BMW Serie 7 (2012) | Impresiones del interior
Al acceder al habitáculo del Serie 7, los aspectos que más llaman la antención son la gran cantidad de espacio disponible para los pasajeros —sobre todo en las plazas posteriores—, la abundancia de equipamiento y los precisos ajustes entre las distintras piezas. La mayor parte del interior está recubierto de cuero o madera (o aluminio en las versiones con el paquete deportivo M), mientras que la tela y el plástico quedan relegados al techo, a los botones de la consola central o a la parte baja del salpicadero. Todo ello, junto con el silencio y la suavidad con la que circula, consigue crear un ambiente de lujo.
En las plazas posteriores hay sitio para que dos personas se acomoden con una sensación de espacio poco habitual. Sensación que es real, ya que, según nuestras mediciones, se encuentra entre los modelos más espaciosos en cuanto a espacio para las piernas, quedando en un término medio en altura y anchura (tabla comparativa de mediciones del interior). En cambio, un tercer ocupante no irá cómodo porque la plaza central tiene un mullido muy duro (el respaldo hace las veces de reposabrazos) y además el túnel de transmisión, muy voluminoso, impide llevar las piernas en una posición natural. Opcionalmente, estas plazas pueden tener, entre otros elementos, un climatizador bizona independiente al de las plazas delanteras, unas cortinillas automáticas para las ventanillas y la luneta, un sistema multimedia con dos pantallas de 9,2 pulgadas y reproductor DVD o un mando «iDrive» desde el que se pueden ajustar las distintas opciones del vehículo. Los asientos también pueden tener ajuste eléctrico del reposacabezas, de la banqueta o del apoyo lumbar, además de ventilación, calefacción y masaje (nuestra unidad no tenía ninguno de estos elementos).
En estas plazas hay salidas de ventilación entre los dos asientos delanteros, en los montantes de las puertas y en la zona de los pies, bajo los asientos delanteros. Si además tiene instalado el climatizador bizona para estas plazas, también disponen de unos mandos similares a los de las plazas delanteras desde los que se controlan el caudal de aire, la temperatura y su distribución.
También tiene distintos lugares para depositar objetos, todos ellos tapizados o recubiertos con goma antideslizante. Es el caso de los huecos que hay en la parte inferior de cada puerta, el que hay bajo el reposabrazos central —muy amplio—, las bolsas tras los asientos delanteros o en la parte final de la consola central delantera, bajo las salidas de ventilación y junto a una toma de 12V.
El puesto de conducción me ha parecido muy bueno. Las regulaciones del volante y de los asientos son muy amplias y permiten que personas de muy diversa envergadura se acomoden con facilidad. Además, al igual que en otros modelos de BMW, se puede ir sentado muy cerca del suelo, con las piernas muy estiradas y con el volante colocado prácticamente en posición vertical. Esta generación del Serie 7 sigue sin tener regulación en altura para los cinturones de seguridad, por lo que es aconsejable probarlo para ver si a cada uno le queda bien colocado. A mí, que mido 183 cm y conduzco con la banqueta prácticamente en su posición más baja, me quedaba bien situado. Los de las plazas delanteras tienen un mecanismo que los tensa automáticamente despues de colocárselos.
El volante, con regulación eléctrica, está cubierto con piel de tacto muy agradable o de madera (opción) y puede estar calefactado. Es posible configurarlo para que se acerque automáticamente al salpicadero y dejar un acceso más amplio al entrar o al salir del vehículo. Tiene dos grupos de botones desde los que se pueden accionar o configurar diversos elementos de equipamiento: los de la parte izquierda son los relacionados con el controlador y limitador de velocidad y los sistemas de ayuda a la conducción; los de la derecha son los relacionados con el equipo de sonido, el teléfono o el sistema de reconocimiento de voz.
Los asientos delanteros pueden ser de varios tipos —y siempre tapizados en piel—: los de serie, unos deportivos con mayor apoyo lateral y otros con más regulaciones, denominados «Confort». Al igual que los traseros, pueden tener ventilación, calefacción y función de masaje. La unidad que hemos probado venía con los asientos deportivos (imagen), con un mullido algo duro, pero muy cómodos incluso en viajes de varias horas y con una buena sujeción del cuerpo al circular por carreteras con curvas. Además, la banqueta tiene un pequeño ajuste longitudinal que permite que los conductores más altos tengan más superficie de apoyo para los muslos. Los reposacabezas pueden quedar muy cerca de la cabeza ya que, además del amplio ajuste en altura —eléctrico—, tiene otro pequeño ajuste longitudinal.
