Este prototipo de Audi anticipa lo que será el futuro Q3, un coche con carrocería de todoterreno mecánicamente más próximo a los Audi de motor transversal, como el A3, que a los de motor longitudinal (todos los demás).
Estará enfocado a un uso mayoritario por asfalto: su mayor altura libre respecto al suelo y el sistema de tracción total le permitirán circular con mayor seguridad por zonas de escasa adherencia, como en carreteras nevadas, o por caminos no muy complicados.
El Cross Coupé quattro tiene una carrocería de cinco puertas con un diseño que recuerda en algunos aspectos al Q7 y al prototipo Roadjet, aunque es más pequeño que cualquiera de los dos. Mide 4,38 m de largo, menos también que un Audi Q5 o que un BMW X3 (4,57 m) y queda próximo a modelos como el Toyota RAV4 o un Jeep Compass. La anchura es 1,82 m, la altura 1,60 m y la distancia entre ejes 2,60 m.
En los faros, Audi ha utilizado diodos luminosos en vez de bombillas halógenas para todas las funciones. Hay alumbrado diurno y de curva.
El portón, que se prolonga ligeramente por el techo, tiene un sistema de apertura y cierre automáticos. En el maletero, que tiene 450 l de capacidad, hay un sistema de organización de la carga mediante dos raíles y diversos accesorios, como en el Audi A6 Avant.
Los pilotos también son de diodos luminosos. Como curiosidad, además de una tercera luz de freno (que recorre el portón por su parte superior) hay una cuarta integrada en el paragolpes (imagen).
El Cross Coupé quattro tiene cuatro asientos independientes divididos en dos filas de dos asientos. Tiene un techo de lona practicable, como el del nuevo Jeep Cherokee.
En el salpicadero no hay salidas de ventilación normales, sino 4.600 pequeños agujeros por los que sale el aire (un sistema como el que tiene el Lancia Thesis, y que evita las corrientes de aire molestas). El sistema de climatización detecta automáticamente qué ocupante de las plazas delanteras está actuando sobre el mando y modifica únicamente los parámetros que corresponden a su lado.
El sistema «MMI» consta del mando que giratorio y seis teclas, que ya tienen varios modelos de Audi, y además tiene una superficie táctil (como la que sirve para manejar el ratón en un ordenador portátil) y un dispositivo que puede proyectar sobre el parabrisas algunas informaciones mediante un sistema láser. Según Audi, este sistema puede servir también para proyectar permisos de aparcamiento o autorizaciones.
El Cross Coupé quattro tiene un motor Diesel de 2,0 l de cilindrada sobrealimentado que da 204 CV y un par máximo de 400 Nm; el consumo medio es, según Audi, 5,9 l/100 km. El cambio es automático de doble embrague «S-Tronic» (DSG).
La inyección es por conducto común a 2.000 bar, tiene filtro de partículas y el sistema de reducción de emisiones de óxidos de nitrógeno «Bluetec» (tecnología que comparten Audi, DaimlerChrysler y Volkswagen y que ya está en algunos modelos de producción a la venta en EE.UU).
Este prototipo cumple con la futura normativa europea de emisiones Euro 6. BMW presentó recientemente un nuevo motor turbodiésel de similar cilindrada, idéntica presión en el sistema de inyección y con la misma potencia máxima (más información de este motor).
Desde el mando «MMI» que hay en la consola se pueden seleccionar tres programas que alteran el funcionamiento del motor, la caja de cambios y la suspensión: uno normal, otro deportivo y uno llamado «efficiency» que persigue obtener un mejor aprovechamiento energético.
Al seleccionar este último, la programación del motor y de la caja de cambios varían y se desactivan algunos elementos que tienen un consumo elevado (como el compresor del aire acondicionado). También se modifica la respuesta del programador de velocidad, recupera la velocidad con mayor suavidad, e incluso recibe información del sistema de navegación para anticipar algunas frenadas (por ejemplo, al llegar a una intersección).
El sistema de tracción total, que Audi denomina comercialmente «quattro», es de conexión automática mediante un embrague «Haldex», no un diferencial «Torsen» como el que tiene el Q7 (Audi utiliza el sistema «Torsen» en los modelos con motor longitudinal).
La suspensión es independiente en todas las ruedas. Delante es de tipo McPherson (como en el A3) y detrás de paralelogramo deformable. La amortiguación es variable mediante un fluido electroviscoso, como la que puede tener el Audi TT o el R8.
Los discos de freno son cerámicos reforzados con fibra de carbono. Frente a unos normales (de hierro), los cerámicos pesan 20 kg menos (entre los cuatro), resisten mejor el calentamiento y tienen una vida mucho más prolongada (según Audi, hasta 300.000 km). Los neumáticos son de medida 245/45 R20.
Audi comenzará en 2008 a fabricar en la planta de Ingolstadt (Alemania) el futuro Q5, un todo terreno de mayor tamaño que este prototipo y menor que un Q7.