Citroën C5 2.2 HDi 136 cv (2001) | Muchos modelos alternativos
Para quien quiera portón trasero, las alternativas al C5 son: Opel Vectra, Renault Laguna y Saab 9-3. Todos son algo menos potentes que el C5 pero no mucho más lentos; el Vectra es más rápido, de hecho. (Pulsa aquí para ver una ficha comparativa de estos modelos).
El Vectra —sobre todo en versión Sport— y el Laguna son coches más indicados para quien disfrute de las sensaciones que da manejar el coche. Eso no quiere decir que ninguno de ellos pueda pasar por las curvas más rápido que el C5. Las diferencias de consumo no son determinantes y en lo que sí tienen ventaja todos estos competidores es en precio. Todos están entre 3,6 y 3,7 millones; el C5 en versión SX, con el descuento oficial de Citroën (creo que cabe esperar algo más en el concesionario), se queda en 4,1. De todos ellos, el Laguna es el único con control de estabilidad, lo que lo hace preferible para quienes quieran el más seguro.
A quien le dé igual que el coche tenga portón o no, tiene más para elegir. Una de las mejores alternativas es el Peugeot 406 con el mismo motor que, además del motor, tiene cualidades muy semejantes al C5: es un coche cómodo sobre todo. El 406 puede ser más satisfactorio para quienes aprecian sentir las reacciones del coche, pero el C5 va mejor en situaciones difíciles. Si verdaderamente Peugeot no hace ningún descuento (que no lo creo), el 406 tiene peor relación entre precio y equipamiento que el C5.
El Passat es un coche menos cómodo que el C5 (por suspensión, ruido y vibraciones), pero ligeramente más rápido, no cuesta más y —sobre todo— lleva control de estabilidad de serie. También está por ver si el valor de reventa de un C5 es tan alto como el de un Passat.
No he conducido ni el Alfa Romeo 156 ni el Lancia Lybra con el nuevo motor 2.4 JTD en versión de 140 CV. El 156 es completamente opuesto al C5 en cualidades dinámicas; al margen de que corra más o menos, es un coche indicado para quienes quieren sentir el coche y no buscan un confort de primer orden. El Lybra está, en ese sentido, más cerca del C5.
Tampoco he conducido el Toledo TDI 150 CV pero, si va como el León (y no debe ser muy distinto), la diferencia en prestaciones con el C5 es enorme y la de consumo no lo es. El Toledo es un coche más pequeño e incómodo, pero también más barato y, gracias al control de estabilidad que tiene opcionalmente (85.000 pesetas), más seguro.
El Mondeo TDdi de 115 CV está lo suficientemente cerca en prestaciones del C5 como para considerarlo, aunque es ciertamente más lento. Eso sí, hay una versión de cinco puertas, con menos equipamiento que el C5, que cuesta 3,3 millones de pesetas. La versión Ghia, sólo disponible con cuatro puertas, cuesta 3,7.