Volkswagen Golf Sportsvan (2014) | Impresiones de conducción
La mayor altura de la carrocería del Golf Sportsvan respecto a otro Golf no condiciona su conducción. Tan solo en los cambios de apoyo, cuando se circula rápido, se nota una mayor amplitud del balanceo que puede afectar a la trayectoria en mayor medida. En el resto de circunstancias, no me parece un hándicap.
Es un coche fácil para quien lo conduce, que no reacciona con brusquedad ante un imprevisto, por ejemplo al frenar fuerte en medio de una curva. También es un coche cómodo gracias a una suspensión suave y con una capacidad de absorción muy buena.
La visibilidad es buena en todas las direcciones y la capacidad de giro es normal —aunque algo mejor que la de un Opel Meriva, un Peugeot 3008 o un Renault Scénic (ficha comparativa)— y maniobrar en lugares estrechos no supone un problema destacable. Ayuda a las maniobras que, como mucho, haya que girar el volante dos vueltas y media entre topes. El tacto de la dirección es bueno tanto a baja velocidad como cuando se conduce rápido.
El motor Diesel de 110 CV gasta muy poco carburante y mueve con suficiente agilidad al coche. No es tan silencioso como otros motores Diesel de esta cilindrada pero el ruido que hace no me parece molesto.
La entrega de potencia es progresiva, sin grandes variaciones, aunque, a veces, en el momento del arranque, se echa en falta un poco más de fuerza para iniciar el movimiento. A partir de 1500 rpm se nota una mejor respuesta que llega sin brusquedad.
Las prestaciones que da son buenas. En nuestra medición de aceleración de 80 a 120 km/h, el Golf Sportsvan 1.6 TDI 110 CV ha sido un coche rápido. Ha tardado 8,4 segundos, que es menos que lo que necesitan un Citroën C4 Picasso de 115 CV (10,1 s), un Peugeot 308 SW 1.6 e-HDI de 116 CV (9,3 s) o un Golf 1.6 TDI con la variante de 105 CV de este motor (9,0 s).
Además de rápido gasta muy poco. En nuestro recorrido comparativo de consumo —un trayecto de ida y vuelta por autovía con varios puertos en los que conducimos con suavidad y el objetivo es hacer una media real de 120 km/h— ha gastado 5,2 l/100 km (el ordenador marcaba 4,8 l/100, tiene un error del 7,4 por ciento). De los 327 coches con los que hemos hecho este mismo recorrido, el Sportsvan ha sido el segundo que menos ha gastado, por detrás del Škoda Rapid 1.6 TDI 105 CV (5,1 l/100 km) y empatado con el Peugeot 308 SW 1.6 e-HDI de 116 CV.
En la pantalla del cuadro de instrumentos, además de visualizar tres parciales del ordenador de viaje (total, desde el repostaje y desde el inicio del viaje), aparecen diversas sugerencias para reducir el consumo. Algunas de ellas son la recomendación de subir las ventanillas a partir de cierta velocidad o desembragar cuando el motor baja de 1300 rpm.
El sistema de parada y arranque del motor en las detenciones es de serie. Funciona bien. Para y rearranca el motor con suavidad, sin agitar a los pasajeros, y es rápido. Durante los días que hemos probado el Golf Sportsvan ha hecho mucho calor y hemos usado el aire acondicionado. En los semáforos, cuando se para el motor, el compresor del aire acondicionado deja de funcionar y se nota rápidamente que las salidas de ventilación expulsan aire templado. Yo nunca desconecto este dispositivo de parada y arranque automáticos pero en estos días calurosos lo he hecho en alguna ocasión.
El cambio de marchas es de cinco relaciones. La palanca se desplaza sin esfuerzo por unos recorridos bien definidos.