Dacia Logan (2013) | Impresiones del interior
El habitáculo del Logan es prácticamente idéntico al del Sandero, salvo porque la altura disponible para la cabeza en las plazas traseras es algo menor y la anchura ligeramente mayor (aquí hay más información sobre las impresiones del interior del Dacia Sandero).
La principal diferencia entre ellos se halla en el maletero. El del Logan tiene tiene 510 litros de capacidad (190 más) y unas formas muy regulares que permiten aprovechar bien el espacio disponible. Es un volumen similar al que ofrecen modelos de tamaño parecido, como el Chevrolet Aveo de cuatro puertas o incluso un poco más grandes, como el Citroën C-Elysée o el Fiat Linea (ficha comparativa). Dicho volumen se puede ampliar abatiendo los respaldos de los asientos posteriores en dos secciones 60:40 (algo que no se podía hacer en la generación anterior), aunque la superficie restante no es completamente plana, sino que queda un escalón de aproximadamente 13 centímetros. A pesar de su capacidad (grande en términos generales), no es fácil cargar objetos voluminosos o pesados porque el borde de carga se sitúa muy alto (77 centímetros) y porque el hueco que deja la tapa es pequeño.
Cuenta con un plafón de iluminación en la parte superior, pero carece de ganchos, cintas elásticas o perchas para mantener la carga sujeta. Bajo el piso del maletero puede haber una rueda de repuesto del mismo tamaño que las otras cuatro (de serie viene con un kit de reparación de pinchazos), mientras que las herramientas para su cambio están situadas en las paredes laterales, completamente a la vista. El sistema de apertura del maletero, mediante muelles, resta capacidad de carga y además provoca un rebote de la tapa si no se abre con cuidado.
Por espacio en las plazas delanteras, el Logan es prácticamente idéntico al Sandero. En las plazas posteriores tiene 3 cm más de espacio para las piernas y 5 cm menos de altura hasta el techo. Frente a las alternativas que aparecen en nuestra tabla comparativa, se encuentra en la parte media-baja, si bien es cierto que la mayoría de ellas tienen una carrocería más larga y un precio superior . Si lo comparamos con el Chevrolet Aveo de cuatro puertas (el único modelo de cuatro puertas y tamaño similar del que tenemos medidas propias), el Logan es muy similar en todas las cotas, excepto en altura libre hasta el techo en las plazas traseras, que tiene tres centímetros más.
En función del tamaño y envergadura del conductor, el puesto de conducción puede ser más o menos adecuado debido a la ausencia de ajustes en el volante, altura del asiento y del cinturón de seguridad. Además, a diferencia del Sandero, no existe la posibilidad de adquirir este tipo de ajustes de manera opcional. En mi caso, que mido 183 cm, tuve que modificar ligeramente mi postura de conducción, llevando las piernas más flexionadas de lo habitual para poder llegar con comodidad al volante. Tras un corto periodo de tiempo me acostumbré a dicha postura, pero no tiene porqué ser igual para otros conductores, por lo que aconsejo probarlo.
Los asientos de las plazas delanteras tienen un mullido muy blando que proporciona un buen nivel de comodidad pero no impide que el cuerpo se mueva ostensiblemente en carreteras de curvas. Además la banqueta va situada muy alta y puede resultar demasiado corta para aquellos conductores con las piernas largas, provocando que una parte grande de los muslos no apoye sobre ella. En ningún caso pueden tener ajuste en altura o lumbar. Los asientos posteriores cuentan con dos anclajes Isofix para la colocación de sillas infantiles. También hay fijaciones Top Tether en la parte posterior de los respaldos.
El habitáculo tiene un diseño sencillo y está fabricado con materiales poco vistosos. No hay plásticos blandos ni con aspecto lujoso, pero el ajuste entre las distintas piezas parece correcto y no se escuchan ruidos persistentes o «grillos» al circular por carreteras con el asfalto rizado o muy roto. Sin embargo hay algunos detalles que están especialmente poco cuidados, como el mando circular que modifica la altura de los faros (de manera mecánica, no eléctrica como suele ser habitual; imagen), la falta de iluminación en el habitáculo (solo hay un plafón de luz en la parte delantera), la ausencia de tapa en el espejo del parasol o un equipo de sonido de poca calidad con solo dos altavoces.
La mayoría de los mandos quedan cerca de la mano y son cómodos de utilizar, salvo los de los elevalunas eléctricos, que están situados en la parte baja de la consola en una posición poco habitual (imagen) o el del retrovisor derecho, que al no tener ajuste eléctrico queda alejado de la mano y obliga a estirar el cuerpo para accionarlo. Los mandos de la climatización, aunque están bien situados, ocultan algunos gráficos que indican la distribución del aire. El cuadro de instrumentos tiene un aspecto similar (o el mismo) que en otros modelos de Dacia, como el Sandero, el Lodgy o el Duster. Al igual que éstos, carece de un indicador de temperatura del líquido refrigerante y el cuentarrevoluciones está graduado hasta 7000 rpm, independientemente de que el motor sea gasolina o Diesel (imagen). El ordenador de viaje no está disponible ni de manera opcional.
Tiene un buen número de huecos para depositar pequeños objetos, sobre todo los ocupantes de las plazas delanteras. En la parte baja de la consola, frente a la palanca de cambios, hay dos portabebidas y un hueco adicional donde poder dejar unas llaves, un móvil o una cartera (imagen). Entre los asientos delanteros hay otro pequeño hueco, aunque tiene poca utilidad porque sus bordes están poco marcados y los objetos que se depositan salen despedidos ante cualquier pequeño movimiento de la carrocería. También cuenta con un hueco sin tapa en la parte superior de la consola y en la parte inferior de cada una de las puertas (imagen). La guantera tiene un tamaño suficiente para llevar la documentación del vehículo y un chaleco de alta visibilidad, pero no tiene iluminación, cierre con llave o climatización (imagen).