El Dacia Sandero tiene reacciones seguras. Al menos en una conducción rápida, responde bien a las solicitudes con el freno y el volante. En esta nueva generación, el control de estabilidad es de serie, lo que hace que sea más seguro en algunas condiciones. Nuestra unidad de pruebas tenía ruedas de calidad, unas Continental Conti EcoContact 5 de medias 185/65 R15 T, con las que la adherencia era buena. Eso se puede ver, por ejemplo, que en nuestra medición de frenada (tabla comparativa) se ha detenido en 55,4 metros sobre un asfalto completamente mojado, un dato que sería aceptable incluso con el suelo seco.
La altura ligeramente superior al suelo respecto a la de un turismo normal es útil en ciudad porque es muy raro que el paragolpes roce en un bordillo al aparcar en batería o contra el suelo al salir o entrar de aparcamientos subterráneos con rampas muy inclinadas. También puede ser de gran valor para quien puntualmente circule por caminos de tierra.
El Dacia Sandero Diesel de 90 caballos tiene buena respuesta y, como veremos más adelante, ofrece valores reales de consumo bajos. El motor es muy agradable, no muy ruidoso y permite conducir relajadamente en ciudad a bajas revoluciones o mantener un buen ritmo de marcha fuera de la ciudad.
El consumo de carburante que hemos medido ha sido bajo. En nuestro recorrido de referencia de 143,3 kilómetros por autovía a una velocidad media de 120 km/h ha consumido 6,0 l/100 km reales. Ese consumo es un buen valor, no muy alejado del que ofrecen los coches de menor consumo de tamaño y potencia similar que hemos probado en km77.com. En la siguiente tabla hay más datos:
Datos de consumo. Mediciones de km77.com | ||
Modelo | Velocidad media (km/h) | Consumo (l/100 km) |
Opel Corsa 1.3 ecoFLEX 95 CV Start & Stop | 120 | 5,3 |
Volkswagen Polo 1.6 TDI 90 CV | 120 | 5,3 |
Renault Clio Energy dCi 90 S&S | 120 | 5,5 |
Suzuki Swift 1.3 D 75 CV | 121 | 5,5 |
Citroën DS3 HDi 90 FAP | 120 | 6,0 |
Dacia Sandero dCi 90 | 119 | 6,0 |
KIA Venga 1.4 CRDi 90 CV | 120 | 6,4 |
Ford KA 1.30 TDci 75 CV | 122 | 6,5 |
Según la ficha técnica, el depósito de carburante del Dacia Sandero tiene 50 litros de capacidad. Ese dato no es real. No he tenido oportunidad de hacer un llenado completo, pero cuando el indicador de carburante marcaba que el depósito estaba lleno en sus tres cuartas partes, he conseguido introducir unos 30 litros. Después de que salte por primera vez la desconexión automática del surtidor, caben muchos más litros —unos 13—. Cada vez que he repostado de esta manera, la autonomía que indicaba el ordenador de viaje superaba, por mucho, 1000 kilómetros, algo que me parece completamente factible teniendo en cuenta lo poco que gasta este Sandero.
A pesar de que esta versión del Dacia Sandero me ha gustado mucho, no creo que sea la mejor elección para quien apenas salga de la ciudad. Su capacidad de aceleración —buena para su potencia como se puede ver en esta tabla comparativa— excede las necesidades normales en recorridos urbanos. Para ese uso quizá compense alguna de las variantes menos costosas, por ejemplo, la que lleva motor Diesel de 75 caballos (que, según datos oficiales, consume lo mismo). Puede ser una variante muy a tener en cuenta por dos razones: es el coche Diesel más barato del mercado (cuesta 10 000 euros), y se vende con un nivel de equipamiento menor que el de 90 CV y por lo tanto es 1200 euros menos costoso.
Durante la presentación, mi compañero Pablo David González condujo tanto la versión Diesel como gasolina de 90 caballos, con lo cual tuvo oportunidad de compararlas. Suscribo que el Sandero es algo más ruidoso a unos 120 km/h que, por ejemplo, un Renault Clio (si bien las diferencias no son enormes) y me parece más sensible de lo normal ante el viento lateral racheado. A continuación van algunas de sus impresiones:
«Me ha parecido que ambos motores tienen un funcionamiento satisfactorio, aunque existen claras diferencias entre ellos. El motor Diesel es más ruidoso que el de gasolina en parado y a velocidades inferiores a aproximadamente 85 km/h. A partir de esta velocidad el ruido de ambos motores queda oculto por el aerodinámico, el cual es más alto que el que se percibe, por ejemplo, en un Renault Clio. A este respecto es justo mencionar que los días en que pude conducir el Sandero fueron muy ventosos, por lo que habrá que esperar a probarlo en condiciones más favorables para dar una opinión definitiva.
«El motor de gasolina a bajas revoluciones da una fuerza suficiente para practicar una conducción relajada y solventar la mayoría de los eventos que acaecen en el tráfico diario. En caso de necesitar una aceleración intensa, hay que mantener el motor por encima de 4000 rpm (a 6000 rpm se produce el corte de inyección). El consumo de carburante que registró el ordenador de viaje durante el tiempo que probé este motor varió entre 6,5 y 7,6 l/100 km, correspondiendo el primer valor a una conducción por autopista a aproximadamente 120 km/h y el segundo a un a ritmo rápido por carretera de curvas. En ambos casos me parecen valores correctos.
El motor Diesel —probado en un Sandero Stepway— tiene más fuerza a bajas revoluciones que el de gasolina, lo que permite salir desde parado con mayor facilidad y utilizar menos el cambio de marchas. Su funcionamiento es agradable, con un suave pero sensible aumento del empuje alrededor de 1700 rpm. Se puede revolucionar hasta 4500 rpm, aunque 500 rpm antes comienza a perder fuerza rápidamente. El consumo de carburante circulando por autopista a 120 km/h ha sido, según el ordenador de viaje, 6,5 l/100 km.
La ruta por la que he probado este modelo estaba bien asfaltada y la suspensión resultó cómoda en estas circunstancias. Creo que también lo es sobre terreno irregular, en base a las reacciones que observé por los pocos baches sobre los que circulé. Me ha parecido que la carrocería se mueve más de lo normal ante vientos laterales fuertes».