El Cruze SW se sitúa entre el grupo de cabeza por amplitud frente a sus competidores (mediciones del interior) al igual que sucede con la berlina de cuatro y cinco puertas.
El acceso a todas las plazas es sencillo gracias al generoso espacio que dejan todas las puertas cuando se abren. Los asientos delanteros son cómodos por forma y dureza del mullido y porque dan una sujeción lateral buena (los asientos del Cruze SW son siempre los mismos por forma y mullido independientemente del nivel de equipamiento, sólo cambia el color o el tipo de tapizado). El recorrido del ajuste longitudinal y de la altura de la banqueta es amplio, pero no hay posibilidad de variar el apoyo lumbar del respaldo, aunque ninguna de las personas que ha conducido el vehículo lo ha echado en falta.
La regulación en altura de los reposacabezas delanteros es amplia y permite que personas de hasta aproximadamente 1,90 metros de estatura puedan colocarlo en la posición correcta. Además éstos tienen regulación en inclinación. También se puede ajustar la altura y la proximidad del volante.
La primera sensación que tuve al sentarme en la segunda fila de asientos fue que la banqueta era, en todas las plazas, más dura de lo habitual. No me atrevo a decir si es incómoda o no, porque ha habido gente que no ha tenido esta misma percepción. Si las plazas traseras se van a utilizar con asiduidad, conviene probarlas antes de tomar cualquier decisión. No obstante, el espacio en sentido longitudinal es bueno, pudiendo una persona de 1,85 metros de altura viajar detrás de otra de la misma estatura sin agobio. La altura libre hasta el techo es muy grande. Por anchura, tres personas irán incómodas. Hemos medido una anchura de 135 centímetros entres puertas, inferior a la de un Peugeot 308 SW (141 cm) y un Hyundai i30 CW (137 cm), pero superior a la de un Opel Astra Sports Tourer (134 cm) y Renault Mégane Sport Tourer (133 cm). Aún así, si viajan tres adultos poco corpulentos, el que se siente en el centro irá mejor que en otros vehículos similares porque la forma de su asiento es cómoda, el suelo es casi plano y la altura hasta el techo es grande (para más información consultar nuestra tabla comparativa de mediciones interiores).
No hay diferencias en relación al resto de modelos de la gama Cruze en cuanto a materiales, mandos y huecos. Las apreciaciones aquí escritas coinciden en su mayoría con las expresadas en su momento por Jaime Arruz en la prueba del Cruze de cuatro puertas (más información).
El interior del Cruze SW no utiliza materiales ricos, pero da la sensación de estar bien construido. En el salpicadero y en los paneles que recubren el interior de las puertas dominan los plásticos duros. Algunos de ellos tienen un tratamiento para simular aluminio. Todos ellos parecen estar bien encajados entre sí y ser lo suficientemente robustos para aguantar el paso del tiempo sin deteriorarse gravemente. Tampoco producen crujidos o chirridos cuando se circula por terrenos resquebrajados.
Tiene detalles poco vistos en otros vehículos, como el revestimiento en tela de la franja del salpicadero situada enfrente del acompañante y en los paneles interiores de las puertas (imagen). Este detalle decorativo tiene el inconveniente de ser difícil de limpiar ya que las partículas de polvo o arena quedan retenidas en el entramado de la tela.
El diseño del salpicadero se ve notablemente afectado en función del tipo de pantalla central, especialmente con la denominada «MyLink». Con ella, el cajetín que va situado sobre el salpicadero se acerca a la pantalla y queda más accesible (imagen). La pantalla se sitúa en una posición más baja y se eliminan botones porque el sistema «MyLink» (de siete pulgadas) es táctil. Estos cambios derivados de una nueva pantalla se arrastran a lo largo de toda la consola, con diferente caída y forma de los contornos.
