Para la suspensión del Alfa 147 se ha optado por una solución conocida y que ha dado un magnífico resultado: el esquema utilizado en el Alfa 156. En el eje delantero, un paralelogramo deformable y en el posterior una suspensión de tipo McPherson, con doble brazo transversal y tirante longitudinal. En el eje delantero se emplea una barra estabilizadora hueca, solución que gana adeptos. Con esta barra hueca se consigue un reducción de peso de casi 2 kg (mucho para el peso total de una barra) con los mismos valores de rigidez.
En el coche que probé más (el 1.6 de 120 CV) la suspensión permite un magnífico equilibrio entre comodidad y estabilidad. No se ha optado por un tarado muy rígido porque no hace falta. Si se apura la velocidad en las curvas el coche balancea, claro está, porque no se trata de un vehículo de competición. Pero con balanceo y todo mantiene bien las trayectorias en las curvas y permite realizar correcciones si se ha cometido un error de apreciación. En las situaciones de verdad comprometidas, debe aparecer el sistema de control de estabilidad (denominado VDC), opcional en esta versión, para corregir los desmanes si es posible.
Si se quiere un coche que gire más plano, la opción dentro de esta oferta es la del motor de 150 CV. Lo probé poco, pero pude comprobar que va bien calzado (quizá demasiado) y con una suspensión de notable rigidez. Estos componentes pueden convertirlo en un coche de reacciones vivas (me pareció intuir esa sensación). Por ello para este coche parece muy recomendable el control de estabilidad, que viene incorporado de serie.
Esta versión más potente trae de serie unos neumáticos de 205 milímetros de anchura, en llanta de 16 pulgadas, que caben tan justos en el paso de rueda que no admiten la utilización de cadenas para la nieve. Para los clientes que lo soliciten existe la posibilidad de montar neumáticos más estrechos en llanta más pequeña, que sí admiten cadenas.
La rueda de repuesto es de tamaño reducido.