A partir del 12 de octubre de 2018, los vehículos nuevos y los puntos de repostaje de combustible tendrán un nuevo etiquetado que permitirá homogeneizar la marcación del combustible en los veintiocho estados miembros de la Unión Europea, además de en Macedonia, Serbia, Suiza y Turquía. De esta forma se evitarán errores o confusiones a la hora de repostar en cualquiera de estos lugares.
Las etiquetas diferencian visualmente el tipo de combustible por su forma: redonda si es gasolina, cuadrada si es gasóleo o romboide si es un gas. En el interior de cada una aparecen unas letras y dígitos que identifican el tipo concreto de combustible.
En el caso de las de gasolina —las redondas— pueden ser E5, E10 o E85. La letra E hace referencia al etanol y la cifra a la proporción máxima que puede contener de este la gasolina.
Si es gasóleo, pueden ser B7, B10 o XLT. Dentro del cuadrado, la B junto con el número indican el porcentaje máximo de biodiésel que puede contener el gasóleo; XLT identifica a un gasóleo obtenido sintéticamente (combustible diésel parafínico).
Los combustibles gaseosos etiquetados son cuatro: hidrógeno (H2), Gas Natural Comprimido (CNG), Gas Natural Licuado (LNG) y Gas Licuado del Petróleo (LPG), también denominado Autogas.
Las etiquetas se encontrarán en los puntos de repostaje (en el surtidor y en el boquerel) y en el vehículo (junto al tapón de llenado o en la tapa, además de en el manual). El diámetro mínimo de la etiqueta colocada en el coche ha de ser 13 mm; de este mismo tamaño será la del boquerel y de al menos 30 mm la del surtidor.
Este etiquetado se aprobó en la Directiva de la Unión Europea (UE) 2014/94/UE. La Norma EN 16942 establece el diseño y el tamaño de estas nuevas etiquetas. En un futuro aparecerán etiquetas para los vehículos eléctricos y los puntos de carga.