De serie, el Dacia Lodgy tiene cinco plazas distribuidas en dos filas de asientos (2+3), y opcionalmente, siete plazas en tres filas (2+3+2).
Con 1,75 metros de anchura (sin espejos retrovisores), el Dacia Lodgy es estrecho. Por regla general, los coches de esa anchura son de menor longitud, como el Hyundai ix20 o el Citroën C3 Picasso. Una carrocería más bien estrecha tiene alguna ventaja clara en un uso cotidiano: es más fácil calcular las maniobras en aparcamientos en batería y, si hay coches a los lados, queda más sitio libre para abrir las puertas.
Esa estrechez exterior no se traduce en un interior con poco sitio para los hombros. De hecho, en la segunda fila de asientos (la única donde pueden ir tres ocupantes) tiene una anchura entre puertas ligeramente superior a la habitual en los monovolúmenes de unos 4,5 metros de longitud aunque no es generoso para tres adultos de complexión normal (pero tampoco viajarán muy incómodos), pero sí para dos adultos y un niño no muy crecido.
En general, el acceso a las plazas de las dos primeras filas está muy bien resuelto. Las banquetas están a una altura que prácticamente no hace necesario auparse ni dejarse caer, y como el techo es alto, casi no hay que doblar el tronco.
Tercera fila de asientos
En la tercera fila de asientos caben holgadamente dos adultos de unos 1,80 metros de estatura o algo más. Digo holgadamente porque sobran varios centímetros tanto de altura libre al techo, como de espacio para las rodillas y para los hombros. Además, se va sentado cómodo porque las banquetas no van colocadas muy cerca del suelo (que es lo que ocurre a menudo en las mismas plazas de otros monovolúmenes parecidos, como por ejemplo en un Chevrolet Orlando).
Los ocupantes de estas plazas tienen a disposición asideros en el techo, huecos para colocar objetos y dos salidas de aire bajo los asientos de la segunda fila.
El acceso a esta tercera fila de asientos bueno por el gran hueco que queda disponible al abatir los asientos de la fila anterior. Una persona de complexión normal y que sea medianamente ágil puede entrar y salir con gran facilidad y sin golpearse ni en la carrocería ni en alguna pieza del interior.
Segunda fila de asientos
En la segunda fila de asientos la mejor cota es la altura libre al techo. La anchura entre puertas es relativamente buena y no tiene mucho espacio para las piernas. Caben bien personas de aproximadamente 1,90 metros de estatura incluso si dos personas de similar tamaño van sentadas en las plazas anteriores. Sin embargo, no se puede ir con las piernas tan estiradas con en muchos rivales. Un motivo por el que quizá el Lodgy no tiene más espacio para pasajeros, es porque los asientos de esta segunda fila no se pueden adelantar o retrasar sobre un carril (en casi todos sus competidores sí es posible).
Las tres plazas de esta segunda fila no son individuales como por ejemplo las del Citroën C4 Grand Picasso o las del Renault Grand Scénic. Son tres plazas perfectamente aprovechables porque son anchas y del mismo tamaño (además cada una de ellas lleva fijaciones isofix para sillitas infantiles). En un Ford Grand C-MAX o en un Mazda 5, la plaza central es prácticamente inutilizable porque es muy estrecha y dura. Tabla de mediciones interiores.
Del mismo modo que en la tercera fila, en la segunda las únicas salidas de aire disponibles están bajo las banquetas de los asientos anteriores.
Plazas delanteras
He probado la versión con el volante, el asiento del conductor y los cinturones de seguridad regulables en altura. Estos elementos no están disponibles en el modelo más sencillo, cuestan 64 euros en el intermedio y son de serie en el más equipado («Laureate»).
