El techo de lona del Bentley Continental GTC aísla menos del exterior que el techo fijo de metal del Continental GT pero, aún así, el poco ruido que se cuela en el interior llega muy atenuado, se oye como lejano. Se nota que la capota de lona está compuesta por muchas capas de material que contribuyen efectivamente a que el ruido a bordo sea muy bajo, tanto cuando se circula por la ciudad con mucho tráfico alrededor como en carretera a alta velocidad. Al buen aislamiento interior también ayudan las ventanillas de doble acristalamiento.
El techo necesita 29 segundos para realizar la operación completa de alojarse en su compartimento o cubrir la carrocería, que no es poco. Este tiempo también incluye el que necesitan las ventanillas para subir o bajar completamente. Esta operación se puede realizar hasta una velocidad máxima de 30 km/h que tampoco es un dato especialmente bueno pues hay rivales que permiten hacer lo mismo a mayor velocidad.
Como ocurre en todos los descapotables que conozco, la mejor protección aerodinámica se consigue con las ventanillas subidas y el deflector aerodinámico colocado en su sitio (imagen), lo que supone inutilizar las plazas posteriores. De esta forma, se puede viajar a más de 120 km/h con muy poco ruido y apenas turbulencias. Yo, que mido 1,8 metros de estatura y en este coche voy sentado en la posición más baja que permite el asiento, no notaba ninguna turbulencia en el cabello y creo que tampoco la hubiera sentido si mi estatura fuera más elevada. A mi juicio, no hace ninguna falta llevar gorra (salvo quien la use para evitar el sol) para evitar el azote del viento, pero yo llevo el pelo corto y no sé si una persona con el pelo largo tendrá la misma sensación. La capota no ocupa sitio en el maletero porque se aloja en un compartimento independiente.
El interior del Continental GTC tiene muchos materiales de una calidad y aspecto que no son frecuentes de encontrar en un automóvil. La mayor parte de interior, incluso la parte baja de las puertas y salpicadero, está recubierto con piel, piel sobre espuma de diferente grosor en función del sitio o un tapizado de muy buen aspecto. Lo que no es piel o tapizado es madera o metal; en este coche hay más piezas de metal (decorativas y no, como las salidas de ventilación) que las que suele ser habitual en los de menor precio.
Casi cualquier cosa que se puede tocar, sea una pieza fija o una sujeta a movimiento, transmite una muy buena impresión. Por ejemplo, a todas las personas que han montado en este coche les ha encantado el tacto de los mandos que abren y cierran las salidas de ventilación. Digo bien «casi todo deja muy buena impresión» porque hay excepciones. Algunos mandos de la consola central son de un plástico que al lado del resto parecen baratos.
En las plazas delanteras se viaja con mucho espacio en todas las direcciones. Los asientos que tenía nuestra unidad de pruebas tenían ventilación, calefacción y función masaje. Me han parecidos muy cómodos, si bien me quedaban (soy delgado) un poco anchos a la altura de la zona lumbar motivo por el cual me movía algo en las curvas. El Bentley Continental GTC no puede llevar unos asientos con respaldo de anchura variable, que en mi caso hubiera sido ideal.
Las plazas posteriores son de tamaño reducido quizá por el espacio reservado para alojar la capota. Son unas plazas donde un adulto va algo encajonado porque la anchura para los hombros es escasa, así como el espacio para las piernas. El mejor valor es la altura libre al techo, suficiente para personas altas. En las plazas posteriores no hay salidas de ventilación y sí un plafón de iluminación en el techo.
En comparación con el Bentley Continental GT, el GTC tiene menos maletero (tiene solo 260 litros de capacidad, 98 menos que el del GTC), y menos espacio en las plazas posteriores seguramente debido al sitio que ocupa el techo y sus mecanismos.