La unidad de prueba no contaba con el sistema «MyLink», sino con una pantalla no táctil y con navegador, que es lo que corresponde al nivel de equipamiento «LTZ». El manejo de este sistema es engorroso y poco intuitivo porque aglutina muchos botones en un espacio pequeño. Algunos mandos quedan lejos del alcance del conductor y otros tienen un tamaño no proporcionado a su importancia o frecuencia de uso (como los marcados como «TP», «INFO» y «AS»). Manejar este sistema durante la marcha para sintonizar una estación de radio o configurar algún parámetro obliga a desviar la mirada de la carretera y demanda más atención de lo recomendable. No he tenido oportunidad de probar el sistema «MyLink», pero éste parece mucho más fácil de utilizar, aunque su instalación implica renunciar al sistema de navegación GPS.
La cámara de visión trasera (de serie en el nivel «LT+» y «LTZ») se ensucia mucho y, por ejemplo, las gotas de agua pueden distorsionar la imagen que capta. Los colores de la pantalla donde se muestra la imagen de la cámara tienen muy poca saturación y hay veces en las que da la impresión de que la imagen es en blanco y negro. En cualquier caso, se ve bien.
Hay muchos huecos en el interior del Cruze SW —los mismos que hay en el resto de modelos de Cruze— para depositar objetos de uso cotidiano. La mayoría de ellos no están recubiertos de goma o tapizados para evitar que se muevan o se raye lo que se deposite en ellos. Esto sucede en las bolsas de las puertas (imagen) y en el espacio que hay junto a la palanca del freno de estacionamiento (imagen). Delante de la palanca de cambios hay un pequeño hueco, este sí con goma, donde se puede depositar un teléfono móvil (imagen). A la izquierda de la columna de la dirección hay un pequeño cajón con tapa (imagen) y hay otro más grande en la parte alta del salpicadero que, como se ha comentado más arriba, varía en función del tipo de pantalla central (imagen 1, imagen 2). Hay otro hueco en el interior del reposabrazos central delantero (imagen). La guantera (imagen) tiene buen tamaño.
Maletero
El maletero del Cruze tiene un volumen de carga de 500 litros, que es un valor muy bueno. Alternativas de similar longitud con un maletero sensiblemente más grande son el Škoda Octavia (580 litros) y el Hyundai i30 CW (528 litros). Un Opel Astra Sports Tourer (500 litros) y un KIA cee'd Sportswagon (510 litros) tienen un maletero igual o ligeramente más grande.
Las paredes del maletero tienen formas regulares y al abatir los asientos posteriores queda una superficie enrasada con el maletero que llega a ser completamente plana si se ejerce presión sobre el respaldo abatido de los asientos (imagen). Esto facilita la carga y el desplazamiento de los objetos, los cuales pueden asegurarse mediante cuerdas o cinchas utilizando los diversos ganchos y argollas disponibles. Debajo del piso del maletero (que puede bloquearse con unas pestañas) hay un espacio compartimentado aprovechable para cargar elementos poco voluminosos (imagen). El volumen del maletero con los asientos abatidos es 1500 litros.
En la parte superior del maletero, justo detrás de los reposacabezas traseros, hay una bandeja transversal (extraíble con dificultad) con compartimentos para depositar objetos. Puede resultar útil, pero debe ser utilizado en conjunción con la red vertical (de la que se habla en el último párrafo) para evitar que lo que se coloque en ella pueda convertirse en proyectil en caso de frenada o impacto. En el blog «Teletransporte» hay fotos de la citada bandeja, así como de otros muchos detalles del interior (más información).
El espacio de carga del Cruze SW se puede separar de la zona de pasajeros mediante la cortinilla horizontal que delimita el maletero normal y que tiene tres posiciones: estirada, enrollada y una tercera que permite acceder cómodamente a los bultos dentro del maletero sin tener que desencajarla y enrollarla. Para ello, cuando está estirada, hay que pulsar en el extremo (donde hay una inscripción que pone «press», y ésta inmediatamente se desliza hacia arriba por unos carriles que recorren el pilar C.
Todas las versiones del Cruze SW, excepto la básica «LS+», traen de serie una red vertical. Ésta tiene dos posiciones de anclaje: detrás de la fila posterior de asientos y detrás de los dos asientos delanteros. Siempre es imprescindible separar los bultos de los pasajeros, para que no se conviertan en proyectiles en caso de impacto o de frenazo brusco.