El cuadro de instrumentos de toda la gama serie 7 es una pantalla TFT a color de 10,25 pulgadas (imagen). En función del modo de conducción seleccionado, su aspecto y la información visualizada es distinta. Así, con los modos «Confort» o «Confort+» tiene un aspecto tradicional, similar al de cualquier modelo de BMW con instrumentación de agujas; con el modo «ECO PRO» tiene algunos datos relativos al ahorro de carburante y con los modos «Sport» y «Sport+» da más importancia a los datos de velocidad, revoluciones, marcha seleccionada y potencia entregada por el motor en cada momento (vídeo). A pesar de todos estos modos de visualización, me parece mejorable porque no está todo lo aprovechada que podría estar: por ejemplo, los datos relativos al ordenador de viaje se muestran uno a uno al pulsar un botón, cuando hay espacio suficiente para que aparezcan todos. Al igual que ocurre con el Mercedes-Benz Clase S (que también tiene una pantalla como cuadro de instrumentos), la información visualizada es nítida incluso cuando la luz incide directamente sobre ella.
Opcionalmente se puede optar por un sistema de información proyectada en el parabrisas (o «Head-up Display»), que muestra entre otros, los datos relativos a la velocidad a la que se circula, los límites de velocidad de la vía, las indicaciones del sistema de navegación o las advertencias de los sistemas de seguridad. A pesar del buen funcionamiento y de la ventaja que supone el poder acceder a dicha información sin apenas desviar la vista de la carretera, no me parece un elemento indispensable debido a que su precio es elevado (entre 1648 y 1780 euros, en función del motor elegido).
La pantalla que hay en el centro del salpicadero («Control Display»; imagen) tiene 10,2 pulgadas y visualiza las indicaciones del sistema multimedia, que se maneja desde el mando circular «iDrive» que hay en la consola, junto a la palanca de cambios. Su funcionamiento es muy rápido e intuitivo, aunque hace falta un pequeño periodo de adaptación para saber dónde se encuentra cada una de las múltiples opciones. La información visualizada se puede dividir en dos zonas —por ejemplo los datos relativos al navegador en un lado y los relativos a las emisoras de radio en otro—. Al igual que la pantalla que hace las veces de cuadro de instrumentos, la información se vé bien aunque la luz incida directamente en ella.
Junto al mando circular «iDrive» —que tiene una superficie táctil con la que se pueden introducir letras o números con los dedos— hay siete teclas de acceso directo para las funciones más habituales, como el navegador, la radio, el teléfono o el menú principal (imagen). Además, en la consola central, hay otras ocho teclas programables donde se pueden memorizar, por ejemplo, una dirección del navegador, una emisora de radio o una página del manual de instrucciones (imagen).
Las puertas tienen un mecanismo mediante el cual pueden quedar fijas en cualquier punto, evitando que un golpe de viento las abra o cierre de manera violenta. Además, un sistema eléctrico completa el cierre de manera automática.
La iluminación del habitáculo es buena por cantidad de puntos de luz, aunque, a diferencia de la que tienen modelos como el Audi A8 o el Mercedes-Benz Clase S, es a través de bombillas de incandescencia, no de ledes. Opcionalmente puede tener distintos puntos de iluminación indirecta en los umbrales de las puertas, en los tiradores o en los respaldos de los asientos delanteros.
El maletero del Serie 7 tiene 500 litros de capacidad, tanto en las versiones con carrocería corta como en las de carrocería larga. Es un volúmen suficiente para llevar con holgura el equipaje de cuatro personas (imagen) y similar al que ofrecen sus principales rivales, como un Audi A8, un Mercedes-Benz Clase S o un Jaguar XJ (ficha comparativa). Tiene ganchos metálicos, un hueco con una redecilla en la parte izquierda (imagen) y un doble fondo de reducidas dimensiones donde se pueden dejar un juego de lámparas o un extintor (imagen). Cuenta con un único plafón de luz en la parte superior que ilumina correctamente todo el maletero. La apertura y cierre de la tapa del maletero se realiza de manera automática a través de un boton ubicado en el mismo portón u otro situado en el habitáculo, junto a los pedales. No es posible abatir los asientos posteriores. Tiene algún detalle que desmerece el conjunto, como la ausencia de tapizado en la parte inferior de la bandeja del maletero —queda la chapa a la vista—.