Evidentemente, hay pocas diferencias entre el habitáculo del Serie 3 Touring y el de la berlina, por lo que estas impresiones del interior aportan una gran cantidad de información útil a quien se interese por este coche. Las plazas delanteras son idénticas, no así las traseras, en las que el Touring ofrece ventaja para los pasajeros de mayor estatura porque hay seis centímetros más de altura (aunque hemos medido un Touring con techo panorámico y una berlina sin techo solar). La anchura es la misma, 138 centímetros, y también el espacio para las piernas, 76 cm. Ambos datos están por encima de la media entre berlinas familiares de tamaño parecido al Serie 3 Touring, entre los que se puede incluir al Audi A4 Avant, el Ford Mondeo Sportbreak, el Mercedes-Benz Clase C Estate, el Volkswagen Passat Variant y el Volvo V60 (todos ellos aparecen enfrentados en esta tabla de mediciones comparativa).
Tirando de la lista de opciones que BMW ofrece para la Serie 3 actual es posible contar con una cantidad de aditamentos decorativos, de confort y de tipo multimedia muy grande. En tal caso, verbigracia de la unidad de pruebas que tuvimos, quien viaje en las plazas delanteras no encontrará mucha diferencia de hacerlo en un Serie 5 o un Serie 7, más allá de la sensación de amplitud de que disponga. Atrás es otra cosa, porque no hay tantas opciones de configuración para hacer más cómodas las plazas laterales a base de regulaciones eléctricas, pantallas y mandos para controlar un sistema de entretenimiento propio o la climatización y la iluminación. Por ejemplo, en un Serie 7 se puede viajar en unos asientos así.
La unidad de nuestra prueba tenía una cantidad grande de elementos opcionales, muchos de ellos contenidos en paquetes o bien seleccionables por separado. Por ejemplo, contaba con el paquete Comfort, que consta de cristales acústicos, acceso sin llave, retrovisores exteriores con memoria y asientos delanteros con calefacción, regulación eléctrica, soporte lumbar y memoria para el conductor. De todos estos elementos me parece altamente recomendable el acristalamiento acústico, como indico en las impresiones de conducción. El resto me parecen extras accesorios salvo, quizás, la calefacción en los asientos para quien viva en zonas con inviernos de frío intenso.
Otro paquete con el que contaba es el Innovation, que agrupa algunos asistentes a la conducción, faros con funciones adaptativas y luz láser, head-up display o el cuadro de instrumentos al que BMW denomina «completamente digital». Este último me parece un elemento completamente prescindible, pero es necesario si se quiere contar con otros elementos que sí son muy aconsejables porque aportan seguridad y comodidad. El sistema de proyección en el parabrisas (imagen) ofrece mucha información y sería perfecto si se viese con gafas polarizadas, como el que tiene el Ford Focus.
En las impresiones del interior de la berlina decimos textualmente «Todos los que hemos montado en el BMW Serie 3 hemos tenido la impresión de que es fácil hacerse al manejo de todas las funciones (que son muchas) porque están ordenadas de una manera coherente». BMW recurre a la cantidad de botones justa para no ahogar en un mar de pulsadores al conductor y, a la vez, para evitarle en lo posible que distraiga la vista con la pantalla táctil. A mí, personalmente, lo que me ha llegado a saturar en algunas ocasiones en el Serie 3 Touring era la cantidad de funciones disponibles de las que tenía que acordarme que existían para sacarles provecho.
Por ejemplo, en el momento en que el coche «cree» que vamos a aparcar (porque los sensores detectan cercanía con otros coches y comienza la feria de pitidos), en la pantalla aparecen las funciones disponibles a la derecha de la imagen de las cámaras exteriores (imagen). Si uno se olvida de que cierta función de ayuda está ahí para facilitar la vida, es como si esta no existiera. Y lo mismo ocurre con otras muchas cosas que se manejan desde la pantalla: para configurar todo lo configurable hace falta tener paciencia y dedicarle tiempo. Creo que se puede vivir perfectamente sin tanta parafernalia, con un equipamiento mucho más básico, pero también creo que el Serie 3 es uno de los coches en los que mejor está integrada toda esta tecnología de entretenimiento, personalización y asistencia para quien le guste. Audi lo hace, como mínimo, igual de bien en el A4, mientras que en un Clase C me cuesta bastante más entenderme con la interfaz y los mandos, un Lexus IS es mucho peor en este respecto y un Jaguar XE o un Alfa Romeo Giulia no tienen la misma cantidad de aditamentos.
En las anteriores apreciaciones no tengo en cuenta la disposición de la pantalla de instrumentación que, a ratos, llega a hacerme perder la paciencia mientras busco un dato concreto entre tal cantidad de información dispersa entre gráficos ambiguos y un tanto caóticos. La ordenada, clara y precisa instrumentación de un Serie 3 de la anterior generación es mucho más eficaz cumpliendo su misión (imagen con luz diurna e imagen en la oscuridad).
