Hay una gran similitud entre las plazas delanteras de un Audi A6 y las de un Audi A8 (imagen) en la multitud de atenciones a los pasajeros, en la cantidad de elementos de confort que estos pueden tener a su disposición y en la disposición de los mandos y su funcionamiento. Además, comparten los tres componentes principales para manejar la mayoría de funciones: las dos pantallas de la consola central (imagen) y la de la instrumentación (aunque esta última es opcional; imagen).
En las plazas traseras la cosa cambia y, si bien el A6 es un vehículo que atiende muy bien a estos pasajeros, en un A8 hay muchas más posibilidades de equipamiento y, sobre todo, más espacio para las piernas. La cota de distancia entre filas de asientos es muy buena en el A6 (77 cm), pero debajo de los asientos delanteros hay poco espacio para los pies de los pasajeros de atrás. Por ejemplo, un Škoda Superb, que es mucho más asequible, tiene más espacio atrás para estirar las piernas (83 cm) e, incluso, un reposapiés bajo la banqueta delantera.
Es decir, para quien adquiera el A6 con la idea de ser el conductor, es una excelente opción. Para quien tenga pensado pasar la mayor parte del tiempo atrás y cuente por tanto con chófer, un A8 es más confortable e indicado. La diferencia de precio entre versiones equivalentes (entre treinta y cuarenta mil euros, redondeando) es mucho más grande que la diferencia en calidad de rodadura o comodidad, que es mínima, por lo que este coste extra quizás esté justificado para quien desee viajar atrás con mucho confort (ficha técnica comparativa) pero no para quien simplemente quiera un turismo grande, lujoso y muy confortable.
En comparación con sus alternativas, según nuestras mediciones (recogidas en esta tabla), el A6 tiene una amplitud en la media de sus competidores. La anchura a nivel de hombros delante es normal para su tamaño (145 cm), idéntica a la de un Volvo S90 y cuatro centímetros menor que en un BMW Serie 5. La altura al techo sí es excepcionalmente buena delante (hasta 104 cm sin techo eléctrico). El puesto de conducción no admite quejas por la cantidad de regulaciones posibles, incluso con los asientos básicos de regulación manual. No obstante, las personas de poca altura pueden sentirse algo apabulladas por la altura de los paneles de las puertas y del salpicadero, que «entierran» a los pasajeros. Tanto la regulación en altura de la banqueta como de los cinturones (esto último no lo tiene un BMW Serie 5, por ejemplo) solventan este mínimo contratiempo sin problemas.
En las plazas traseras hay 143 cm de anchura a nivel de hombros. En un Audi A4 hay 136 centímetros, y en un Q7 (para quien pueda tener la duda de si elegir un turismo o un todoterreno), hay 146 cm en esta cota (tabla de mediciones comparativas entre el Audi A6, el A4, el A8 y el Q7). Para regular la temperatura en las plazas posteriores hay una superficie táctil con multitud de reglajes que incluyen la ventilación y calefacción de los asientos laterales (imagen), que es opcional.
Los asientos delanteros pueden ser de varios tipos: básicos, deportivos, deportivos «S» y los denominados «de confort». Como hemos comentado, incluso los más sencillos son cómodos y proporcionan un buen nivel de comodidad y agarre, pero son los últimos, los de confort, los que más atenciones pueden ofrecen a sus ocupantes. Además de estar tapizados en piel, los de la unidad que probamos durante más tiempo tenían ajustes eléctricos, dos memorias de posición (cada uno), calefacción, ventilación y varios programas de masaje con distintas intensidades. Resultan especialmente cómodos y además proporcionan una correcta sujeción lateral, pero su coste es muy elevado porque van asociados a un paquete de equipamiento en el que se incluyen muchos elementos adicionales (que pueden resultar interesantes o no, en función de los gustos y necesidades de cada comprador). Los ajustes básicos se realizan mediante unos botones situados en la base de la banqueta (movimiento longitudinal o lumbar, por ejemplo), pero los más avanzados se controlan a través de un menú específico en la pantalla del sistema multimedia (programas de masaje o ajuste de la longitud de la banqueta).
