El habitáculo del BYD Seal U es equiparable al de sus rivales por calidad de materiales y ajustes —sea un Škoda Enyaq o un Ford Mustang Mach-E por ejemplo—. Hay muchas partes de tacto blando, las piezas encajan bien unas con otras, los botones tienen un accionamiento preciso y agradable y la sensación a bordo es todo lo contrario a ir en un coche barato.
La pantalla de la instrumentación (de 12,3 pulgadas) es, en mi opinión, uno de los puntos débiles del interior por la calidad de sus gráficos, la resolución del panel y su prácticamente nula capacidad de personalización. La pantalla del sistema multimedia está algo mejor resuelta desde el punto de vista estético y de opciones de configuración, pero tampoco es una maravilla de la técnica, tiene fallos importantes de traducción y convendría dar un repaso a la organización de los menús para facilitar la navegación por ellos.
El sistema multimedia no requiere de cables para hacer funcionar Android Auto y Apple CarPlay. Estas aplicaciones se abren a pantalla completa, algo que es de agradecer, pero siempre con la pantalla colocada en posición horizontal (en vertical no es posible visualizar ni Android ni Apple). Lo que no me ha gustado es que si estamos utilizando cualquiera de estas dos aplicaciones desaparece el menú del climatizador, por lo que si queremos hacer algún ajuste, primero hay que salir de Android Auto o Apple CarPlay. No obstante, es cierto que siempre se pueden hacer cambios a través del sistema de órdenes vocales, que se activa diciendo «Hi BYD» (hay que pronunciarlo en inglés, esto es, hay que decir: hai bi guay di).
Los asientos delanteros son muy confortables, están tapizados en piel artificial y tienen de serie ajustes eléctricos, calefacción y ventilación. Lo que no me ha gustado de ellos es la ausencia de regulación en altura del reposacabezas. A mí, que mido 1,85 metros de estatura, me queda bajo y me molesta. En las puertas y la consola central hay un buen número de huecos para dejar objetos y, en el caso del nivel de equipamiento Design, existen dos superficies para cargar por inducción teléfonos móviles (de 15 W cada uno).
La amplitud es sobresaliente. En la fila posterior de asientos hemos medido 82 centímetros de espacio para las piernas, más que en ningún otro vehículo de sus características y, por tanto, superando a alternativas como el Škoda Enyaq, Volkswagen ID.4 y el Tesla Model Y. La anchura entre puertas también es muy buena (139 cm) y la altura hasta el techo es correcta (una persona de 1,85 metros va cómoda si se repantiga un poco). Tabla comparativa de mediciones del interior.
Los respaldos de esta fila tienen regulación en inclinación (algo de lo que carece, por ejemplo, un Škoda Enyaq), si bien el banco no se puede deslizar a lo largo (tampoco el de sus alternativas). El suelo es plano, pero quien se siente en la plaza central irá menos cómodo que sus compañeros de los lados porque el asiento en esa parte es más duro y estrecho. Los pasajeros de la fila posterior cuentan con un reposabrazos abatible en el centro y una consola central en la que hay dos salidas de aire y dos puertos USB de tipo C.
El maletero tiene un volumen de 552 litros, un buen dato en relación a sus competidores (listado comparativo ordenador por volumen de maletero). La zona de carga tiene unas formas que facilitan el aprovechamiento del espacio disponible. Hay un piso móvil que se puede colocar en dos alturas. Si se coloca en la superior forma una superficie continua con los respaldos posteriores cuando estos se abaten. El portón tiene accionamiento eléctrico de serie.
Delante no hay maletero, aunque bien podría haber uno porque hay un vasto vacío bajo el capó que podría sido aprovechado para colocar una bandeja de plástico que permitiera guardar los cables de recarga.