El 1,4 litros y 16V tiene unas prestaciones inferiores a las que se esperan de un motor de 94 CV. Esto se debe, en parte, a unos desarrollos de cambio muy largos e inadecuados para circular con agilidad. En quinta velocidad a velocidad máxima (176 km/h) el motor va a sólo 5.000 rpm. Para alcanzar la velocidad máxima o incluso moverse con agilidad en carretera hay que recurrir constantemente a la cuarta velocidad. Dado el desarrollo en cuarta (27,6 km/h cada 1.000 rpm) el Kalos 1.4 16V alcanza la velocidad máxima a 6.400 rpm. Este motor es más suave y sube de régimen con más facilidad y alegría que las otras dos versiones.
El 1,2 me parece un coche adecuado para circular por ciudad, pero justo para realizar desplazamientos por carretera abierta (también tiene los desarrollos muy largos). Si se va a udar casi siempre por ciudad, es preferible al Kalos 1,4 de 83 CV, que tampoco se desenvuelve bien en carretera y, además, consume 0,9 litros más cada 100 km y es 310 € más caro.
Todas las versiones tienen unas suspensiones muy suaves que permiten movimientos grandes de la carrocería a los que hay que acostumbrarse.
A pesar de sus blandas suspensiones y de sus amplios movimientos, el Kalos tiene una adecuada capacidad para entrar en las curvas. Si el conductor levanta el pie del acelerador con el coche apoyado en una curva no es difícil sentir cómo el coche tiende a cerrar ligeramente la trayectoria, siempre de forma suave. Las versiones «SE» no tienen ABS disponible (es de serie en las «SR» y «SX») y el control de estabilidad no está disponible para ningún Kalos.