que alguien de metro ochenta y cinco puede viajar sin este problema. Para que alguien de esta estatura viaje ahí es necesario que los asientos de la segunda se adelanten un poco porque si no, difícilmente caben las piernas. Los dos pasajeros de la última fila no tienen salidas de ventilación ni conexiones eléctricas; sí hay unos huecos para dejar un bote de bebida o un objeto pequeño como un móvil (imagen).
En la segunda fila hay menos anchura de lo normal y mucha altura desde la banqueta hasta el techo. La distancia hasta los asientos delanteros se puede modificar desplazando los asientos (en dos partes) adelante y atrás a lo largo de 13 cm (imagen). La inclinación del respaldo también es regulable. Las puertas abren mucho y facilitan entrar y salir del coche, así como colocar a un niño en su sillita. Los anclajes Isofix —tiene para dos sillas, en las plazas laterales de la segunda fila— van ocultos en el mullido del asiento (imagen) y no cuentan con un marco de plástico que ayude para guiar los anclajes de la silla, por lo que no es sencillo colocarlos con rapidez. Hay salidas de la ventilación al final de la consola (imagen), pero no tomas de corriente (ni de 12 V ni USB).
La postura de conducción no es mala, pero se echa en falta que el volante tenga regulación en profundidad. De tenerla, habría gente que iría más cómoda, especialmente aquellos que sean más altos y lleven el asiento en una posición retrasada. Los asientos son correctos, no me han llamado la atención por ser especialmente cómodos ni por lo contrario. El del conductor tiene las regulaciones eléctricas habituales (altura, distancia a los pedales e inclinación del respaldo, no hay del apoyo lumbar; imagen) si se trata del nivel de equipamiento Intelligent, en el Luxury son manuales.
La distribución de los mandos es adecuada. Todos quedan a mano y son fáciles de identificar. Los del climatizador (imagen) están «inspirados» en los que usa Mercedes-Benz en algunos modelos (imagen). Los que hay entre los asientos sirven para gestionar el sistema multimedia (imagen), en este caso «inspirados» en el iDrive de BMW.
El cuadro de instrumentos es sencillo y fácil de leer (imagen). La pantalla del sistema multimedia es grande y queda también a mano; se maneja tocando la pantalla y con el mando que hay entre los asientos mencionado antes.
El aspecto del habitáculo es agradable de un primer vistazo. Sin ponerse a escudriñarlo no hay nada que tenga mala pinta ni de sensación de coche barato (que no lo es). No es un coche descuidado, ni de materiales simplones. Por ejemplo, el plástico que cubre el salpicadero es blando y sobre él se ha simulado unos pespuntes, como si fuese cuero; no hay filos cortantes en zonas como en las bolsas de las puertas (un lugar que no siempre está bien rematado); las diferentes piezas están ancladas con solidez sin desajustes con las contiguas. Incluso el maletero está razonablemente bien rematado, incluido el doble fondo.
Pero durante el uso del coche, aparecen pequeños detalles mejorables que pueden justificar de algún modo que sea el más asequible. El principal quizás sea el sistema multimedia (funciona bajo el sistema operativo Android), tanto por el sistema en sí como por la pantalla, que se ve mal cuando le da mucha luz solar. Le he encontrado varios inconvenientes: el sintonizador de radio no tiene función RDS, así que no muestra el nombre de las emisoras (imagen), ni durante un viaje es capaz de mantener la misma según esta va cambiando de frecuencia. Otro es la función de las cámaras periféricas, con poca resolución y mala calidad de imagen si hay poca luz, por lo que en ocasiones no sirve de ayuda. La función MirrorLink (que además requiere de la instalación de una aplicación en el móvil) no funciona correctamente (al menos en mi caso, he probado con un Samsung S9).
Otro detalle más sutil es el cuero de los asientos. No es mucho peor que la piel sintética que hay en la inmensa mayoría de coches actuales, pero su superficie se percibe menos refinada. Además, en la unidad que hemos probado había dos ruidos que no deberían existir, uno procedía del asiento cuando recolocaba el cuerpo o cuando este se movía en las curvas (algo parecido, con matices, al que hacen algunos somieres viejos); el otro, más leve, procedía de la puerta del conductor.
El climatizador tiene control de temperatura de dos zonas y un funcionamiento errático. Durante varios trayectos largos tuve que ajustar la temperatura a 26,5 grados para no quedarme helado cuando en el exterior la temperatura era de 23 grados y el día, soleado. En otros momentos, con esas mismas condiciones de luz y temperatura, salía aire muy caliente.
El techo panorámico de cristal abarca por completo las dos primeras filas de asientos (imagen). Una parte (grande) de él se puede abrir. Para que el sol no suponga una molestia, hay una cortinilla, de accionamiento también eléctrico, que se puede llevar colocada incluso con el techo abierto, algo que no es frecuente.
Salvo por los ajustes eléctricos del asiento, el techo panorámico y el sistema de entrada y arranque sin llave, el equipamiento es el de un coche sencillo. Entre lo que se puede echar en falta porque sí está disponible en los modelos de la competencia están la calefacción en los asientos o un sistema de apertura motorizado del maletero, por citar un par de cosas. El DFSK 580 solo tiene cuatro airbags, los frontales y laterales delanteros; carece de airbags de cabeza para las tres filas, de rodilla en las plazas delanteras y laterales en la segunda fila.
Del maletero no tenemos su capacidad conforme al método VDA, que es el estándar habitual y el que aparece en nuestras fichas técnicas para poder comparar. Según nuestras mediciones es un poco más estrecho que el de sus alternativas y más o menos igual de profundo; la principal diferencia está en la altura hasta la cortinilla, que es menor (hay 36 cm, mientras que en el mejor de sus rivales en esta cota, el Peugeot 5008, hemos medido 52 cm). En cualquier caso, si solo se usan cinco plazas, hay espacio suficiente para su equipaje; si se emplean las siete, se pueden llevar un par de maletas de mano o varias bolsas, que es lo habitual. En la zona más próxima al borde de carga hay un doble fondo (imagen).
El portón abarca por fuera toda la anchura de la carrocería pero, una vez abierto, la boca de carga es algo más estrecha (7 cm) que en el 5008 y el Kodiaq, e igual que la del Outlander. El portón no se eleva mucho y quienes midan 1,78 m de estatura ya se golpearán con él si no se agachan.