El maletero tiene un espacio diáfano que facilita que se aproveche todo el volumen de carga (imagen), aunque la boca de carga no es demasiado grande y, por lo tanto, dificulta la introducción de elementos voluminosos o pesados. Opcionalmente, los respaldos se pueden abatir en tres porciones (40:20:40; imagen). Hay 530 litros de capacidad, que es un buen dato. Comparado con sus alternativas con tracción total (que, a veces, implica perder algo de maletero), tan solo el Clase E saca una ligera ventaja con 540 litros. El Serie 5 y el S90 tienen ambos un maletero de 500 litros (ficha técnica comparativa). La parte superior del maletero, donde van alojados los altavoces traseros, no está tapizada por debajo, aunque este detalle es común al Serie 5, el Clase E o el S90. En un Audi A8, la parte superior del maletero sí está recubierta de material textil.
De serie hay una rueda de repuesto de emergencia (de menor tamaño que las otras cuatro y con uso limitado), aunque si se instala el sistema de sonido más sofisticado con altavoz de graves, ésta es sustituida por un kit de reparación de pinchazos (imagen).
Al acceder al A6 se tiene la sensación de estar en un automóvil bien fabricado. En el salpicadero hay menos superficie de plástico negro que en el A8 (superficie que tiende a provocar reflejos y a hacer muy visible la suciedad) y más de color plateado (que también deslumbra cuando el sol incide directamente). No nos ha convencido la ergonomía de algunos mandos que ahora son táctiles y que, sobre todo, tienen un acabado también en negro brillante (como los botones del drive select, para elegir los modos de conducción, o el de la luneta térmica). El ajuste de todas las piezas que están a la vista es excelente, y el enrasado entre las puertas y el salpicadero muy bueno porque apenas deja espacio enmedio. Lo mismo sucede con la tapicería de cuero, con un tacto excelente (aunque, por el momento, ninguna nos parece tan vistosa y agradable al tacto como la de un Volvo S90).
Para analizar con detalle todo el equipamiento disponible en un A6 es necesario disponer de mucho tiempo de aclimatación. Para conocer el manejo de las pantallas táctiles es muy útil recurrir a esta sección del vídeo del A8, pues es idéntico.
Las dos pantallas táctiles ofrecen un manejo muy bueno desde el punto de vista técnico: responden a la presión que se hace con el dedo y, para confirmar que cualquier función se activa o se desactiva, se produce un clic acompañado de una leve vibración que es muy útil para despejar dudas. Sin embargo, desde el punto de vista ergonómico, a nuestro modo de ver es un pequeño paso atrás con respecto al A6 anterior.
Quizás en un Audi A8 la incidencia de la luz solar no afecte a las superficies táctiles de color oscuro, pero en el A6 ha habido ocasiones en las que nos ha costado encontrar una función mientras conducíamos, bien por los reflejos que se producen, bien porque estamos acostumbrados al sistema de botones y mandos rotatorios de la anterior generación, cuyo funcionamiento ya era muy bueno e intuitivo. Quizá sólo requiera de habituación. En esta imagen se percibe, precisamente, el efecto que produce la luz sobre la pantalla inferior, cuya inclinación es mucho mayor que la que tenían los mandos del anterior A6 (imagen) y, por lo tanto, es más fácil que se refleje la luz exterior al estar bajo la vertical del parabrisas.
Hay muchos huecos para depositar objetos, aunque ninguno de ellos es especialmente grande. Los dos portabebidas que hay entre los asientos delanteros son los más aprovechables, pues permiten depositar, además de botellas de medio litro, un par de teléfonos móviles, una cartera o unas llaves. La guantera tiene un tamaño suficiente para llevar la documentación y el manual de usuario del vehículo y algún elemento menudo adicional. Está perfectamente tapizada y además cuenta con una buena iluminación y una salida de ventilación.