Los asientos delanteros del Citroën Jumpy Multispace están unos cuantos centímetros más altos que en un todoterreno ligero (como pueda ser un Nissan Qashqai o un Toyota RAV 4) y alguno por debajo que en algunos todoterrenos de concepción más clásica como un Toyota Land Cruiser o un Land Rover Defender. Están a una distancia adecuada del suelo para que una persona de estatura media o algo por encima pueda acceder con comodidad. En mi caso, que mido 1,80 metros, la banqueta me quedaba situada más o menos a la altura de los glúteos, con lo cual entro y salgo con facilidad. En algunos vehículos industriales de mayor tamaño, como por ejemplo el Citroën Jumper o en el Ford Tourneo Custom, es necesario poner los pies en un pequeño peldaño intermedio para poder llegar bien al asiento.
Aunque los asientos van relativamente alejados de la carretera, no lo van mucho respecto al piso del coche. De hecho, no se va sentado tan erguido como en algunos vehículos de este tipo, sino que es posible ir con las piernas algo más estiradas y el volante no va demasiado tumbado. En general, la posición al volante de la Jumpy me ha parecido cómoda al menos en desplazamientos de unos 200 kilómetros (no he hecho viajes largos).
Todos los mandos a disposición del conductor se encuentran con facilidad y están ubicados en una posición donde se manejan sin desatender mucho la carrera. Muchos botones y palancas son los mismos que Citroën utiliza, o utilizaba hasta hace poco, en algunos de sus turismos de pasajeros (imagen).
De serie, las versiones del Citroën Jumpy con equipamiento Business y Atraction llevan tres plazas en la primera fila y se puede optar sin coste por dos plazas separadas. En las versiones de acabado Seduction y Milleniun (esta última es la que hemos probado), hay exclusivamente dos plazas delanteras. Con esta última configuración, entre el asiento del conductor y acompañante queda un pequeño pasillo que se puede usar para acceder a las plazas de la segunda fila sin necesidad de salir al exterior. La palanca del freno de mano no molesta porque está ubicada en el lateral izquierdo del asiento del conductor.
La segunda fila de asientos es de tres plazas (imagen) y está compuesta por dos piezas: una de una sola plaza y otra de dos. Opcionalmente, se puede optar por una tercera fila cuyos asientos son idénticos a los de la segunda (imagen).
Lo asientos de la segunda y tercera fila no permiten muchas posibilidades de configuración o al menos tantas como estamos acostumbrados en los monovolúmenes. Por ejemplo, ninguna fila se puede mover longitudinalmente para aumentar o reducir el espacio libre para las piernas y tampoco se puede poner en sentido contrario a la marcha. Lo que sí se puede hacer es cambiar la inclinación de sus respaldos (imagen), abatirlos por completo (por ejemplo para conseguir una superficie plana a modo de mesitas, imagen) o plegar todo el asiento hacia delante para aumentar el espacio de carga (imagen). Los asientos del Ford Tourneo Custom admiten unas configuraciones similares; un Mercedes-Benz Clase V tiene un interior más flexible puesto que, por ejemplo, permite colocar enfrentados los asientos de la segunda y tercera fila (imagen).
También existe la posibilidad de sacar del interior los asientos de la segunda y tercera fila. Mi experiencia es que esta operación requiere bastante esfuerzo físico porque los asientos son muy pesados, sobre todo la pieza de dos plazas. Además, las palancas que los liberan del suelo van duras.
En el Citroën Jumpy Multispace de carrocería larga queda una superficie de carga de 0,70 metros de profundidad cuando las tres filas de asientos están en posición de servicio. Con dos filas de asientos, la profundidad de carga aumenta hasta 1,53 metros (una bicicleta de montaña o carretera de adulto tiene una longitud algo superior). Si se eliminan los asientos de la segunda tercera fila, queda una superficie de carga de 2,53 metros de profundidad. A lo largo de todo el piso hay varios argollas para fijar la carga. Unas se encuentran a la altura de la segunda fila de asientos (una de ellas se puede ver en esta imagen) y otro en la tercera y en el maletero.
No he viajado en la segunda y tercera fila de asientos, pero me da la impresión que se va bien. Sus asientos son amplios, cómodos (quizá algo blandos para algunos gustos) y dan buen apoyo al cuerpo. Lo que he echado en falta son algunos detalles como una iluminación interior más potente o un reposabrazos en la cara interior de las puertas (elemento que sí hay en la tercera fila, imagen).
Las dos puertas laterales correderas que liberan un hueco de acceso de 120 centímetros de anchura y 92 de altura. Es un hueco muy amplio que permite entrar al habitáculo con gran facilidad, incluso a la tercera fila de asientos. Estas puertas correderas no tienen algún dispositivo que las frene si aparcamos en pendiente; solo se quedan enclavadas cuando están completamente abiertas.
El portón trasero tiene una altura de 1,4 metros. Por lo tanto, cuando se abre hace falta que por detrás del coche haya un espacio libre igual o mayor. El portón libera un hueco de acceso al interior de 1,2 metros de anchura y lo mismo de altura. Por detrás de la tercera fila de asientos hay una toma de corriente y un punto de luz que es poco potente.