El funcionamiento como híbrido me ha parecido muy satisfactorio, salvo alguna reacción que no parece definitiva. Uno de los principales problemas que puede tener un híbrido Diesel, que es la puesta en marcha automática del motor, está resuelto.
La puesta en marcha del motor Diesel de este C4 es tan suave como la del Prius, no se percibe ninguna vibración cuando el motor arranca o se para. El Prius sigue teniendo una ventaja de suavidad y ruido por el funcionamiento del motor de gasolina en comparación con el Diesel, pero el proceso de arranque automático es igual de bueno en ambos.
Si forma parte de un sistema híbrido, también se soluciona uno de los inconvenientes del motor Diesel, que es la puesta en marcha del coche.
A muchos coches con motor Diesel les cuesta salir desde parado, especialmente si es en una rampa o llevan mucha carga (comentario). Hay otros en los que el motor da poco empuje hasta que se alcanza un cierto régimen.
Ambas cosas dejan de ser un problema con un dispositivo eléctrico de propulsión como éste, que puede dar 80 Nm desde que el coche está parado.
Durante el recorrido de la prueba se dieron las distintas condiciones de funcionamiento. En ciudad y travesías el motor Diesel se paraba automáticamente y con suavidad cada vez que el coche se detenía. Si se iniciaba la marcha muy despacio, el motor Diesel no se ponía en marcha.
La aceleración que podía dar el sistema eléctrico al iniciar la marcha me pareció menor que en el Prius. Es decir, en el Prius hay un margen mayor para iniciar la marcha sin que entre en funcionamiento el motor térmico. El funcionamiento cuando se forzaba al coche a emplear sólo el motor eléctrico era satisfactorio, muy parecido al del Prius.
La asistencia del motor eléctrico cuando se pisa a fondo el acelerador hace que la aceleración sea muy uniforme. Quizá por esa razón no se aprecia una diferencia grande con relación a un C4 Diesel; en todo caso, los datos indican que esa ventaja de aceleración es grande en algunos intervalos de velocidad.
La caja de cambios del C4 Hybride es la CMP que ha estrenado el C4 y que tan buena impresión nos dio en un primer contacto (más información sobe esta caja).
Teóricamente, el motor queda apagado y desembragado cuando el coche circula a menos de 60 km/h y el conductor levanta el pie del acelerador. Sin embargo, en algunos casos durante una frenada era posible sentir la retención del motor a medida que el cambio iba reduciendo marchas.
Según el ingeniero de Citroën que me acompañaba, hay que elegir un compromiso entre recuperar toda la energía posible y mantener una respuesta rápida si el conductor requiere aceleración instantáneamente.
El flujo de fuerza entre el motor térmico y la batería puede cambiar rápidamente, a juzgar por lo que mostraba la pantalla. En algunos casos, aunque el coche iba a velocidad constante (80 km/h), la batería alimentaba al motor para que impulsara al coche; según me dijeron, esto se debía a que la carga de la batería había llegado a un cierto nivel y el sistema consideraba mejor descargarla. De esa forma, el margen para recuperar energía en retención o frenada es mayor.
También observé que el motor Diesel podía alimentar a la batería y dejar de hacerlo en intervalos muy pequeños, cuando el coche iba a una velocidad constante. El funcionamiento en aceleración y en frenada es el normal en este tipo de coches, en el primer caso funcionan los motores térmico y eléctrico, en el segundo el motor térmico se para y el eléctrico se convierte en un generador que alimenta la batería.
Aunque el ruido del motor Diesel era patente en aceleración, el hecho de que el sistema híbrido contribuya a acelerar hace que ese ruido sea menor que si toda la aceleración dependiera del motor Diesel. La sensación de ruido es a veces mayor que en el Prius pero, como el C4 tiene relaciones de cambio fijas y el Prius no, el ruido que produce es más familiar porque resulta proporcional a la aceleración (cosa que no ocurre en el Prius).