BMW Serie 3 Gran Turismo (2016) | Impresiones de conducción
El Serie 3 Gran Turismo se puede elegir con tres configuraciones distintas para la suspensión: la de serie, una «deportiva» (más firme que la de serie) y otra llamada «M Adaptativa», que tiene unos amortiguadores controlados electrónicamente con dos seleciones distintas: normal y Sport. Nuesta unidad de pruebas tenía instalada esta última y, además, unas llantas opcionales de 19 pulgadas de diámetro con neumáticos en medidas 225/45 para el eje delantero y 255/40 para el trasero (de serie tiene unas de 17 pulgadas con neumáticos 225/55).
Esta combinación de suspensión y neumáticos hace del Serie 3 Gran Turismo un vehículo con una calidad de rodadura muy elevada, entendiendo como tal un buen filtrado de la rugosidad del asfalto, un bajo nivel de vibraciones y ruido y una estabilidad lineal muy buena. La suspensión, con independencia del grado de firmeza seleccionado, absorbe bien las irregularidades y proporciona un buen nivel de comodidad a los ocupantes. Por el momento no hemos conducido el Serie 3 Gran Turismo con los otros dos tipos de suspensión (la de serie ni la deportiva), por lo que no podemos dar una opinión fundada sobre la conveniencia de adquirir la «M adaptativa» (que cuesta entre 1253 y 1354 euros, en función de la versión elegida).
Aunque el Serie 3 Gran Turismo comparte denominación con el Serie 3 Berlina, se trata de un vehículo con un planteamiento distinto, un planteamiento en el que prima el confort de los pasajeros por encima de la agilidad de reacciones. Al habitáculo llega todo más filtrado: la suspensión es más blanda y permite que la carrocería se mueva notablemente, el nivel de ruido es menor y, en general, el conductor se siente menos implicado en la conducción. Hay algunos rivales que igualan al Serie 3 Gran Turismo en confort de marcha y silencio —un Audi A4 o un Ford Mondeo,— y otros que reaccionan con más agilidad ante cambios de apoyo —un Alfa Romeo Giulia o un Mercedes-Benz Clase C con el tren de rodaje deportivo—, pero en conjunto, BMW ha logrado un buen equilibrio entre ambos aspectos.
En nuestras habituales pruebas de esquiva y eslalon, el Serie 3 Gran Turismo ha obtenido unos resultados muy buenos. Las reacciones ante los movimientos bruscos del volante que conllevan estos ejercicios han sido en todo momento suaves, progresivas y fáciles de controlar gracias —en parte— a unas ayudas electrónicas que funcionan con mucha eficacia reduciendo notablemente la velocidad del vehículo. Hemos superado correctamente la maniobra de esquiva a 78 km/h, que es una velocidad muy elevada (video).
El motor Diesel de 2,0 litros de cilindrada y 190 CV de potencia es el mismo que BMW utiliza en muchos de sus modelos (Serie 1, Serie 2 o Serie 5, entre otros) y sobresale por la buena relación entre prestaciones y consumo. Mueve con mucha agilidad el vehículo (incluso con cuatro personas y abundante equipaje a bordo) y responde con rapidez a los movimientos del acelerador, pero resulta ruidoso cuando se circula a baja velocidad y no funciona con tanta suavidad como, por ejemplo, el 2.2 SKYACTIV-D 175 CV del Mazda6 o el 2.0 BlueHDi 180 CV del Peugeot 508. Cuando el vehículo gana velocidad, el ruido —y las vibraciones— pasa practicamente desapercibido y el agrado de uso mejora de manera notable.
La aceleración que hemos obtenido ha sido normal, acorde con la potencia que genera el motor. Ha necesitado 6,1 segundos para pasar de 80 a 120 km/h, algo más de lo que empleó en la misma medición un Audi A4 Avant 2.0 TDI 190 CV S tronic (5,9 segundos) o un Mercedes-Benz C 220 BlueTEC 7G-TRONIC de 170 CV (5,7 s) y menos que un Jaguar XE Diesel 180 CV Aut. (6,4 s) o un Mazda6 Sedan SKYACTIV-D 175 CV Aut. (6,5 s) El Alfa Romeo Giulia 2.2 Diesel 180 CV fue claramente más rápido (5,4 s). Tabla comparativa de prestaciones.
La caja de cambios de serie para este motor es manual de seis velocidades, aunque opcionalmente se puede pedir una automática de tipo convertidor de par y ocho relaciones (cuesta 2458 € en esta versión). Esta última, que es la que tenía la unidad de pruebas, tiene un funcionamiento excepcional tanto por rapidez en las inserciones como por suavidad; además cuenta con la función de avance por inercia (seleccionando el modo de conducción Eco-Pro), con la que selecciona el punto muerto en algunas situaciones para que el coche circule sin el freno que suponen los rozamientos internos del motor.
En nuestro recorrido habitual de consumo —autopista con contínuos desniveles durante 143 km y tratando de mantener una velocidad media de 120 km/h—, el BMW 320d Gran Turismo Aut. gastó 5,9 l/100 km, un buen dato que, sin embargo, no consigue acercarse a los mejores: 5,5 l/100 km en el Alfa Romeo Giulia 2.2 Diesel 180 CV (con cambio manual), 5,3 l/100 km en el Jaguar XE 2.0d de 180 CV o 5,4 l/100 km en el Mercedes-Benz C 220 BlueTEC 7G-TRONIC PLUS. Aunque el depósito de combustible no es demasiado grande (tiene 57 litros), es posible recorrer una distancia cercana o incluso un poco superior a los 1000 km sin tener que parar a repostar.
El sistema de encendido y apagado del motor en las detenciones (Start&Stop) es de Serie en todos los Serie 3 Gran Turismo y, al menos en combinación con el cambio automático, funciona con suficiente rapidez y suavidad como para que no suponga un estorbo. Actúa incluso cuando el motor no ha llegado a su temperatura óptima de funcionamiento.
El Serie 3 Gran Turismo, como el resto de la gama Serie 3, puede tener muchos elementos de seguridad y ayuda a la conducción, aunque la mayor parte de ellos forma parte del listado de opciones. En el apartado Algunos elemementos de equipamiento del Serie 3 berlina hay información detallada sobre el funcionamiento de algunos de ellos.
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