Volvo S40 (2004) | Impresiones de conducción
La relación entre estabilidad y confort que Volvo ha conseguido para el S40 es muy buena. Tiene una amortiguación cómoda; quizá no llege a la capacidad de absorción de los modelos más cómodos, pero su equilibrio da un buen resultado en diversos tipos de conducción.
Se desenvuelve muy bien en autopistas y muestra buenas cualidades para rodar rápido por carreteras retorcidas; entra bien en las curvas y cambia de dirección con facilidad. Es agradable de conducir. La dirección (eléctrica) me parece adecuada, pero creo que no tiene el tacto de otras direcciones, como la de un Ford Mondeo o de un Mazda6 (por nombrar a otros coches de Ford).
En la presentación estaban disponibles las versiones T5 con cambio manual de seis velocidades y automático de cinco, y el 2.4 de 170 CV sólo con cambio automático. El T5 me parece un motor excelente. Tiene mucha fuerza desde bajo régimen, es muy suave, hace poco ruido y su capacidad de aceleración es grande.
Comparativamente, el 2,4 atmosférico tiene un funcionamiento apropiado a bajo régimen, pero mejora a partir de unas 3.500 rpm (más o menos), donde comienza a subir de régimen con más rapidez y donde muestra más fuerza. Los 30 CV que hay de diferencia entre la versión 2.4 de 140 y 170 se aprecian a medio o alto régimen; el primero da la potencia máxima a 5.000 y el de 170 CV a 6.000 rpm.
Es un poco ruidoso cuando se le sube de régimen para extraer buenas prestaciones, claramente más que el T5 (los motores turbo suelen ser más silenciosos que los atmosféricos) .Tampoco es tan suave como éste; su funcionamiento recuerda más a un cuatro cilindros que a uno de seis (el Volvo tiene cinco).
La caja de cambios manual (que probé en el T5) tiene un buen tacto, así como unos recorridos suaves y cortos. Es agradable de utilizar.
El cambio automático de cinco velocidades tiene una posibilidad de manejo secuencial con bloqueo de marchas. Es decir, cuando llega al máximo régimen, no pasa a una marcha superior. Con el modo secuencial, es posible ir en marchas largas a bajo régimen: en quinta hasta 60 km/h y en cuarta hasta 40 km/h. Por encima de esas velocidades, aunque el conductor pise a fondo el acelerador (y el interruptor de kick down), el cambio no selecciona una marcha inferior.