El Škoda Yeti es un coche diseñado para circular principalmente por asfalto, pero con ciertas aptitudes para hacerlo también fuera de él. Por sus dimensiones, es una alternativa a modelos como el Chevrolet Trax, Dacia Duster, Mitsubishi ASX, Peugeot 2008, Renault Captur o Suzuki S-Cross.
El Yeti está a la venta desde 17 459 € (todos los precios), por lo que su precio de partida es superior al del resto de modelos citados anteriormente. La ventaja clara del Yeti respecto a esos es, además de la amplia gama de motores, que tiene el habitáculo más versátil, dado las múltiples configuraciones que permite el sistema de asientos. Los 17 459 € corresponden a una versión que Škoda ofrece al inicio de la comercialización (por ahora no hay fecha para la finalización de esta oferta), llamada Edition, con un equipamiento mayor (ficha de equipamiento).
Este modelo de 2014 sustituye al que comenzó a venderse en 2009 (más información), pero no se trata de una nueva generación, sino de una actualización del aspecto, el equipamiento y la gama de motores. Como novedad en la gama, hay dos variantes: Yeti y Yeti Outdoor. Se distinguen entre sí porque en la segunda, varios elementos de la carrocería —paragolpes, faldones, molduras laterales de las puertas— no van pintados, sino que son de plástico negro (galería de imágenes de las dos versiones). Ambas cuestan igual.
Los principales cambios de aspecto se encuentran en el frontal del coche, que tiene nuevos faros, parrilla y parachoques. En la parte posterior, el parachoques es ligeramente distinto, así como el diseño interior de los pilotos, que opcionalmente pueden tener ledes en vez de bombillas de filamento. Hay cuatro tipos de llantas nuevas y tres nuevos colores para la carrocería.
Siete son los motores disponibles, cuatro Diesel —versiones 1.6 TDI de 105 CV y 2.0 TDI de 110, 140 o 170 CV— y tres de gasolina —1.2 TSI de 105 CV, 1.4 TSI de 122 CV y 1.8 TSI de 160 CV—. El motor Diesel de 105 CV está disponible con cambio automático o manual (ficha técnica comparativa). Si es manual, se trata de la versión Greenline, que se caracteriza porque tiene el consumo medio homologado más bajo de toda la gama, 4,6 l/100 km, y una serie de modificaciones que la distinguen del resto de versiones. Éstas son: neumáticos de baja resistencia a la rodadura, altura de la carrocería rebajada 20 milímetros y un régimen de ralentí más bajo.
De serie, todas las versiones tienen un sistema de tracción a las ruedas delanteras, salvo las que llevan los motores de 160 y 170 CV, en cuyo caso la tracción es total (tipo Haldex, de quinta generación, el mismo que el del Golf 4MOTION). La tracción 4x4 es una opción para los motores Diesel de 110 y 140 CV (listado de versiones disponibles con tracción total). El cambio de marchas es manual de cinco o seis velocidades según el motor. En opción hay uno automático de doble embrague DSG que tiene siete relaciones en las versiones de tracción delantera y seis en las de tracción total (listado de versiones del Yeti que tienen cambio automático).
Todas las variantes del Yeti con tracción total tienen un botón en la consola que pone «OFF ROAD» (imagen). Al pulsarlo se activan una serie de ayudas a la conducción en campo. En concreto, una ayuda para el ascenso y descenso de pendientes pronunciadas y un programación específica del funcionamiento del sistema ABS, control de tracción y diferencial. Además, hay una opción llamada “paquete malas carreteras» que añade una serie de protecciones en los bajos del vehículo.
Durante las presentaciones (internacional y nacional) de este modelo 2014 hemos conducido tres versiones. Dos eran variantes Yeti para asfalto, con motor Diesel y cambio manual, una con el motor 1.6 TDI GreenLine de 105 CV y otra con el 2.0 TDI de 140 —del Škoda Yeti anterior hemos probado varias versiones, cuyas impresiones de conducción continúan vigentes—. Cualquiera de estas dos versiones proporciona una agradable experiencia de conducción: es un coche de suspensión cómoda (quizá algo blanda en frenadas fuertes), con un embrague suave de accionar, un cambio preciso y una dirección de buen tacto. En el poco tiempo que los hemos conducido, no hemos observado grandes diferencias de sonoridad o suavidad de funcionamiento de los motores, que en ambos casos es satisfactorio. Es más, a ritmo tranquilo y a baja velocidad, diría que da igual circular con un que con otro. La superior potencia del motor de 140 CV se nota en el momento de acelerar a fondo y, en especial, cuando se hace con una marcha larga engranada. Esto se aprecia, por ejemplo, en autopista cuando se quiere recuperar velocidad porque ha habido algo que nos ha hecho frenar.
