El habitáculo del Born se parece mucho al del Volkswagen ID.3, aunque el del CUPRA transmite una mayor impresión de calidad por el tacto de los materiales que quedan más a mano y una mayor sensación de recogimiento gracias a una consola central más elevada y a unos asientos deportivos de tipo baquet que sujetan mejor el cuerpo (son de serie; imagen). Estos tienen regulaciones amplias y, junto con las del volante (en altura y profundidad), uno enseguida encuentra una postura de conducción cómoda. También se agradece que en la consola central haya mucho espacio para dejar objetos de uso cotidiano, como las llaves, el móvil o la cartera (imagen e imagen).
Con el paquete e-Boost, el volante tiene dos botones circulares que cuelgan de los radios (imagen). El de la izquierda, que pone «DRIVE», sirve para cambiar entre los diferentes modos de conducción (hay cinco: Range, Comfort, Performance, CUPRA e Individual). El de la derecha, con el logotipo de CUPRA, sirve para activar directamente el modo CUPRA, un modo exclusivo de los Born con e-Boost.
Si no se tiene este paquete de potenciación, el volante carece de esos mandos (imagen) y los modos de conducción han de seleccionarse a través de la pantalla central. Además, desaparece el modo CUPRA.
Como en el ID.3, hay una pantalla de 5,3 pulgadas donde se visualiza la instrumentación (imagen) y una de 12 (de 10 pulgadas en el ID.3) para el sistema multimedia (compatible con Android Auto y CarPlay; imagen). Tienen los mismos puntos positivos y negativos que en el Volkswagen. Entre los positivos están una buena resolución y visibilidad bajo diferentes condiciones de iluminación. Entre los negativos, la poca capacidad de personalización de la instrumentación, lo enrevesado que resulta llegar a algunos menús y los cuelgues y errores del sistema operativo, aunque en el CUPRA no han sido tan cuantiosos como en el ID.3. De todo ello hablamos en profundidad en las impresiones del interior del Volkswagen ID.3.
Un punto que no está bien resuelto es el control de los elevalunas posteriores desde el puesto de conducción. Para manejarlos hay que presionar primero un conmutador táctil y luego utilizar los mismos tiradores que para los elevalunas delanteros. Resulta un engorro y hay ocasiones en las que ese conmutador se activa sin querer al rozarlo con la mano. También hay algo de sinsentido en la iluminación del habitáculo. Es llamativo que haya largas tiras de ledes en las puertas y el suelo, que se pueden iluminar de diferentes colores y cuya función es puramente decorativa, pero que la superficie táctil que hay justo por debajo de la pantalla, con la que se controla la temperatura de la climatización y el volumen del audio, esté totalmente a oscuras. De noche no sabes dónde pulsar porque no se ve nada. Y la guantera tampoco está iluminada (imagen).
El Born es un cinco plazas, excepto si se pide la batería de 77 kWh (paquete Range), porque entonces solo tiene cuatro. Lo mismo sucede en el ID.3. Asimismo, como en el Volkswagen, el espacio para los pasajeros de la fila posterior es amplio en sentido longitudinal (para las piernas) y normal en altura (quien supere el metro ochenta de estatura tocará el techo con la cabeza; mediciones del interior). La anchura entre puertas da para llevar a dos adultos de corpulencia media con comodidad. Tres soportarán sin mucho problema un viaje breve, pero uno largo se les hará incómodo.
Los ocupantes de esta fila disponen de dos puertos USB-C (imagen)y un plafón de luces en el techo. No hay salidas de aire en la consola ni altavoces en las puertas. Actualmente, los Born no llevan reposabrazos central (imagen). Este elemento llegará a lo largo de 2022 (imagen).
El maletero tiene 385 litros, por lo que es más pequeño que el de un KIA e-Niro (451 l), un MG ZS (448 l) y un Renault Mégane E-TECH (440 l) y superior al de un Citroën ë-C4 (380 l), un Hyundai Kona Eléctrico (332 l) y un Opel Mokka-e (310 l). En este listado están ordenados por tamaño de maletero todos los turismo y SUV eléctricos a la venta en España de entre 4,20 y 4,45 metros de longitud.
En la zona de carga hay una repisa rígida extraíble que se puede colocar a dos alturas. En la superior, queda enrasada con los respaldos cuando se abaten —estos están divididos en dos partes (60/40; imagen e imagen). Aquellos con reposabrazos central tienen además un recorte en la plaza central para transportar objetos alargados (imagen)—. En la posición inferior, crea un escalón de unos 10 centímetros (imagen). Bajo el piso hay un pequeño hueco donde, con algo de esfuerzo y dedicación, se pueden guardar los cables de recarga (imagen). No es el lugar ideal, sobre todo si se viaja con el maletero lleno de equipaje porque obliga a sacar parte de este poder acceder al hueco. Lo óptimo es tener un espacio destinado a tal efecto bajo el capó frontal, algo que no existe en el CUPRA Born y sí en algunas de sus alternativas, como en el Volvo XC40 Eléctrico.