El Audi Q7 2015 tiene, de serie u opcionalmente, numerosos sistemas de ayuda a la conducción. Algunos de ellos son inéditos en Audi.
Los que forman parte del equipamiento de serie son el que detecta un nivel bajo de atención del conductor —recomendándole un descanso—, el programador y limitador de velocidad, la ayuda al arranque en pendiente —mantiene el coche frenado brevemente para evitar que retroceda en una pendiente hasta que se inicia el movimiento— y los sensores de ayuda al aparcamiento traseros.
Entre los opcionales están los siguientes:
El programador de velocidad activo (ACC, Automatic Cruise Control), capaz de acelerar y frenar de forma autónoma para mantener la velocidad seleccionada por el conductor y la distancia de seguridad (ajustable en varios niveles; dos radares, colocados donde habitualmente van los farios antiniebla son los que miden esa distancia) con el vehículo precedente. Está operativo entre 0 y 250 km/h.
Complementando al ACC está el asistente de atascos. Cuando la velocidad es inferior a 65 km/h y hay un vehículo delante, el sistema toma el control del coche, permitiendo que el conductor se desentienda tanto de los pedales como del volante. Si la situación queda fuera de la capacidad del sistema (curva muy cerrada, por ejemplo), advierte al conductor para que retome el control. Este sistema funciona utilizando la cámara que hay en el parabrisas (para identificar las líneas del carril) y los dos radares frontales (para seguir al vehículo precedente).
El elemento más novedoso según mi criterio es el asistente de eficiencia predictiva. Este sistema, utilizando los datos del sistema de navegación y de una cámara, colabora con el ACC para, además de mantener la velocidad seleccionada, reducirla convenientemente no solo cuando hay un vehículo delante, sino también cuando se llega a una curva que requiere una velocidad menor, una rotonda o una limitación de velocidad. También es muy útil al abandonar una autopista, ya que frena el coche automáticamente al tomar el carril de deceleración. Durante las pruebas que he hecho, la ha adecuado siempre correctamente salvo en una ocasión, en la que llegó demasiado rápido a la rotonda que había al final del carril. De todos modos hay que tener claro que se trata de un sistema de ayuda y no uno que sustituye al conductor.
Durante la presentación lo probé en una carretera de montaña y su funcionamiento me pareció muy bueno: tras seleccionar la velocidad a la que quería circular, 80 km/h, automáticamente frenaba al llegar a las curvas —lo hacía con suavidad, sin resultar molesto a los ocupantes— o al llegar a un poblado con limitación de 50 km/h. Al terminar la limitación, el coche recuperaba la velocidad seleccionada. El asistente también funciona si no se activa el ACC, pero lo hace indicando recomendaciones al conductor (imagen), no actuando por sí mismo.
El asistente de mantenimiento en el carril —advierte al conductor o corrige la trayectoria cuando el coche va a salirse involuntariamente el carril; Audi active lane assist— y el aviso de vehículos en el ángulo muerto de los retrovisores —Audi side Assist; funciona desde 15 km/h y utiliza los dos radares traseros para detectar hasta una distancia de 70 m la presencia de otro vehículo— son otros los dispositivos disponibles.
Son novedosas la asistencia para evitar colisiones por alcance —avisa al conductor de que hay un obstáculo delante y lo ayuda, aumentando la asistencia sobre la dirección, cuando éste hace la maniobra de esquiva colaborando en el guiado del Q7— y la asistencia en cruces —cuando se va a hacer un giro, tras haberlo indicado con el intermitente y a velocidad lenta, entre 2 y 10 km/h—, si detecta que viene un vehículo de frente con el que es posible colisionar, frena automáticamente.
El Q7 2015 estrena un sistema de aviso a los pasajeros cuando estos abren una puerta, tras estacionar, y se acerca otro vehículo. Lo hace haciendo parpadear la tira luminosa que recorre la puerta (la hay tanto en las delanteras como en las traseras) y los leds que hay en los retrovisores que se emplean también para el aviso de obstáculos en el ángulo muerto. Yo he echado en falta una señal acústica, dado que las luminosas, en determinadas condiciones, pueden no llegarse a ver.
El sistema de ayuda al aparcamiento ha sido mejorado. Es capaz de aparcar el coche semiautomáticamente (el volante gira solo, el conductor debe acelerar y frenar siguiendo las instrucciones de la pantalla) y de hacerlo en batería o en línea. Lo nuevo es que en batería puede hacerlo también marcha adelante, no solo marcha atrás; también es novedad en Audi la función de detección de tráfico cruzado en la parte posterior cuando se saca el coche marcha atrás de un aparcamiento. Si los sensores de radar trasero detectan que se aproxima un vehículo, el conductor es advertido por un mensaje en la pantalla y los frenos actúan automáticamente para evitar la colisión. El sistema de aparcamiento se puede complementar con un conjunto de cámaras que dan una visión —de calidad— cenital del vehículo y de sus alrededores.
Audi también estrena en este Q7 un asistente de maniobras con remolques. Este asistente, que requiere una cabeza de enganche específica (lleva un sensor de giro en la bola) ayuda al conductor a guiar el coche y el remolque marcha atrás. El mando giratorio del MMI se utiliza como un volante para marcar la dirección que debe llevar el remolque (que se muestra en la pantalla del salpicadero); el coche, acciona la dirección automáticamente para lograr seguir esa trayectoria.
Además hay varios sistemas de protección a los ocupantes en caso de accidente.