Los asientos del Lodgy son los mismos independientemente del nivel de equipamiento. Recogen poco el cuerpo y el respaldo deja la parte superior de la espalda con poco apoyo. A mi juicio, el relleno es espuma tiene una adecuada dureza para que el cuerpo no se hunda mucho. He conducido unos 1300 kilómetros repartidos en una semana, el desplazamiento más largo (sin bajar del coche) ha sido de 3,5 horas y en ningún momento he notado un cansancio en la espalda fuera de lo habitual, aunque mi sensación no se puede extrapolar a nadie. Son unos asientos sencillos que cumplen suficientemente bien con su función y que, sin dar especial comodidad, están acorde con el resto de aspectos del coche.
Ninguno de los dos asientos delanteros se pueden alejar mucho del salpicadero. Es un aspecto muy a tener en cuenta las personas que tengan por costumbre sentarse muy retrasadas, bien porque son muy altas o bien porque les guste ir así.
El volante queda un poco más tendido de lo normal. Esa inclinación hace que cuando su parte central queda a una distancia normal de la manos, su parte superior puede quedar algo alejada.
La carencia más importante de la instrumentación es que falta un indicador de la temperatura del líquido refrigerante y otro de la temperatura exterior. El ordenador de viaje es de serie en todos los Lodgy, salvo en los que tienen equipamiento «Base» y acumula datos de un solo recorrido.
El mayor problema que hemos encontrado en el puesto de conducción es que la pantalla táctil de la consola (si está instalada) queda baja, y por ello, para consultar su información es necesario retirar mucho la vista de la carretera. A coche parado sí se maneja bien porque sus funciones son sencillas y sus «botones» grandes. Los mandos del regulación del climatizador también quedan bajos, aún más que la pantalla.
Configuración de los asientos
Los asientos de la tercera fila se pueden plegar contra el respaldo de los de la segunda. Como son delgados, ocupan poco sitio en el maletero y por lo tanto no reducen mucho su volumen.
El proceso para plegar los respaldos es sencillo pero las palancas que abaten los respaldos van duras. Como son pequeñas, en ocasiones se «clavan» en las manos; si tuvieran más superficie de contacto serían más fáciles de accionar. Para abatir todo el conjunto (asientos y respaldo) hacia delante hay que tirar de una cuerda que acciona un pestillo. El proceso no plantea problemas si esa cuerda permanece dentro de sus guías, pero no es raro que se salga de ellas.
Una vez plegada esa tercera fila, también es posible sacarla del interior. Hace falta tener fuerza porque tienen un peso considerable (unos 15 kg) y un tamaño que obliga a manejarla con cuidado.
La segunda fila de asientos también se puede plegar, pero no desmontar. El proceso para plegarla está mejor resuelto que el de la tercera, se hace con más suavidad.
Me parece que la falta más importante de acabado de este coche es que, cuando se pliegan los asientos, los hierros que conforman parte de su estructura quedan a la vista y hay que tener cuidado para no golpearse con ellos cuando se está cargando o descargando el maletero.
Con siete plazas en posición de servicio, el maletero tiene solo 207 litros de capacidad y una longitud de carga (o profundidad) de solo 32 centímetros. Con cinco asientos, la capacidad del maletero hasta el borde inferior de las ventanillas es 827 litros y una longitud de carga de unos 117 centímetros (algo menos en el caso de la versión de siete plazas con la última fila plegada). Con solo dos plazas en posición de servicio, las delanteras, la superficie de carga es de unos 1,75 metros de longitud (o algo más si los asientos no van completamente retrasados).
Si nos fijamos en la capacidad del maletero con cinco plazas (827 litros), es un volumen grande con respecto a otros monovolúmenes de tamaño similar. Así, tiene claramente más capacidad que modelos como el Opel Zafira, el Renault Scénic o el Peugeot 5008 y casi el doble que un Toyota Verso o un Mazda5 (listado comparativo). El Dacia Logan Break también tiene una longitud y un volumen del maletero similar (700 litros).
Es posible colocar redes dispuestas verticalmente para separar el espacio destinado a la carga del habitáculo. En esta imagen, se puede ver que esa red no está sujeta al techo, sino únicamente por su parte inferior.