BYD ha hecho, posiblemente, una de las mejores berlinas eléctricas para circular por vías amplias. En su interior se viaja plácidamente, con pocas molestias producidas por el ruido y por las irregularidades del asfalto. Es cierto que todos los rivales del BYD que he conducido (como puede ser el BMW i4, el Tesla Model 3 o el Polestar 2) son buenos coches para viajar bien durante muchas horas seguidas, pero creo que el BYD es el que reúne el mayor número de cualidades para que la experiencia sea la mejor posible.
Tiene un excelente tacto de coche de carretera rápida. Mi impresión es que BYD ha conseguido algo parecido a lo que Mercedes-Benz hace con sus berlinas. Es decir, un coche que no reacciona con rapidez al volante, pero que transmite mucha confianza y seguridad incluso a velocidades elevadas. También va muy bien cuando el asfalto está irregular o hay baches, pues el conductor apenas tiene que corregir la trayectoria.
He probado los Seal de 313 y 530 CV. Me quedo con el más potente en lo que respecta a las cualidades de su suspensión. El 313 CV tiene amortiguadores sin regulación electrónica, con un reglaje claramente enfocado a la comodidad y que luce cuando se conduce a ritmo moderado. El de 530 CV tiene unos de dureza variable que permiten un mejor control de los movimientos de la carrocería en curvas y dan al coche unas reacciones más precisas.
En todo caso, el Seal de 530 CV no es una berlina eléctrica deportiva y eso no es bueno ni malo. Hemos realizado las mismas pruebas en carreteras de curvas y circuito con este BYD y con un BMW i4 M50, un Tesla Model 3 Tracción trasera (no pudimos conseguir la versión de tracción total, que sería la más parecida al resto de modelos citados) y un Polestar 2 Performance (ficha comparativa de los cuatro). El Seal es el menos ágil, el más lento de reacciones y el que parece más pesado; se mueve con más parsimonia, pero lo hace todo de forma progresiva y segura. Es uno de esos coches que avisan al conductor de lo que va a pasar y, cuando ocurre, no se mueve con brusquedad.
Parte de la impronta que deja cada coche guarda mucha relación con los neumáticos. El Seal no sólo es el que tenía los más estrechos junto con el Model 3, sino que también eran de una gama muy orientada a minimizar la resistencia a la rodadura antes que a dar mucha adherencia (unos Continental EcoContact 6Q 235/45 R19). El BMW y el Polestar tenían unos neumáticos más anchos, de menor perfil y de una orientación decididamente más deportiva.
En vista de que el BYD fue el más lento y el menos apropiado para circular deprisa en carreteras de montaña y en circuito, pensábamos que su desempeño en las maniobras de esquiva y eslalon sería modesto. Y nos equivocamos. En el eslalon no le faltó agilidad. Y, en la esquiva, consiguió entrar a la zona de conos a una velocidad relativamente alta. Lo mejor de todo es que resulta muy fácil de conducir y seguro.
La capacidad de aceleración es sobresaliente. BYD dice que para conseguir la máxima aceleración desde 0 hasta 100 kilómetros por hora es necesario seleccionar el modo de conducción Deporte y que la batería esté por encima del 95% de su capacidad. Así es como consigue pasar de 0 a 100 kilómetros por hora en 3,7 s. Nosotros hicimos esta prueba con la batería en torno al 60 % de la capacidad y el tiempo empleado fue 3,8 s.
Acelera de forma imponente desde parado y también cuando ya está en marcha. En nuestra medición desde 80 a 120 km/h empleó 2,7 segundos (mediciones propias), que es muy poco, aunque el BMW i4 M50 se impuso en esta medición con únicamente 2,2 s, un dato extraordinario sobre todo teniendo en cuenta que este coche pesa 100 kg más que el Seal (ficha comparativa).
Además del modo de conducción Deporte hay otros dos, Eco y Comfort, que se eligen desde una rueda que hay entre los asientos. También hay dos niveles de retención eléctrica que sólo se pueden elegir desde un menú del sistema multimedia al cual se accede tras pulsar varias veces en la pantalla (sería mucho más práctico si BYD hubiera colocado algún mando físico en la consola o, mejor, unas levas detrás del volante). Aunque se elija el modo de mayor retención eléctrica, en ningún caso hay una gran desaceleración cuando se levanta el pie del acelerador.
Los frenos me parecen correctos. Según nuestras mediciones, ha necesitado 52,5 metros para detenerse desde 120 kilómetros por hora. Esa distancia no es especialmente corta, y quizá hubiera sido mejor con unos neumáticos distintos. La resistencia al calentamiento es suficiente para un uso cotidiano aunque se conduzca de forma rápida puntualmente. Si el BYD Seal se usa como un coche deportivo en una carretera de montaña (algo para lo que no parece diseñado), tras unas cuantas frenadas se nota que los frenos pierden eficacia por sobrecalentamiento.