Volvo V40 (2012) | Impresiones del interior

01/10/2015 |Alfonso Herrero (@alf_reguart)

El diseño de la carrocería condiciona el acceso al interior del V40 en mayor medida que en otros coches. El techo cae hacia las puertas, estando el punto de contacto más abajo de lo habitual y quitando unos centímetros para introducir la cabeza. Cuanta mayor sea la estatura de la persona que quiera entrar mayor incomodidad le supondrá.

En el caso de las plazas delanteras, a esa característica hay que sumar el inconveniente que supone que el pilar delantero, el del parabrisas, está muy inclinado. El acceso a las plazas traseras también es mejorable: hay que doblar mucho el tronco para entrar y salir y el espacio para pasar las piernas entre la banqueta y el pilar central es más bien pequeño.

Otro posible inconveniente del diseño exterior, aunque en este caso sólo lo será para quien lleve niños pequeños detrás, es que la ventanilla es pequeña puesto que la parte metálica de la puerta llega muy arriba. Desde una sillita infantil un niño apenas podrá ver el exterior ya que los ojos le quedan a la altura del revestimiento interior de la puerta, no del cristal. Por ejemplo, un Volkswagen Golf es preferible para este uso.

La luneta es pequeña y no permite una buena visibilidad hacia detrás. Tiene un limpialuneta, pero es muy pequeño y, por tanto, la superficie que limpia también lo es. Comparativamente, la visibilidad hacia los tres cuartos traseros es mejor gracias a una pequeña ventana que hay a continuación de la de las puertas traseras.

El puesto de conducción es bueno. El asiento es muy cómodo y tanto éste como el volante tienen regulaciones bastante amplias para que se puedan acomodar conductores de tallas diversas. Por altura, el límite para conducir adecuadamente (con el respaldo cerca de la vertical) está alrededor del metro noventa y cinco, incluso si está instalado el techo panorámico de cristal, un elemento que normalmente resta unos centímetros. La altura del asiento respecto al suelo es mayor que en un BMW Serie 1 y un Mercedes-Benz Clase A, lo que facilita sentarse y salir del coche, pero es un asiento sobre el que hay que dejarse caer porque está bajo. Hay un buen apoyo para el pie izquierdo, la instrumentación no queda tapada por el aro del volante y todos los mandos se encuentran a mano.

La calidad de construcción del habitáculo parece buena. Los materiales de la parte superior del salpicadero son blandos, todas las piezas encajan bien y los diferentes botones y mandos funcionan con precisión y suavidad. No obstante hay algunos detalles que han sido descuidados y deben ser mejorados. Entre ellos cabe destacar el filo cortante de la parte inferior de los reposabrazos de las plazas delanteras, que puede dañar (ligeramente) el dorso de la mano cuando extraemos objetos de los bolsillo de las puertas —los cuales tienen iluminación si se compra la opción «Luces LED», 151 euros, que además permite elegir entre diferentes colores para iluminar el interior del habitáculo—.

El cuadro de instrumentos es una pantalla a color sobre la que se representan los distintos indicadores. Se ve muy bien excepto cuando el sol está en una posición baja y su luz proviene desde los tres cuartos traseros del lado del conductor (entonces se ve todo negro y apenas es posible distinguir nada en la pantalla). Hay tres configuraciones llamadas «Elegance» (imagen), «ECO» (imagen) y «Performance» (imagen). Algunas informaciones son comunes a las tres (velocidad, recomendación de cambio de marcha y cantidad de combustible en el depósito) y otras aparecen según la seleccionada (cuentarrevoluciones, indicador de conducción eficiente «ECO guide» e indicador de potencia utilizada y disponible). También cambia el color del cuadro (marrón, azul verdoso y rojo). En esta imagen se pueden ver las tres configuraciones al mismo tiempo. Para algunas personas puede ser un poco lioso este sistema de tres pantallas. Las selecciones no afectan a la respuesta del motor ni de la dirección.

Como es habitual en Volvo, la mayoría de botones están agrupados en la consola y son de tamaño más bien pequeño pero una vez acostumbrado a su ubicación son fáciles de utilizar. Me parece mejorable el sistema elegido para seleccionar la temperatura en el climatizador de doble zona. Tiene un único mando para los dos ajustes de temperatura. Para seleccionar un lado, el otro o ambos, hay que pulsar consecutivamente el botón y luego subir y bajar la temperatura. Dada la cantidad de botones que hay, no creo que poner uno para cada ajuste independiente hubiese sido una complicación.

El cristal del techo panorámico opcional va desde la cabeza de los pasajeros delanteros hasta la de los traseros (imagen). Es fijo, no es posible abrirlo, y tiene una cortinilla para proteger el habitáculo de la luz y el calor. La cortinilla se acciona con un botón que, curiosamente, se recoge en la parte delantera del techo en vez de en la trasera. El freno de estacionamiento es de palanca, no eléctrico.

Junto con el BMW Serie 1, el V40 es uno de los peores modelos de su tamaño (mediciones interiores) para transportar adultos en las plazas traseras. El espacio para las piernas es correcto, pero falta anchura para transportar a tres personas —Volvo ha desplazado hacia el centro las dos plazas laterales con el objeto de que sus ocupantes tengan más espacio para los hombros— y la altura impide que un ocupante de más de metro ochenta se siente sin que la cabeza le dé con el techo (probablemente mejore algo en esta cota sin el techo panorámico).

El maletero tiene 335 litros de capacidad, poco para las dimensiones exteriores del coche. La maleta más grande de las tres que habitualmente utilizamos en las fotos de interior —mide 72x45x29 cm— entraba, pero no dejaba espacio para ninguna de las otras dos (medidas 61x41x26 cm y 52x36x22 cm; en la imagen que hay junto a este párrafo aparecen las dos maletas más pequeñas). Esto no sucede por ejemplo en un Ford Focus de 5 puertas, donde caben las tres maletas y una mochila (imagen).

 

Otro de los elementos que utilizamos para medir la capacidad del maletero es un carro infantil de 109 centímetros de longitud. Conseguimos «encajarlo» (imagen), pero como la boca de carga es estrecha, fue necesario abatir primeramente el respaldo del asiento posterior para poder así aprovechar uno de los recovecos laterales del maletero. Posteriormente el respaldo fue colocado en su posición sin ningún problema. Para sacar el carro hay que repetir los mismo pasos. No es un proceso cómodo si además hay que estar pendiente de un niño y el antes mencionado Ford Focus es mucho más práctico en este sentido.

Es posible pedir un doble fondo opcional que ocupa 16 de los 335 litros del maletero. Ese doble fondo está compartimentado (imagen) para poder llevar objetos sin que se desplacen, pero no pueden ser grandes porque la altura del doble fondo es de 9 centímetros. Un buen detalle es la iluminación del área de carga que cuenta con tres luces —una a cada lado del maletero y otra en el portón—.