BMW M2 Coupé (2016) | Información general

03/08/2016 |Enrique Calle (@QuiqueCalle)

El BMW M2 (código F87) es la versión más potente del Serie 2. Tiene un motor de gasolina de 370 caballos de potencia y tracción en las ruedas posteriores. Se puede pedir con un cambio manual de seis velocidades (así es como lo hemos probado) o con uno automático de siete.

Con el primero está a la venta por 62 900 euros y con el segundo cuesta 4799 euros más (ficha técnica y equipamiento de ambas versiones). Actualmente, el modelo más parecido en el mercado quizá sea el Audi TTS (310 CV y 59 570 €) si bien por potencia se parece más el Audi TT RS (400 CV), que aún está por llegar. El Porsche 718 Cayman S es claramente más costoso (72 040 euros). También son posibles alternativas, aunque cuesten menos y su carrocería sea distinta, el Ford Focus RS (41 200 euros y 349 CV) y el Mercedes-AMG A 45 4MATIC (57 550 euros y 381 caballos).

De todos los modelos M de BMW, el M2 es el menos potente y también el más lento teniendo en cuenta los datos oficiales. Sin embargo, bajo mi punto de vista, puede ofrecer a su conductor mejores sensaciones deportivas que cualquiera de ellos. Tiene buena capacidad de tracción (teniendo en cuenta que sólo tiene dos ruedas motrices), un motor soberbio por su respuesta y una dirección muy bien puesta a punto, con el grado necesario de dureza y de retorno de información, que ayuda a sentir confianza desde los primeros kilómetros.

Pero el M2 también puede ser muy exigente con su conductor. No es apropiado para quien quiera disfrutar de la elevada potencia con facilidad en cualquier condición y vía. Para sacar partido a este coche (especialmente sin ayudas electrónicas a la conducción, pero también con ellas conectadas por completo o parcialmente) es necesario tener unas dotes de conducción muy por encima de lo común. Además, es sensible al estilo de conducción; si se maneja de forma precisa y suave, reacciona mucho mejor que si se hace con brusquedad. Encontrar el equilibrio entre rapidez y suavidad de gestos, es una de las dificultades que entraña el manejo del M2 al ritmo que permite su motor.

El Ford Focus RS, el Mercedes-AMG A 45 4MATIC o el Audi TTS son más fáciles de conducir a ritmo elevado. También son más eficaces cuando el firme está deslizante o no es perfectamente uniforme. Como deportivo puro, creo que el Porsche 718 Boxster es superior al M2 (por tipo de carrocería, el M2 se parece más al 718 Cayman, pero aún no lo hemos probado). El Porsche frena más (y también tiene mejor tacto de frenada), tiene mejor capacidad de tracción, es más fácil de conducir y responde de forma más ágil y precisa a los movimientos que el conductor realiza con el volante. Eso se puede ver en nuestra maniobra de esquiva, la cual el Porsche ha completado satisfactoriamente a mayor velocidad. Damos más detalles en el apartado Impresiones de conducción.

El Porsche 718 Boxster también acelera mejor y gasta menos. Ahora bien, si nos fijamos más en las sensaciones que en los datos, el del BMW puede parecer más satisfactorio. BMW ha conseguido un motor redondo por la rapidez con la que sube de régimen hasta más de 7000 rpm, por la inmediatez con que responde a cada movimiento con el acelerador o por la fuerza que tiene en toda circunstancia. Recuerda claramente a los motores atmosféricos de seis cilindros que BMW usaba hace unos años, pero con el intenso empuje a bajo y medio régimen que sólo permite el turbocompresor.

El interior es idéntico al de otros Serie 2 Coupé en términos de espacio. Tiene elementos específicos que cumplen una función decorativa y otros que cumplen una práctica, como el volante o los asientos (que sujetan lateralmente bien puesto que los soportes del respaldo son prominentes, pero no dificultan la salida o entrada del habitáculo). Galería de imágenes del interior del BMW M2.

En definitiva, quizá no sea el mejor deportivo que se puede comprar por unos 60 000 euros, pero está cerca de los mejores. Resultará satisfactorio para aquellas personas que disfruten de un coche potente que no pone las cosas fáciles y que puede resultar emocionante aprender a llevarlo bien.

El encanto del M2 también reside en que resulta delicioso cuando se usa a diario como medio de transporte: es dócil y fácil de llevar tanto en ciudad como en carretera. Rueda con suavidad y su suspensión no castiga excesivamente a los ocupantes de las plazas delanteras (en las traseras sí se notan mucho más las imperfecciones del asfalto). Embauca por la entrega de potencia de su motor, por el tacto de su cambio de marchas manual e incluso por el agradable mullido del cuero con el que está recubierto el aro del volante. Es uno de esos coches en los que, a los pocos metros de echar a rodar, el conductor tiene la impresión de llevar algo muy especial. 

Este M2 me ha recordado de alguna forma al M3 E46; se parecen por dimensiones y peso (ficha comparativa). En ambos casos, BMW ha conseguido que la experiencia de conducción sea muy intensa y que la carretera se sienta cerca. Precisamente, como el M2 se siente bien, requiere menos tiempo y experiencia tomarle la medida que al M3 o M4 (bajo mi punto de vista, son menos previsibles en condiciones delicadas).

Este coche ocupa el lugar del BMW 1 M Coupé, que era la versión de mayor potencia del Serie 1 2007. Comparte elementos con el M3 y M4, como los ejes (por ello ha sido necesario ensanchar la carrocería hasta 8 centímetros respecto a la de cualquier Serie 2) y diversas piezas del motor. En el apartado Información técnica hay más detalles al respecto.

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