Hay una serie de huecos repartidos por el habitáculo para aliviarse de bultos pequeños y medianos, aunque solo el que hay bajo el reposabrazos delantero tiene un volumen grande (imagen). La guantera es pequeña (imagen). El espacio que hay por delante del selector de marchas es cómodo para dejar tanto cosas sueltas como para colocar un par de botellas pequeñas o refrescos, si bien cuando se hace esto último, la superficie de recarga inalámbrica deja de estar accesible con facilidad (imagen). Los de las puertas son normales y no están acolchados en el fondo (imagen).
Encontrar una postura de conducción cómoda es fácil aunque, como ocurre en los modelos de BMW en los últimos años, los que no somos muy altos podemos echar de menos la regulación en altura del cinturón de seguridad, porque hay que compensarlo a base de subir la banqueta. Los asientos deportivos opcionales, incluidos en el acabado M Sport, sujetan bien el cuerpo, casi todo lo bien que hace falta sujetarse con un coche con las prestaciones y el paso por curva del 330i xDrive. El patrón de las costuras decorativas puede ser variado. Por ejemplo en la última berlina de la gama que hemos probado formaba rombos (imagen) y en el familiar, rectángulos. El interior tapizado en color claro contribuye a mejorar la sensación de amplitud que se tiene al acceder y creo que ocurre lo mismo con el tehco, puesto que el de color negro (de serie con el acabado M Sport) a mí me parece que genera un poco más de sensación claustrofóbica que el de color claro. El techo de cristal panorámico del Touring es unos 355 euros más caro que el de la berlina y contrarresta el efecto que he citado en la frase anterior.
El acceso a las plazas traseras es un poco más cómodo que en la berlina porque el techo no cae a la altura del marco de la ventanilla posterior y el hueco es más amplio. Esto es práctico tanto para los pasajeros más altos como para quien necesite sentar a un niño en su silla y tenga que inclinarse o agacharse frecuentemente desde el exterior. Una vez sentados, los pasajeros de las plazas laterales viajan con la cabeza algo más alejada del pilar que en la berlina. Entre las dos fijaciones Isofix hay 38 centímetros, insuficiente para que un tercer pasajero viaje en medio salvo que sea otro niño que ya no requiera silla. Es prácticamente el mismo espacio que hay en otros modelos del segmento del Serie 3 Touring. En un Serie 5 Touring, sin embargo, hay siete centímetros más. Los pasajeros de la segunda fila pueden tener a su disposición dos tomas USB, una de corriente a 12 V y mandos para controlar la climatización bajo las salidas centrales de ventilación (imagen).
El maletero del Serie 3 Touring tiene 500 litros de capacidad, 20 más que la berlina. No es un volumen que destaque frente a sus alternativas. Está un poco por debajo de la media. Los modelos que tienen menos capacidad son el Audi A4 Avant (495 l), el Renault Talisman Sport Tourer (492 l) y el Mercedes-Benz Clase C Estate (460 l). Los que tienen más no son necesariamente más largos que el BMW. Aparecen aquí listados en orden de mayor a menor maletero. Bajo el piso se pueden guardar objetos que no abulten mucho, en el espacio que sobra entre el kit de reparación de pinchazos y el de triángulos de emergencia (imagen).
Con el acabado estándar el maletero no cuenta ni con los rieles del suelo (imagen) ni con unos botones en la pared interior que permiten desbloquear y abatir los respaldos hacia delante para ampliar la capacidad (imagen). Estos dos elementos no parecen imprescindibles, pero se pueden añadir a través de dos paquetes, uno denominado Paquete de maletero, formado por ambos sistemas y que cuesta 355 euros, y otro más amplio que se llama Paquete travel, por 2027 euros, que es el que tenía nuestra unidad, que suma cristales tintados, el techo de cristal (imagen) y las persianas para las ventanillas laterales traseras (imagen). El accionamiento eléctrico del portón es de serie, así como la práctica luneta de apertura independiente, que resulta muy útil para sacar o meter bultos pequeños a través de la cortinilla sin apenas exponer a la vista de extraños el contenido del maletero.
Las ventajas a la hora de cargar bultos grandes en el Touring respecto a la berlina son evidentes al comparar las mediciones del maletero de ambos (tabla comparativa). El vano de acceso tiene mucha más altura, prácticamente la misma anchura y la boca de carga está situada 7 centímetros más baja y enrasada con el piso, de forma que hay que levantar menos las cosas y no es necesario superar ningún desnivel al posarlo en el suelo del maletero. Si se abaten los respaldos, estos quedan a la misma altura que el suelo pero inclinados, de manera que no crean una superficie totalmente plana. Tanto con los respaldos en su posición normal como abatidos se puede colocar la red separadora para evitar que accedan al habitáculo objetos que no estén bien sujetos (imagen e imagen).