Volvo XC40 (2022) | Calidad en su diseño y materiales de recubrimiento, no tanto en su dinámica de marcha | Impresiones de conducción

12/11/2024 |Enrique Calle

XC40 B4

He conducido el XC40 B4, es decir la versión de gasolina de 194 caballos que va unida a un sistema de hibridación ligera. Esta es la opción más potente de la gama, por encima de la B3 que tiene 163 CV. En ambos casos el motor de gasolina (de 2,0 litros de cilindrada) va unido a uno eléctrico de 14 caballos que sirve principalmente para arrancar el motor de combustión y para apoyarlo en determinadas circunstancias. El cambio de marchas es automático de siete relaciones.

El XC40 B4 es un SUV agradable de conducir en entornos urbanos. La influencia del motor eléctrico se nota a muy baja velocidad porque ayuda al de gasolina cuando este aún está funcionando a un régimen muy bajo (y, por lo tanto, cuando no puede dar mucha fuerza). Gracias a ello, el XC40 B4 responde bien al acelerador, aunque en ningún caso con la suavidad de los coches híbridos convencionales que tienen motores eléctricos más potentes.

La reserva de aceleración es suficiente. El XC40 B4 tiene la potencia necesaria para viajar a un ritmo elevado sin que el peso que se transporte o la orografía sean un obstáculo importante. También es capaz de llegar a su velocidad máxima (180 km/h, como todos los Volvo) con relativa facilidad. 

No he probado el XC40 B3, pero otros periodistas presentes en el evento organizado por Volvo comentaron que sus prestaciones eran algo escasas teniendo en cuenta los 163 caballos. Por lo tanto, aunque el B4 es menos apetecible por precio (ficha comparativa a igualdad de equipamiento entre un B3 y un B4), quizá sea interesante tenerlo en cuenta si se valora el extra de aceleración que ofrece y que permite viajra con mayor soltura.

Quizá lo menos favorable a la hora el viajar con el XC40 B4 es que no gasta poco carburante. En este punto queda lejos de otros SUV modernos, especialmente de los que disponen de hibridación. No puedo ser más concreto porque no he hecho las pruebas necesarias, pero me parece que no será frecuente que en autovía gaste menos de —aproximadamente— 7,5 l/100 km aunque se conduzca con suavidad a la velocidad legal. Si el ritmo es ligeramente más ágil, sin que se pueda considerar una conducción rápida, he visto que en el ordenador de viaje los valores pueden oscilar entre 8,0 y 9,0 l/100 km.

El cambio de marchas automático hace su trabajo de forma correcta y con discreción. No es rápido, pero sí pasa de una marcha a otra sin sacudir a los ocupantes. Para elegir de forma manual cualquiera de las siete relaciones hay que mover lateralmente la palanca que hay entre los asientos (hacia la izquierda resta marchas y hacia la derecha pone relaciones más largas).

Otra cosa que llama la atención de este Volvo XC40, incluso más que la ausencia de levas detrás del volante, es la falta de modos de conducción (Comfort, Sport, etc.). Lo que sí que tiene es un modo de conducción previsto para circular fuera de la carretera y una función denominada Sensación de dirección firme que lo hace es reducir muy ligeramente la asistencia de la dirección. A ambos programas de funcionamiento se accede a través de un menú específico de la pantalla del sistema multimedia. 

Dinámicamente el Volvo XC40 me ha parecido un coche convencional, no un SUV que cuyo precio es superior a la media. Rueda con suavidad, está bien aislado del ruido que produce el resto del tráfico y que da un confort normal cuando el piso está deteriorado. Lo que no hace especialmente bien es mantener la trayectoria: si el piso no está en perfectas condiciones hay que hacer pequeñas correcciones con el volante para ir por donde uno quiere, especialmente en curva. Es decir, le falta que tenga un rodar más imperturbable. A este respecto no solo está superado por los modelos equivalentes de Mercedes-Benz y BMW sino incluso de SUV más modestos como puede ser un Peugeot 3008 o un Renault Austral

XC40 Recharge Twin (408 CV)

Esta ya está descatalogada en la gama XC40 y presente en la del EX40. Es un mucho más suave, silencioso y veloz que el B4. Su único punto débil es el consumo, que es alto, como ya apuntamos en la prueba del Volvo C40 Recharge Twin, que es el mismo coche (impresiones de conducción). En autopista, yendo a 120 km/h, la autonomía apenas supera los 300 km.