Con el techo de lona plegado, las sensaciones que perciben los ocupantes no son idénticas a las de un descapotable tradicional, aunque tampoco se parecen a las de un coche con techo solar aunque sea de grandes dimensiones.
Una ventaja del 500C frente a la mayor parte de los descapotables tradicionales es que da mejor protección a los ocupantes del viento y de las turbulencias.
Puede accionarse en marcha hasta una velocidad de 60 km/h. Tiene tres posiciones prefijadas. Con el techo completamente recogido, circulando a una velocidad de 120 km/h, no se aprecian turbulencias en el interior y el ruido aerodinámico no es elevado; es posible mantener una conversación sin elevar mucho el tono de voz.
La capota, cuando se recoge por completo, no se oculta, sino que queda situada sobre la tapa del maletero. Cuando está en esta posición queda justo en el campo de visión del conductor. Por esa razón, hay ciertas maniobras, como aparcar en línea o salir de un aparcamiento, que son difíciles de realizar con precisión. El sensor de aparcamiento trasero es de gran ayuda en este coche.
El motor tiene ligeros cambios con respecto al de la versión con techo rígido. El aumento de potencia (en 5 CV) no se percibe, por lo que las impresiones de conducción escritas en este artículo siguen siendo válidas.
Es una transmisión estructuralmente similar a una caja manual, pero con automatismos que se encargan de mover el embrague y el selector de marchas.
Tiene dos modos de funcionamiento, completamente automático y manual. Cuando está seleccionado este modo; la única forma de cambiar a una marcha superior o inferior es accionando unas levas que hay detrás del volante y solidarias a él. Son de buen tamaño y se encuentran con facilidad en la mayor parte de las ocasiones. En las curvas más lentas, donde el volante cambia mucho de posición y el conductor modifica la posición de sus manos, cuesta más encontrarlas.
Este cambio de marchas permite hacer una conducción muy decidida porque es rápido de funcionamiento y permite al conductor tener el control de la marcha seleccionada como si fuera manual.
El punto a mejorar es su suavidad de funcionamiento. En una utilización relajada, sin buscar la máxima aceleración, al cambiar a una marcha superior, da un movimiento al coche de retención y aceleración algo incómodo (como una especie de balanceo pero en sentido longitudinal). Cuando se acelera con intensidad ese movimiento es más corto y brusco. Este movimiento, cuando sucede en pleno apoyo en una curva, puede llegar interferir en la trayectoria porque este coche es muy sensible a los movimientos de carrocería en curva, aunque quizá un poco menos que un Abarth 500. Las reducciones son más rápidas y suaves.