El C4 Aircross es agradable de conducir. A pesar de ser un coche alto y pesado, entra bien en las curvas y da seguridad a quien lo conduce, en parte, porque su carrocería no se mueve mucho en las curvas y las frenadas. En general, tiene unas cualidades dinámicas muy similares a las del ASX.
Es difícil establecer diferencias claras de reacciones entre el C4 Aircross y sus competidores. Creo que todos pueden ser satisfactorios para una utilización normal, con pequeños matices. A mi juicio, uno de sus mayores rivales, el Nissan Qashqai, tiene una suspensión más blanda, que deja que la carrocería cabecee y balancee más en las curvas. Posiblemente debido a esa suspensión más blanda, el Nissan me parece más sensible a los errores de conducción. Así, si por ejemplo se frena violentamente en curva (por ejemplo ante un imprevisto) o se produce un balanceo brusco de la carrocería, tiene menor facilidad para seguir la trayectoria que el modelo de Citroën. A cambio, el Nissan me parece más cómodo que el Citroën en carreteras con el asfalto en mal estado.
La suspensión del C4 Aircross, si bien es más firme que la del Nissan, creo que no lo es tanto como la de un Ford Kuga. Por sus reacciones en curva (rápidas y ágiles) este modelo de Ford es uno de los todoterrenos ligeros que más se parecen a un turismo normal.
Impresiones sobre el motor Diesel de 150 caballos
El C4 Aircross que hemos probado con mayor detenimiento es el Diesel de 150 caballos. Según nuestras mediciones, su capacidad de aceleración es relativamente escasa para la potencia disponible. En un uso real por todo tipo de carreteras no me parece que se quede corto en casi ninguna circunstancia, de hecho se puede viajar a buen ritmo, pero no da la sensación de fuerza que dan otros competidores de potencia semejante.
Según nuestras mediciones de aceleración máxima y recuperación de velocidad desde marchas largas (ambas mediciones desde 80 a 120 km/h), este C4 Aircross ha sido más lento que el ASX con el mismo motor y sistema de tracción. Esa diferencia no se debe al peso o a los desarrollos de transmisión, que son casi idénticos en ambos modelos.
Cuando hemos hecho las mediciones nuestra unidad del C4 Aircross tenía unos 1200 km. Cabe la posibilidad que con más kilómetros mejore el rendimiento de este motor. De todas formas, no parece algo muy probable, pues no solo los datos de km77.com, sino también los datos oficiales de cada fabricante dan una ventaja clara al modelo de Mitsubishi (fichas comparativas).
La respuesta del motor no es lineal, sino que la potencia llega con algo de brusquedad cuando se sobrepasan unas 2000 rpm. Por debajo de ese régimen la falta de fuerza no es un problema en una utilización normal, pues sale bien desde parado o sube las pendientes de los garajes sin grandes dificultades.
Según nuestras mediciones, consumo está dentro de lo normal en un coche de este tipo. En nuestro recorrido de referencia (un tramo de ida y vuelta de 143,3 km en una autovía con fuertes pendientes, a una media de 120 km/h) el consumo real fue 7,6 l/100 km.
Ese consumo está en una posición intermedia si lo comparamos con el que hemos obtenido con otros coches similares en ese mismo recorrido. Así, un BMW X3 xDrive 20d (184 CV) gastó 7,6 l/100 km a una media de 121 km/h, un Nissan Qashqai 2,0 dCi (150 CV), 7,0 l100 km a una media de 113 km/h y un SsangYong Korando D20T 4x2 (175 CV), 8,1 l/100 km a una velocidad media de 117 km/h. El mejor rival por consumo que hemos probado hata la fecha ha sido el Mazda CX-5 D 150 CV, con 6,6 l/100 km.
El C4 Aircross está bien aislado de las vibraciones del motor. Es curioso que al ralentí no llegan vibraciones perceptibles al cambio de marcha o al volante, algo infrecuente en los motores Diesel de cuatro cilindros. Por esta ausencia de vibraciones parece de gasolina.
En marcha sí se aprecia el ruido del motor, típicamente Diesel, audible pero no demasiado evidente ni molesto. Nos ha llamado la atención de que al acelerar también se escucha el ruido agudo que produce el turbocompresor, algo que ya no es tan normal como hace años. Otra cosa que nos ha llamado la atención es que cuando el coche está al ralentí se escucha con claridad conexión y desconexión del electroventilador (que tampoco es normal en coches modernos).
De momento no hemos probado en profundidad el Citroën C4 Aircross Diesel de 114 CV: intentaremos probarlo porque según, hemos comprobado, este motor da muy buen resultado en otros coches de Peugeot o Citroën, incluso en modelos grandes y pesados. No obstante, para quien conduzca habitualmente por carreteras de pendientes grandes o en las que sea necesario adelantar en poco espacio y viaje cargado, quizá sea mejor opción decantarse por el más potente aunque ya hemos dicho que no es muy veloz.
El cambio de marchas manual de seis velocidades tiene un tacto duro pero preciso; las marchas entran muy bien. Citroën no tiene un cambio de marchas automático para este modelo (tampoco lo tiene Mitsubishi en el ASX), algo que sí se puede elegir en la mayor parte de sus rivales.
Todas las versiones llevan un sistema de parada y arranque automático del motor («Start/Stop») en las detenciones que funciona correctamente, sin grandes asperezas o brusquedades pero sin pasar desapercibido como los mejores sistemas de este tipo que tienen otros fabricantes.
No puedo decir mucho de cómo va por el campo, porque apenas he tenido oportunidad de conducirlo en esas circunstancias. Lo que sí me parece es que Citroën podría haber prescindido de la moldura de plástico que hay alrededor de los faros de antiniebla, pues es fácil arrancarla cuando nos aproximamos a un talud de tierra o algún obstáculo parecido. Eso es lo que me pasó con nuestra unidad de pruebas.