Toyota Proace Verso (2016) | Impresiones de conducción
Una de las primeras diferencias que se advierte al conducir el Toyota PROACE Verso respecto a un turismo normal o un monovolumen, es que la dirección está menos asistida. Si a eso sumamos que tiene 3,5 vueltas de topa a tope (aproximadamente), resulta en que el conductor debe emplearse con el volante en ciertas ocasiones (en giros muy cerrados, por ejemplo).
En ciudad se controla bien la parte delantera de la carrocería. Con los retrovisores exteriores se controlan bien los flancos de la carrocería, pero es difícil hacerse una idea de dónde acaba esta, algo natural dada su gran longitud. Los sensores de aparcamiento son útiles y la cámara trasera me parece casi indispensable, pero sólo está disponible en las versiones más costosas.
El Toyota PROACE Verso que hemos probado (carrocería intermedia) maniobra mal, debido en parte a que la batalla es muy larga (3,275 mm, más que cualquiera de sus alternativas). Que la capacidad de maniobra sea mala a veces se puede solucionar tomando los giros pronunciados un poco abierto, pero esto no siempre es posible. En esta tabla comparativa se ve que la distancia entre ejes del Toyota PROACE Verso Medio es mayor que la de algunos de sus rivales y, también, que necesita más espacio para girar.
En carretera rápida se viaja cómodo y transmite gran sensación de aplomo. No se descoloca con facilidad cuando el piso está en mal estado, aunque, si hay mucho viento lateral, me ha parecido que le afecta más que a otros vehículos con menor superficie lateral. Con poca carga, se nota que el eje posterior es más duro que el delantero (algo normal dado que es un vehículo destinado a llevar mucho peso), pero no rebota ni produce vibraciones incómodas.
Se puede conducir con fluidez en todo tipo de carreteras, pero si se fuerza en ritmo en curva, se nota que le falta agilidad. Si se comete un error de conducción, reacciona con lentitud en los cambios de apoyo (normal dada su altura y volumen), pero con seguridad. Eso lo explicamos con más detenimiento en nuestra maniobra de esquiva y eslalon.
La capacidad máxima de frenada no ha sido buena. Ha necesitado 59,2 metros para detenerse desde 120 km/h. Nuestra unidad de pruebas tenía unos neumáticos de furgoneta, unos Michelin Agilis de medidas 215/60 17; quizá con unos específicos de turismo los resultados hubieran sido mejores. Es el caso del Citroën SpaceTourer Talla XS BlueHDi 150 CV que hemos probado, que ha frenado en 57,6 m y estaba equipada con neumáticos Michelin Primacy HP en medidas 225/55 17.
El motor de 116 CV puede resultar suficiente para aquellas personas que vayan a utilizar el vehículo por vías sin muchas dificultades o no vayan a utilizar toda su capacidad de carga, pero quizá le falte respuesta en determinadas circunstancias. Su funcionamiento nos ha parecido muy silencioso.
El que hemos probado en profundidad es el de 177 CV, que permite viajar sin ninguna dificultad al ritmo del resto del tráfico o incliuso más deprisa. Esta buena impresión que da a los mandos se ha visto reflejada en nuestras mediciones. Así, sus resultados han sido buenos tanto por prestaciones como por consumo, si los comparamos con furgonetas de pasajeros (en comparación con un monovolumen sale perdiendo, pero tampoco por mucho). Para completar nuestra medición de aceleración de 80 a 120 km/h, ha necesitado 8,6 segundos, mientras que un Mercedes-Benz Clase V Diesel de 163 CV empleó 10,0 segundos. El consumo también ha sido bueno. En nuestro recorrido por autovía a una media de 120 km/h ha gastado 7,9 l/100 km, por 10,0 del mencionado Clase V. También hemos probado un Citroën Space Tourer de carrocería corta con el motor Diesel de 150 CV (que implica cambio de marchas manual) y completó dicha aceleración en 8,7 segundos, osea casi lo mismo. Por lo tanto, la adquisición del Toyota PROACE Verso de mayor potencia tiene sentido si se da valor al cambio automático, que no lo puede llevar ninguna otra versión.
El cambio automático (el único disponible con el motor de 177 caballos de potencia) permite al conductor dosificar la aceleración que necesita en cada momento, incluso a muy baja velocidad. En carretera no se echa en falta que sea más rápido y, normalmente, acierta con la marcha más conveniente en cada momento. De todas formas con las levas que hay detrás del volante (imagen) se pueden seleccionar a voluntad la distintas relaciones.
Todos los motores cumplen con la normativa europea de emisiones Euro 6 gracias a un catalizador de reducción selectiva que utiliza «Adblue», una solución acuosa de urea almacenada en un depósito de 22,5 litros.
Toyota recomienda realizar las operaciones de mantenimiento del Proace Verso cada 40 000 kilómetros o dos años, lo que primero suceda.