Con el Yeti Outdoor 2.0 TDI 140 CV 4x4 hicimos un corto recorrido por una finca en el que las únicas dificultades erán un par de pendientes para probar el control de velocidad en descensos y la capacidad de tracción al ascender, y unos escasos 10 metros con algo de barro. La sensación que nos ha dejado esta versión es que es capaz de pasar por obstáculos a los que posiblemente no se enfrentaría alguién que se compra un coche así en vez de un todoterreno. La altura libre al suelo permite circular por zonas con roderas sin que los bajos golpeen contra el suelo y la tracción, a pesar de los neumáticos (de asfalto, no mixtos), es capaz de hacer que el coche avance en zonas con barro o en cuestas en las que un coche con tracción a dos ruedas no sería capaz de subir.
El habitáculo está más alto de lo habitual en un turismo, pero no tanto como en un todoterreno (está a una altura parecida a la de un Renault Captur por ejemplo). El volante tiene regulación en altura y profundidad, pero incluso en su posición más baja queda tendido con respecto al cuerpo. Esto hace que la posición de conducción no sea cómoda si se va con el asiento lo más bajo posible, que es cómo habitualmente a mí me gusta ir. Si se eleva el asiento, la postura al volante se vuelve más confortable, aunque entonces la sensación es efectivamente la de llevar algo más parecido a un coche alto que a un turismo. Afortunadamente, las personas altas no tendrán problemas con tocar el techo con la cabeza al subir el asiento. Con él en la posición más alta, una persona de 1,85 metros de estatura no toca ni estirándose mucho.
La altura al techo es precisamente uno de los puntos fuertes del habitáculo del Yeti, en ambas filas de asientos. No lo son el espacio disponible para las piernas de los ocupantes traseros, ni la anchura para los hombros, que se sitúa en un término medio. Según nuestras mediciones, la gran mayoría de las alternativas del Yeti tienen más sitio para las piernas en la segunda fila. A este respecto, conviene tener en cuenta que nuestro método de medición no considera el hueco que queda por debajo del asiento, que en el caso del Yeti es grande, por lo que en realidad los pasajeros pueden estirar las piernas más de lo que las mediciones pueden indicar. La anchura es escasa para tres adultos y suficiente para tres niños. Los dos asientos traseros laterales pueden desplazarse longitudinalmente (14 centímetros). Los tres tienen regulación del respaldo en inclinación y pueden abatirse y extraerse individualmente.
El maletero tiene un volumen de 405 litros con los asientos traseros en su posición más retrasada (510 con ellos desplazados hacia delante). Es un buen tamaño, aunque hay modelos que tienen uno de mayor capacidad, como el Dacia Duster y el Suzuki S-Cross. Tiene multitud de accesorios para distribuir la carga, como redes, piezas de plástico flexibles, y ganchos. El suelo puede ser reversible —un lado es textil mientras que el otro es de plástico para poder dejar sobre él cosas sucias o húmedas—. Hay una linterna extraíble que, colocada en su hueco, se recarga cuando el motor está en macha. En el habitáculo hay muchos huecos para llevar objetos. Debajo del asiento del conductor hay un portachalecos y en las puertas traseras unas papeleras.
Sobre el habitáculo y el maletero hay información más detallada en las impresiones del interior del Yeti 2009.
Hay tres niveles de equipamiento: Active, Ambition y Elegance. El equipamiento se serie incluye desde la versión más económica (Active) elementos como aire acondicionado, elevalunas eléctricos delanteros y traseros, cuatro airbags, control de estabilidad, asistente de frenada y asiento del conductor regulable en altura. El listado de opciones es más amplio que antes, ya que ahora están disponibles los faros de xenón para luces cortas y largas, la cámara trasera para facilitar las maniobras, el sistema de apertura y arranque sin llave «KESSY» y un nuevo sistema de aparcamiento automático (en fila y batería que necesita 20 centímetros menos que antes).
Asegurar un Yeti a todo riesgo puede costar alrededor de 650 € según los datos obtenidos en nuestro comparador de seguros para el Yeti Diesel de 140 CV.