No hemos apreciado diferencias de estabilidad entre el C4 Picasso y el Grand C4 Picasso. La cualidad dinámica más sobresaliente en los dos casos es que son muy cómodos de suspensión. También son poco ruidosos a cualquier velocidad porque al interior llega poco ruido procedente del motor o del contacto de la carrocería con el aire.
Las reacciones del C4 Picasso se parecen a las de un Renault Scénic. Es un monovolumen que transmite confianza en carreteras rápidas, aunque en las lentas tiene más tacto de coche alto y pesado, y le falta agilidad comparado con un Ford C-MAX, un SEAT Altea XL o un Volkswagen Touran —son más ágiles y responden con más precisión a los movimientos del volante—. En parte es así porque tiene una suspensión blanda que deja que la carrocería tenga movimientos amplios.
Incluso con los neumáticos de 18 pulgadas, de escaso perfil, la suspensión aísla bien a los ocupantes del estado de la carretera. Con todo, estos neumáticos no son los más adecuados para un uso normal, ni para carreteras que tengan baches —a menor perfil, más probable es dañar la rueda—.
Las versiones más económicas llevan muelles helicoidales en la suspensión trasera. Con el nivel de equipamiento «Exclusive», la suspensión trasera es neumática, que da más confort a los ocupantes de las plazas posteriores.
Si se busca un monovolumen de este tipo y sobre 140 CV que tenga la mayor capacidad de aceleración, hay mejores opciones: Ford C-Max TDCi, Volkswagen Touran 2.0 TDI o Altea XL 2.0 TDI.
Las prestaciones que hemos medido del C4 Picasso y Grand C4 Picasso con el motor HDI de 136 CV no son muy buenas para su potencia y puede que haya quien eche en falta más fuerza para adelantar en poco espacio, sobre todo si se va cargado (más información). El consumo es normal: en un recorrido a una media de 108 km/h a partes iguales por autovía y carretera rápida de doble sentido —con algún cambio de ritmo a causa del tráfico—, el C4 Picasso Diesel de 136 CV gastó 8,0 l/100 km. Haciendo ciudad y carretera a partes iguales y yendo a ritmo suave, el consumo puede estar en torno a 7,0 l/100 km.
Con el motor HDI de 109 CV, las prestaciones son menores que con el motor Diesel más potente. En cierta medida, al de 109 CV le ocurre como al de 136 CV: es algo más lento que otros monovolúmenes semejantes. Por ejemplo un SEAT Altea XL o un Volkswagen Touran, ambos con el motor 1.9 TDI de 105 CV, son más rápidos que el CC4 Picasso.
La caja de cambios automática CMP de seis velocidades tiene un funcionamiento muy bueno en la mayor parte de las circunstancias. Dada la escasa diferencia de precio con respecto a la versión manual, me parece una alternativa muy recomendable (información técnica). Como tiene mandos secuenciales detrás del volante, el conductor puede elegir la marcha que prefiere en cada momento —por ejemplo, viene bien para reducir alguna marcha antes de un adelantamiento—.
Lo que no nos ha gustado del funcionamiento del cambio CMP en la versión de 136 CV es que no permite maniobrar muy lentamente con un perfecto control. Es decir, puede ocurrir que al acelerar un poco el coche no se mueva y al acelerar un poco más se mueva más de lo necesario, lo que resulta incómodo para aparcar. En la versión de 109 CV este efecto no se da.
En el C4 Picasso con motor de 109 CV se puede elegir con cambio manual o automático. Con cualquiera de las dos cajas de cambio, los motores son exactamente iguales en sus variables principales, pero el control electrónico del motor hace que la respuesta al acelerador no sea la misma. Es posible que por esa causa, la versión de cambio manual tenga un tacto diferente: parece que tiene una respuesta más rápida al acelerador.
La caja automática CAS que pueden tener algunas versiones sólo es recomendable para quien aprecie sobremanera una pequeña ventaja de suavidad que da y, además, no esté interesado en las mejores prestaciones y consumo que tiene el C4 Picasso con la transmisión CMP.
Ayuda al aparcamiento
Opcionalmente puede tener un sistema de alerta de cambio involuntario de carril y un sistema de ayuda al aparcamiento lateral.
Este dispositivo ayuda al conductor en las maniobras de aparcamiento en línea tanto al lado derecho como al izquierdo. Avisa si una plaza de aparcamiento es adecuada al tamaño del coche o no, en tres niveles: estacionamiento posible, difícil y desaconsejado.
Este sistema se conecta desde un mando específico en el volante. Para que haga la medición hay que ir a menos de 20 km/h y activar los intermitentes de un lado o de otro. El sistema no tiene en cuenta los huecos de menos de 4 m o de más de 7 m. Consta de cuatro sensores de ultrasonidos, situados en cada uno de los extremos de los paragolpes delantero y trasero.
A diferencia de otros sistemas más avanzados de asistencia al aparcamiento, como el que puede llevar el Toyota Prius o el Volkswagen Touran, el del C4 Picasso no puede aparcar el coche automáticamente.