No me cabe ninguna duda, el Serie 5 2024 es un coche totalmente aconsejable para quien viaje con frecuencia. Más aún en el caso de la versión que hemos probado, 520d.
Lo afirmo, en general, por el confort con el que transporta a sus ocupantes de un lugar a otro. Y en el caso particular de la versión Diesel de 197 CV, que es la que hemos probado, por su excelente rendimiento: permite viajar gastando muy poco independientemente del ritmo al que se haga, tal y como detallo un poco más abajo.
El BMW 520d que he probado tenía, entre todas las opciones, una suspensión más firme que la de serie (que baja 8 mm las carrocería) combinada con amortiguadores de dureza variable y unas llantas de 20”. Con la configuración de serie —muelles de menor rigidez y neumáticos con un perfil mayor— posiblemente sea más cómodo. Conviene tenerlo en cuenta a la hora de adquirir el coche y elegir los distintos elementos de equipamiento.
Obviamente es un coche cómodo en otros ámbitos, no sólo el de viajar. Pero es en esta situación dónde mayor partido se saca a la calidad con la que está fabricado, a la precisión de su guiado, al aplomo en curva y a su excelente sistema de alumbrado. Lo único que mejoraría es el aislamiento acústico que, sin ser malo, no logra filtrar bien algún ruido aerodinámico. El i5, la versión eléctrica de la Serie 5, está mejor aislada y ese mismo ruido se percibe menos.
El Serie 5 no es un coche de esos que su carrocería sube y baja lentamente cuando hay desniveles en la calzada, bien sea por un asfaltado ondulado o en un cambio de rasante. La suspensión trabaja con rapidez, a la vez que evita sacudir a los pasajeros y, también, que la carrocería se mueva en exceso. BMW ha logrado un muy buen equilibrio. Ante un imprevisto, un frenazo en curva, reacciona de manera más nerviosa que un Mercedes-Benz Clase E, pero no por ello se convierte en un coche delicado.
El motor Diesel se oye muy poco dentro (pero se oye) con las ventanillas subidas. Si están bajadas, es posible preguntarse por qué no se ha comprado la versión de seis cilindros porque el ruido de este motor de cuatro no es bonito. Pero como de momento BMW no comercializa la versión 540d, ese lamento tiene poco sentido. Entonces puede venir a la cabeza la alternativa dentro la de gama del Serie 5 con el funcionamiento más suave y silencioso, la eléctrica i5, pero para quien tenga que viajar con frecuencia, la libertad que proporciona el Diesel es una baza importante.
El motor desarrolla 197 CV y cuenta con un sistema de hibridación ligera (por tanto, con etiqueta ECO de la DGT) mueve sin problemas al Serie 5 en un uso cotidiano. Una maniobra de adelantamiento (80 a 120 km/h) la hace en 5,4 segundos, medio menos que un Mercedes-Benz E 220 d de la misma potencia.
Esa cifra —5,4— coincide, casualmente, con el consumo obtenido en nuestro recorrido habitual por autovía (más información). Es un resultado muy bueno, pero que queda eclipsado por el extraordinario dato que hemos obtenido con el E 220 d: sólo 4,8 l/100 km. El Mercedes queda entre los cinco coches que menos han gastado en km77 (de una lista de 300 que se comercializan en la actualidad) y el BMW en el puesto 14.
El consumo del BMW 520d no es bajo únicamente en esa prueba. En un viaje al extranjero, tras recorrer 200 km a una velocidad media de 158 km/h (lo que supuso circular con velocidades de crucero de unos 180 km/h), el consumo fue de 7,5 l/100 km.
El cambio automático de ocho relaciones (de convertidor de par) tiene un funcionamiento irreprochable. Selecciona las marchas sin el más mínimo tirón y es rápido cuando tiene que serlo. En definitiva, pasa desapercibido, que me parece el mejor piropo posible para el cambio de un turismo «normal». Quien quiera cambiar de relación manualmente, puede hacerlo con las levas que hay en el volante; son pequeñas, de plástico, y giran solidarias con él (imagen).
Los frenos deportivos M sport (que forman parte del paquete M Sport) han sido eficientes en su trabajo durante la prueba y han detenido al 520d en pocos metros (51,5 metros) ayudados por unos neumáticos Pirelli PZero de grandes dimensiones 245/40 R20 (delante) y 275/35 R20 (detrás).
El sistema de iluminación me parece simplemente excelente, tanto por intensidad, como por el haz uniforme y amplio con el que los faros alumbran la calzada. También por el correcto funcionamiento del sistema de oscurecimiento selectivo cuando hay otro conductor al que se puede deslumbrar. En la prueba del BMW i5 comenté lo mismo sobre sus faros (son los mismos) y también hay información que es válida para el 520d sobre el buen funcionamiento de los asistentes de conducción.