El R8 tiene una carrocería muy llamativa y poco funcional, sobre todo en ciudad. Quizá lo peor de todo es la visibilidad en tres cuartos trasero, porque a la salida de los aparcamientos en batería o de una bocacalle no se ve prácticamente nada.
La diferencia en este sentido, con relación a un Porsche 911, es rotunda. Los montantes traseros del Porsche son mucho más finos y hay más posibilidades de saber dónde acaba la carrocería, tanto por delante como por detrás. El R8 también tiene el inconveniente respecto al Porsche que necesita más espacio para girar y, como la carrocería está muy cerca del suelo, es más fácil rozarla al entrar en aparcamientos subterráneos.
Hay dos sistemas de ayuda al aparcamiento: sensores acústicos únicamente o en combinación con una cámara en la parte trasera de la carrocería. En un coche con una visibilidad tan reducida hacia atrás, me parece una buena idea pagar por la cámara.
A pesar de la apariencia exterior, el R8 no da mucha sensación de agobio, porque el techo está suficientemente lejos, hay anchura más que de sobra para dos personas corpulentas —mucha más que en el 911— y las ventanillas son suficientemente amplias. Aún con todo, la sensación general de confort es mayor en el 911 que en el R8.
Al margen de la visibilidad, al puesto de conducción sólo le encuentro el defecto que el apoyo para el pie izquierdo está muy cerca; por lo tanto, para reposar perfectamente el pie hay que forzar el tobillo. A algún compañero no le molestaba este reposapié precisamente porque, al estar más cerca, permitía hacer más fuerza para pegar la cadera al asiento.
En los cupés de dos plazas con motor delantero o trasero por detrás del eje, los pasajeros van lejos de las ruedas delanteras. En el R8, que es un coche de motor central trasero, se va sentado cerca de las ruedas delanteras, por eso el reposapié está cerca. Con los asientos deportivos, que el reposapiés esté cerca tiene un inconveniente añadido para algunos conductores ya que obliga a llevar la pierna flexionada y apoyada sobre el lateral de la banqueta, que es muy duro.
Los asientos de serie no se parecen a un baquet, porque dejan cierta libertad de movimientos a los ocupantes. No obstante, no he requerido más sujeción en zonas de curvas. De serie están tapizados en cuero y Alcantara; opcionalmente, sólo de cuero.
El salpicadero combina elementos ya vistos en otros Audi, como el cuadro de instrumentos —semejante al del A6— o los mandos de la climatización tras la palanca del cambio —similares a los del TT—. Entre la instrumentación hay un cronómetro con función de tiempo por vuelta.
El navegador (opcional) con mapas en DVD y manejo multimedia «MMI» — sirve para controlar diversas funciones del vehículo—, es similar al que puede tener un Audi A3.
El salpicadero y las puertas van casi completamente recubiertos en cuero, que puede ser de varios tipos y da una sensación de calidad notable. También hay diferentes elementos decorativos de aluminio pulido, como en el cambio de marchas y opcionalmente en otros lugares, como el reposapié.
Al alcance del conductor hay suficientes huecos para depositar los objetos que se llevan en los bolsillos. Opcionalmente puede tener cajones bajo los asientos y redes detrás de los respaldos.
Maletero y otros detalles
En la parte delantera hay un maletero de 100 litros de capacidad, con una forma poco aprovechable: no cabe una maleta mayor de las que se pueden subir a la cabina de un avión. En el fondo está el equipo de reparación de pinchazos. El pequeño compresor eléctrico que hay tarda varios minutos en hinchar completamente un neumático.
Tras los asientos hay un espacio de unos 90 l en el que caben, según Audi, un par de bolsas de golf, aunque no es conveniente llevar ahí nada pesado. Si acaso, ese hueco es útil para llevar un maletín pequeño o el abrigo.
Uno de los detalles que más llaman la atención del Audi R8 es que el motor queda bajo una cubierta transparente y resulta visible desde el exterior. Además, hay unos diodos que lo iluminan cuando se quita el contacto al salir del coche. Hay una opción que consiste en paneles de fibra de carbono recubriendo algunas partes del vano motor.
Por primera vez en un coche de serie, Audi ha colocado el escudo de cuatro aros sobre el capó, no en la parrilla. Audi no fabrica más de 15 unidades al día del R8. Es el primer Audi de producción biplaza con motor central trasero, anteriormente ha tenido prototipos como el Audi Coupe o el Avus.