Con el OLI, Citroën da a conocer su concepto sobre el coche del futuro y algunas de las soluciones que implementará en sus próximos modelos. Según la marca, es un vehículo que «se enfrenta a los desafíos sociales del mañana» y que ofrece una movilidad «alegre, asequible y multiusos». También afirma que tanto el coche en sí como las ideas mostradas en el mismo son una evolución de las vistas en el AMI.
En el OLI todo se ha llevado a una sencillez casi extrema. Por ejemplo, tanto los paneles de las dos puertas delanteras como los parachoques son exactamente iguales (son intercambiables) y el vidrio utilizado para los cristales es plano, lo cual reduce el coste de fabricación. Además, capó, techo y portón del maletero están fabricados con cartón corrugado revestido con resina de poliuretano, que según Citroën es un material muy ligero, sostenible y resistente (se usa habitualmente en rampas de carga o plataformas de estacionamiento).
Al habitáculo se accede mediante cuatro puertas laterales que se abren en sentido opuesto (las delanteras hacia delante y las traseras hacia atrás). Un vez dentro, la sencillez sigue siendo la tónica general: los cuatro asientos tienen un tapizado de tipo malla y su estructura queda a la vista, el suelo es plano y se puede limpiar con una manguera (tiene desagües) y el salpicadero está desprovisto de pantallas para el sistema de infoentretenimiento (hay soportes para colocar un teléfono móvil o una tablet que haga dicha función).
El maletero, del que Citroën no ha facilitado su capacidad, se puede ampliar abatiendo los respaldos de los asientos posteriores, plegando los reposacabezas de los mismos hacia el techo y deslizando la luneta en sentido diagonal. De esta manera queda una superficie de carga plana de 994 x 1050 mm (anchura y longitud, respectivamente) y que queda parcialmente al aire (como una pick-up; imagen).
Según Citroën, el objetivo de peso del OLI es de «unos 1000 kilos», que es un dato muy bajo teniendo en cuenta que se trata de un coche de tamaño mediano (4,20 metros de longitud, 1,65 m de altura y 1,90 m de anchura) y que se mueve mediante un sistema de impulsión eléctrico. La batería tiene 40 kWh de capacidad y la autonomía estimada (no está homologada) es de 400 kilómetros (consumo de 10 kWh/100 km, por tanto). La velocidad máxima es de 110 km/h.
Citroën dice que la batería se puede cargar del 20 al 80 % en 23 minutos. El sistema eléctrico es bidireccional (V2G), es decir, que además de recargar la batería, puede suministrar energía a dispositivos externos e incluso a una casa (Citroën dice que hasta 3000 W durante 12 horas, aproximadamente).
Las llantas del OLI están fabricadas en aluminio y acero y llevan unos neumáticos conceptuales fabricados por GoodYear. Estos están fabricados con materiales reciclados y reciclables casi en su totalidad y tienen una vida útil estimada de 500 000 kilómetros, que es muchísimo. Además están conectados mediante un sistema electrónico que informa sobre muchos parámetros de los mismos en tiempo real (temperatura, presión o desgaste de la banda de rodadura, por ejemplo).