Los Land Rover Discovery que se entreguen a partir de noviembre de 2013 tendrán varias diferencias con el actual (más información del modelo 2010). Las más importantes son un frontal renovado, la posibilidad de adquirir una versión sin reductora y que todas tienen el sistema que para automáticamente el motor cuando el coche se detiene y lo arranca al reiniciar la marcha. También puede tener más equipamiento.
A simple vista, el modelo nuevo y el viejo se distinguen porque cambien la parrilla, los faros, el paragoles y las llantas. Además, la inscripción Land Rover que había en el capó ha sido sustituida por el nombre del coche. De la parte posterior se ha eliminado el 4 y se ha dejado solo «Discovery». La indicación del motor pasa de estar en el portón a las puertas delanteras.
De las dos variantes de motor disponibles en España, ambas Diesel, con 211 y 256 CV, la primera se podrá elegir sin reductora. Algo que ocurre por vez primera en este modelo y que permite además reducir el peso 18 kg. Esto también supone que el diferencial central bloqueable es reemplazado por uno Torsen.
Ambos motores tienen de serie el sistema Stop/Start, lo que ha permitido reducir el consumo en el ciclo de homologación. El de 211 CV pasa de 8,5 a 7,8 l/100 km y el de 256 baja de 8,8 a 8,0 l/100 km.
Los nuevos elementos de equipamiento, ya vistos en otros modelos, son el sensor de profundidad de vadeo (que estrenó el nuevo Range Rover Sport), la advertencia de obstáculos en el ángulo muerto, la detección de vehículos que cruzan por detrás del coche al retroceder y un sistema de cámaras que simulan una imagen cenital del coche y sus alrededores.
El nuevo Discovery está a la venta desde 49 200 euros (todos los precios). Es un precio mucho más alto que el de un Toyota Land Cruiser o un Mitsubishi Montero (ficha comparativa) y similar al de un Jeep Grand Cherokee o un Volvo XC90 (ficha comparativa). Un Mercedes-Benz Clase M, un Audi Q7 o un BMW X5 son mucho más costosos (ficha comparativa).