El BMW Z8 ha heredado las formas clásicas del BMW 507, un revolucionario "roadster" que se presentó por primera vez en Nueva York en 1955. El artífice de su diseño fue el conde Albrecht Goertz que plasmó en sus líneas la esencia de un coche deportivo y la elegancia de un descapotable de paseo que hizo furor, sobre todo, en el mercado americano.
Fue objeto de deseo de muchos y fruto de satisfacción de sólo unos pocos afortunados que pudieron pagar su exclusiva factura, circunstancia que también se da en la actualidad con el nuevo BMW Z8.
Del BMW 507 se fabricaron únicamente 252 unidades que fueron a parar a manos de gente rica y famosa de la época. Este biplaza descapotable no sólo destacaba por la belleza de su línea exterior, sino que reunía también un buen número de soluciones mecánicas que lo hacían todavía más especial. Bajo su largo capó se colocó un motor V8 que tenía una cilindrada de 3.168 centímetros cúbicos y desarrollaba una potencia de 150 CV a 5.000 rpm. Este motor tenía dos válvulas por cilindro y destacaba también por la belleza de su sonido. La transmisión estaba encomendada a una caja manual de cuatro marchas y la tracción se realizaba en las ruedas traseras.
Pero lo más destacado eran sus excelentes prestaciones. A mediados de los cincuenta, eran pocos los coches que tenían dicha potencia, pero menos aún los que podían superar la barrera de los 200 km/h. El BMW 507 era capaz de rodar por encima de 215 km/h y aceleraba de 0 a 100 en sólo 7,2 segundos.
La producción del BMW 507 duró sólo unos años, entre 1956 y 1959, y su reducida tirada le ha convertido en una pieza muy valorada por los coleccionistas de vehículos clásicos de todo el mundo.