El salpicadero del C4 tiene un aspecto moderno y llamativo. Resulta sencillo familiarizarse con todos los mandos porque están ordenados y agrupados de manera lógica. En este sentido es mucho mejor que el del Peugeot 308, en el que es necesario un periodo de adaptación más o menos grande para sentirse cómodo manejando todas las funciones del vehículo.
Todos los C4 tienen dos pantallas, una para el cuadro de instrumentos y otra para el sistema multimedia. La primera tiene solo cinco pulgadas y en términos de calidad, no es comparable a la que puede llevar un Audi A3, un Ford Focus o un Peugeot 308. La del Citroën no ofrece tanta riqueza gráfica ni tanta información, aunque siempre se ve con suficiente nitidez y permite presentar la información de varias formas.
Tiene cinco estilos de visualización predeterminados: cuadrantes (muestra un pequeño cuentarrevoluciones y la temperatura del líquido refrigerante), ordenador (con dos parciales), navegación (solo indicaciones y direcciones, no el mapa), conducción (muestra el funcionamiento de las ayudas a la conducción) y mínimo (reduce a lo imprescindible la información mostrada). Las transiciones entre cada uno de los estilos vienen acompañadas de una animación gráfica muy vistosa, pero que alarga más de lo deseable el proceso.
La pantalla táctil del centro de salpicadero es similar a la de otros modelos de Citroën y como en estos, el área de visualización no está del todo aprovechada, pues en los extremos laterales hay dos franjas verticales que muestran la temperatura seleccionada en el climatizador y que no se pueden quitar o cambiar por otra vista. Se ve bien incluso en días soleados, no queda muy marcada con la grasa de los dedos después de usarla y tiene unos menús bien estructurados que discurren entre sí de manera fluida. Bajo ella hay dos botones físicos y un mando circular. Los dos primeros sirven para acceder directamente al menú principal y a los reglajes del vehículo, respectivamente; el mando circular, que queda muy alejado de la mano del conductor, es para subir y bajar el volumen del sistema de sonido.
Los mandos del climatizador también son físicos e independientes de la pantalla, algo que nos parece mucho más práctico porque da lugar a menos distracciones que aquellos que están integrados en algún menú de la pantalla táctil. Bajo los mandos del climatizador puede haber una repisa con una zona de recarga inalámbrica para teléfonos móviles y bajo ella un hueco para dejar objetos. En esta parte del coche, si está equipado con cambio automático, hay otros dos espacios más para dejar objetos fuera de la vista: uno bajo una persianilla y otro bajo el reposabrazos.
Salvo en las versiones más básicas, delante del acompañante hay un soporte extraíble para tabletas (requiere un adaptador que no viene de serie) y dos guanteras (una con apertura tipo cajón que sirve para guardar algo plano como un libro fino o un tableta, y otra normal). También existe la posibilidad de montar un sistema de información proyectada sobre una lámina de plástico que, sin ser excepcional, cumple bien con su cometido.
En las versiones más costosas, hay unos asientos a los que Citroën denomina Advanced Comfort, que son muy blandos y nos han parecido excepcionalmente cómodos. Ahora bien, los soportes laterales son muy pequeños y procuran un agarre lateral practicamente nulo en curvas. Pueden estar tapizados con un «tejido de efecto cuero», tener calefacción e incluso masaje (eso sí, muy básico, hinchando y deshinchando el soporte lumbar).
El acceso al habitáculo es sencillo porque los asientos no están muy cerca del piso y por lo tanto no es necesario agacharse para acceder a ellos. Pero sería aún mejor si los umbrales de las puertas no fueran tan pronunciados. La distancia que hay entre el borde de los mismos y el piso del habitáculo es superior a la habitual en vehículos de este tipo y las primeras veces, es relativamente frecuente tropezar con ellos. Pasado un pequeño periodo de adaptación nos hemos habituado a ello (solo hay que levantar un poco más las piernas), pero es un detalle a tener en cuenta.
Una vez sentados, la posición de conducción es relativamente tendida y los ajustes amplios del volante y el asiento permiten que personas de muy diversa envergadura se sientan a gusto en poco tiempo. El único detalle descuidado en este aspecto es la ausencia de regulación en altura de los cinturones de seguridad delanteros. A nosotros no nos ha supuesto un problema, pero en función de la estatura o de la postura adoptada al volante, es posible que la parte superior del mismo apenas apoye sobre el hombro. Conviene probarlo antes de tomar una decisión de compra.
Los asientos traserospermiten viajar en una posición natural, ya que la banqueta no está muy cerca del piso. Además, el espacio longitudinal (para las piernas) es grande, de 73 centímetros según nuestras mediciones. La altura libre al techo, en cambio, es justa para una persona de 1,80 m (las unidades que hemos medido tenían techo solar, pero parece que este elemento no afecta a la altura en las plazas posteriores). La forma del guarnecido y de los pilares laterales (que se cierran hacia el interior) hacen que la cabeza quede algo encajonada.
En definitiva, las plazas posteriores del C4, sin ser pequeñas, no dan la sensación de amplitud de otros coches con una carrocería de formas más cuadradas y con más altura libre (como un SEAT León o el Volkswagen Golf). La visibilidad que tiene el conductor hacia los tres cuartos traseros y hacia atrás no está completamente despejada debido a la forma de las ventanillas y a que la luneta del portón está dividida por un listón de plástico (pero sí se ve mejor que en un Mazda3, por ejemplo).
Los pasajeros de estas plazas tienen a su disposición dos salidas de ventilación en la prolongación de la consola, dos tomas USB y un reposabrazos tras el respaldo del asiento central en el que hay dos posavasos y un pequeño receptáculo rectangular. Algunas versiones también tienen una trampilla en el respaldo del asiento central posterior que comunica el habitáculo con el maletero y facilita mucho el transporte de objetos largos y estrechos (como unos esquís o una alfombra, por ejemplo).
El maletero tiene 380 litros de capacidad y un piso que se puede colocar a dos alturas. Es un volumen similar al de un Volkswagen Golf o un SEAT León, modelos cuya carrocería es de menor longitud. Listado, ordenado por capacidad de maletero de turismos entre 4,2 y 4,6 metros de longitud y carrocería de cinco puertas.
Sus formas son diáfanas y por lo tanto, facilitan el aprovechamiento del espacio disponible. Los elementos de fijación son los habituales en este tipo de vehículos: cuatro ganchos de fijación en los extremos (para colocar, por ejemplo, una red), unos ganchos de plástico en las paredes laterales y un punto de luz en la pared izquierda (que alumbra muy poco). También tiene un lugar específicamente diseñado para guardar los triángulos de señalización mediante unas cintas con velcro.
Los materiales que Citroën ha utilizado para fabricar el salpicadero y los vanos de las puertas son de aspecto sencillo, pero acordes con el precio del vehículo. Hay plásticos ligeramente blandos en la parte superior del salpicadero y duros en el resto. Los ajustes entre las distintas piezas son igualmente normales, ni muy buenos ni muy malos. El sistema de cámaras perimetrales que tienen algunas versiones proporciona una calidad de imagen mala y no sirve para apurar al centímetro las maniobras en lugares estrechos, pero sí que ayuda a hacerse una idea de dónde están los extremos del coche.