El Manifesto es un prototipo de vehículo pequeño —mide unos 3,6 metros— y económico destinado a un uso de ocio por el campo. Tiene tracción en las cuatro ruedas.
Dacia no va a fabricar un modelo parecido, aunque sí tomará algunas ideas para futuros modelos. El Manifesto también sirve para ejemplificar algunas de las características que Dacia considera claves en su forma de concebir coches: la sencillez y la orientación pragmática, ideas que en este prototipo están llevadas al extremo en algunos casos.
No tiene parabrisas, ventanillas ni puertas. Con ello se consigue que la experiencia de uso sea «auténtica» porque sus ocupantes no van muy aislados del entorno, y además se consigue una reducción de peso.
Las ruedas no tienen neumáticos; la flexibilidad necesaria se alcanza con el uso de unas láminas hechas de goma situadas entre la banda de rodadura y la propia llanta, solución que evita los pinchazos cuando se hace un uso intensivo en el campo y, según Dacia, «se pueden conservar durante toda la vida útil del vehículo». Estas ruedas son bastantes parecidas a las que se emplean en algunas máquinas agrícolas e industriales, o en vehículos de ocio orientados al campo (como es el caso de las ruedas Michelin Twell).
El exterior del Manifesto está repleto de detalles curiosos, como por ejemplo la presencia de un solo faro delantero (según la marca es suficiente para conseguir un buen alumbrado) y que, además, se puede extraer para ser utilizado como linterna cuando no se conduce. En la parte posterior de la carrocería no hay portón y, en su lugar, hay una superficie plana que puede tener diversas utilidades (imagen). Sobre el techo hay unos puntos de anclaje desplegables sobre los que se pueden fijar objetos.
El interior está preparado para que se pueda limpiar con agua, aunque para ello habría que desmontar primero el recubrimiento de los asientos (imagen), que también sirven como saco de dormir. El salpicadero está recubierto de corcho, que aporta sencillez y practicidad porque se pueden fijar notas con una chincheta (imagen). En general, el Manifesto presenta muchos puntos para acoplar y transportar objetos, como es el caso del sistema de fijación de objetos al salpicadero (que Dacia está desarrollando para modelos que están por venir).
La instrumentación es un pequeño display y no hay pantallas en el centro del salpicadero. En su lugar hay un soporte que permite integrar el teléfono del usuario (imagen), que se convierte en el punto de control de muchas de las funciones del vehículo. Es una solución que Dacia ya ha empezado a utilizar en algunos de sus modelos de producción y seguirá ampliando sus posibilidades en el futuro. Por ejemplo, está trabajando para que el propio teléfono reconozca (mediante sus propias cámaras) el cansancio del conductor y sugerirá el momento y el lugar adecuado para las pausas. De esta forma, se elimina la necesidad de montar dispositivos redundantes en el coche, que pueden aumentar el precio final y la complejidad técnica.
Algunas de las piezas de la carrocería están hechas con un material reciclado llamado Starkle® fabricado a partir de polipropileno. Dacia está trabajando para que sus modelos de producción lleven este material. Está compuesto de un 20 por ciento de plástico reciclado (que es mucho, según Dacia, para lo que viene siendo habitual hoy en día en el mercado). Este material es un poco más costoso de fabricar que el plástico normal.
Del sistema eléctrico no hay datos, ni de la batería ni de los motores. Si hay una batería «específica y extraíble que suministra electricidad a través de una toma doméstica»para alimentar dispositivos externos» (imagen).