El Audi A4 TFSI quattro es una buena opción desde el punto de las prestaciones y del precio, comparado con otras berlinas con este tamaño y potencia que tienen tracción total. Para un uso normal, no obstante, es más aconsejable la versión de tracción delantera.
Entre las berlinas con tracción total que tiene este tamaño y potencia, el A4 es preferible a un Jaguar X-Type 2.5 V6 (196 CV) principalmente por prestaciones y, en menor medida, por relación entre precio y equipamiento. La mejor cualidad del Audi con respecto a un Mercedes-Benz C320 4Matic Berlina es que resulta mucho más económico. El Volvo S60 AWD Kinetic de 209 CV (con tracción total conectable automáticamente, en lugar de permanente) también es más caro, (tabla comparativa con todos los precios).
El motor turbo de inyección directa de 200 CV que lleva este A4 es muy bueno. Lo hace más rápido que otros coches semejantes con motor atmosférico (como el del mencionado Jaguar S-Type 2.5 V6). Lo que le separa de otros más potentes (como un BMW 330i de 258 CV) es menor de lo que puede parecer, a juzgar por la diferencia de potencia (sobre todo en la versión del A4 con tracción delantera; la total es más lenta). Un Subaru Legacy 3.0 R, aunque más potente (245 CV), no da más sensación de fuerza que el A4 2.0 T FSI.
La tracción total puede ser valiosa en determinadas circunstancias e inútil en otras. Es una ventaja si se va rodar frecuentemente por carreteras muy lentas y deslizantes. Ahí da más aceleración a la salida de las curvas (tanto más si el piso está roto o deslizante, donde un coche de tracción delantera o trasera puede tener problemas para transmitir la fuerza al suelo) y permite avanzar con más garantías —por ejemplo— en rampas heladas.
Si las condiciones de conducción no son las descritas, la versión equivalente con tracción delantera es una compra mejor. Por un lado, cuesta 2.400 € menos, tiene mejores prestaciones y menor consumo. Por otro, la tracción total no da una ventaja de estabilidad con respecto al un coche de un sólo eje motriz, en circunstancias normales.
Con la suspensión de serie, el Audi A4 es un coche normalmente cómodo y estable, aunque en ninguno de estos dos aspectos es una referencia. Con la suspensión de serie, es un coche básicamente blando, porque puede tener movimientos amplios de balanceo y cabeceo; en otras circunstancias y tipos de usos puede parecer duro en la fase de compresión porque no es capaz de absorber las irregularidades sin trasladar movimiento a la carrocería.
Un BMW 330i es más estable y preciso en carreteras con muchas curvas, si el asfalto está en buen estado, pero no sobre firme irregular. El Audi de la comparación tenía suspensión de serie y el BMW la deportiva opcional; no los hemos conducido con otra configuración.
Esta versión está a la venta, bien una caja manual de seis velocidades, o bien una automática de convertidor de par («tiptronic»), también con seis velocidades.
La versión con tracción delantera no puede tener esta caja automática, en su lugar lleva una de variador («multitronic»), con siete relaciones fijas (a efectos prácticos, siete velocidades). El Audi A4 no puede llevar la caja de cambios DSG, que sí tiene el Audi A3.
Como el resto de los A4, tiene un interior de calidad aunque el espacio para los ocupantes de las plazas traseras es más bien pequeño. En este, caso la versión con tracción total no resta volumen al maletero (que en ambos casos es 460 l), pero sí volumen del depósito de combustible (63 l frente a 70 l del tracción delantera).
Los asientos de serie tienen una sujeción lateral algo escasa. Hay dos tipos de asientos opcionales: los deportivos (695 €) y los deportivos de la marca Recaro (2.420 €). La versión con carrocería familiar («Avant») cuesta 1.300 € más cara que la de cuatro puertas.